Hace seis años, la joven A. denunció que fue acorralada y abusada en un despacho del Congreso de la Nación por nada menos que un diputado. Este viernes, José Orellana, ahora intendente de Famaillá, se sentará finalmente en el banquillo de los acusados, en el marco de un juicio oral y público que se anticipa histórico. Esta es la primera vez que se logró reunir la cantidad de pruebas suficientes para someter a esta instancia de un proceso penal a un exlegislador por un caso de abuso sexual.
Miles de víctimas de violencia sexual sintieron el impulso de denunciar a sus abusadores cuando la actriz Thelma Fardín dijo en 2018 que Juan Darthés la había violado en un hotel de Nicaragua. A. escuchó ese “Mirá cómo nos ponemos” y automáticamente se le vino a la cabeza la frase “Nadie te besó así, ¿no?”. Se la había dicho Orellana mientras la manoseaba en su despacho a puertas cerradas, según consta en la denuncia judicial que presentó la joven en 2016 contra el entonces diputado nacional del monobloque Primero Tucumán. Si bien A. había presentado la denuncia en la Justicia dos años antes, en ese momento decidió por primera vez contar en los medios su historia de violencia.
Una sensación similar, de reconocimiento en el dolor y las denuncias de otras mujeres que sufrieron violencia sexual, la había atravesado mientras participaba de la reunión de Naciones Unidas sobre Mujer y Discapacidad, que se realizó en 2016 en Chile. Según las personas que la acompañaron, ese día, A., que tenía por entonces 22 años, se dio cuenta que su caso no era el único y que era importante sentar un precedente con su acusación "para empoderar a otras". Cuando volvió a Buenos Aires, realizó la denuncia penal contra el "mellizo", como también se conoce al exdiputado que alterna la intendencia de la ciudad tucumana con su hermano hace 30 años.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
MÁS INFO
Cuando ocurrieron los hechos denunciados, A. era secretaria de Gabriela Troiano, diputada mandato cumplido del Partido Socialista, y había entablado en el día a día de la actividad legislativa una relación cercana con distintos asesores del diputado Orellana. Además, las oficinas de los legisladores estaban pegadas. Por eso no le llamó tanto la atención cuando el diputado la invitó a ingresar a su despacho, ubicado en el anexo H de la Cámara de Diputados. “Vos necesitás alguien que te quiera”, le lanzó el legislador cuando se abalanzó sobre ella y comenzó a tocarla.
Este viernes, comenzarán a desfilar en el Tribunal Oral Criminal n° 28 los 12 testigos que declararán en el marco del juicio oral por las denuncias de violencia. El delito que se le imputa a Orellana es el de “abuso sexual simple”, que implica una pena que va de 6 meses a 4 años. Troiano, quien acompañó a la denunciante durante todo este proceso, integrará la lista de testigos y tendrá un rol fundamental.
“Estamos hablando de un hecho de muchísima gravedad institucional porque se dio en el Congreso de la Nación y porque se trata de un diputado. Hace seis años que ella viene luchando e impulsando el proceso, con la revictimización que eso le implicó. Por eso, es un gran logro que mañana se inicie el juicio”, resaltó a El Destape Sofía Morandeira, miembro del equipo de abogados que acompañan a A..
En 2020, la Justicia revocó el sobreseimiento del exdiputado y dictó su procesamiento, en un fallo de la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional. En su resolución, la Cámara había valorado el “estado psicofísico” de la denunciante, caracterizado por angustia y ansiedad y la "amplitud probatoria" existente para que continúe el juicio.
En ese año, la Cámara de Diputados, presidida por entonces por Sergio Massa, dictó una acción reparadora e incorporó a al joven a la planta de trabajadores y trabajadores en el Departamento de Géneros y Diversidad Sexual de la Cámara baja. "Hace algunos años, una trabajadora de ésta Cámara de Diputados de la Nación denunció haber sufrido abusos sexuales por un entonces diputado nacional, que está procesado por ese delito, y no encontró la protección física y psíquica que amparada por la Ley debería haberle garantizado ésta Cámara", decía por entonces el comunicado de Diputados.
En el lapso que transcurrió desde la presentación de la denuncia hasta que dejó su cargo, Troiano formuló varios pedidos para que la Cámara cambiara de edificio al diputado y, después, para que fuera suspendido. También reclamó asistencia psicológica para A. porque la Cámara no la había acompañado. Pero Orellana presentó una carta ante la Presidencia, que por entonces ejercía Emilio Monzó, diciendo que todo era falso y que había respondido a todos los requerimientos judiciales. Terminó su mandato normalmente, aunque en un despacho diferente.
En todo momento, la excusa que escuchaban las diputadas que impulsaban su desafuero era que no se podía tomar una resolución hasta que mediara la Justicia. Ese momento llegará este viernes 14 de octubre. "Es una oportunidad que sea un juicio oral, para que toda la sociedad pueda conocer estos hechos, y para darle reparación y justicia a la víctima de una vez por todas", enfatizó Morandeira. Orellana sigue ejerciendo la función pública.