Leonel Carmona, joven niñero en San Luis, fue condenado a seis años y medio de prisión por abusar sexualmente de la amiga de tres menores que tenía a su cuidado mientras la madre de los niños se encontraba trabajando. Tras la condena, el hombre fue trasladado a la Penitenciaría provincial donde se encuentra alojado hace dos años tras la denuncia formulada por la propia víctima.
La determinación del Tribunal, presidido por el magistrado Julio Fernando de Viana, se dio el pasado miércoles a casi cuatro años del hecho. A mediados de julio del 2019, el hombre acudió a la vivienda de una familia amiga para cuidar a tres hermanos que se iban a quedar solos y fue allí donde se encontró con la víctima, que era amiga y compañera de la escuela de la mayor de las hermanas.
En el debate, la defensa intentó probar que las relaciones habían sido consentidas por la víctima y el ahora condenado relató lo ocurrido aquella noche. Según él, luego de cenar, entre las 23 y las 00 hs, todos se fueron a dormir y él no pudo conciliar el sueño en la habitación matrimonial, preocupado por la salud de su padre.
Allí fue cuando, según su relato, la víctima apareció en el umbral, comenzaron a besarse y la niña de 12 años se quitó la ropa. "Yo no la obligué a nada, pero pasaron unos 15 o 20 minutos y ella dijo que no se sentía cómoda y se fue al baño", relató. En aquel momento, Carmona tenía 18 años. Según su defensa, el joven estuvo en el lugar del hecho y mantuvo "relaciones sexuales pero no forzadas" con la menor.
Por su parte, la víctima del abuso indicó que normalmente dormía en la misma cama que su compañera de escuela pero esa noche, al estar la madre de viaje, la otra niña durmió en la habitación matrimonial. Su amiga se quedó en el dormitorio y explicó que, alrededor de las dos de la mañana, el imputado fue hasta donde estaba mientras ella veía una película en su celular. Luego de sentarse en la cama, intentó besarla, ella se alejó y tras un forcejeo, la desvistió y cometió el abuso.
La joven, al día siguiente, le contó lo sucedido a su amiga y luego a la madre de la chica -que no le dio mayor importancia-.
Durante el juicio, se presentaron diversas pruebas que dieron lugar a la validez del relato de la víctima. Entre ellas figuraron la revisación de un médico pediatra, que dio cuenta de un desgarro en el himen producto de una penetración y se repasaron diferentes testimonios de la madre de la joven abusada, contando sobre las consecuencias psicológicas que tuvo su hija desde aquel ataque (señalan una baja en el rendimiento escolar, trastornos alimenticios, autoflagelación y hasta intentos de suicidio).
"El hecho está por demás acreditado y también el trauma en la víctima, que afectó su personalidad y la marcará de por vida", cerró la defensora de Niñez, Adolescencia e Incapaces, Silvina García.
Con información de Télam