Terminó de comer, pintó una pared de la Iglesia Evangélica "Dios de Pacto", que dirigía en Rawson, y cuando finalizó la labor, se sentó en la silla y le dijo a su esposa: “Todo está hecho”. Minutos después, la Policía llegó a buscarlo para llevarlo preso, por un delito gravísimo. A pesar de que el pastor “sabía” que lo iban a aprehender, estaba tranquilo. No desmintió nunca los cargos que le imputaron: abuso sexual agravado por el vínculo y reiterado contra sus propias hijas y corrupción de menores. Además, le descubrieron imágenes pornográficas en los celulares que le secuestraron, por lo cual también le imputaron “producción de material pornográfico en perjuicio de las menores”.
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Siempre aceptó todo. Él había violado durante años a sus propias hijas. Las había maltratado y los abusos fueron físicos y psicológicos. A tal punto que las tres víctimas están siendo contenidas con apoyo psiquiátrico por las graves secuelas que les provocó.
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Sólo pidió perdón a última hora del miércoles, cuando en la sala 9 de audiencias del edificio de Tribunales en San Juan, se desarrolló el juicio abreviado por los tres hechos aberrantes. El acuerdo fue condenarlo a 30 años, porque en realidad podrían haber sido más, pero al haber accedido a decir la verdad y al ponerse a disposición de la justicia sanjuanina fueron “contemplativos”.
“Las pruebas fueron avasallantes”, contó la jueza Gema Guerrero, quien confesó que se le entrecortaba la voz cuando debía leer detalles de las vejaciones. “Estaba en todos sus cabales”, explicó el fiscal Juan Manuel Gálvez, de la Unidad Fiscal CAVIG, quien aseguró que el hombre fue sometido a pruebas psicológicas y psiquiátricas para saber si estaba apto para ser juzgado. Lo hizo en plena consciencia de sus actos.
Juzgado en 18 días
La denuncia fue radicada el pasado 7 de agosto por una de sus hijas, que hoy tiene 24 años y dijo basta. El proceso judicial fue rapidísimo e inédito por su celeridad en el marco del nuevo sistema acusatorio. Todo se dio tal como la justicia sanjuanina esperaba. Pruebas contundentes, material móvil secuestrado, entrevistas videograbas y pericias a las víctimas, y la declaración confesa del imputado.
Eso allanó el camino para que M.A.A, responsable de la Iglesia “Dios de Pacto” de Villa 17 de agosto, ubicada en el departamento Rawson, terminara 30 años tras las rejas. Lo que hizo fue aberrante. Cuando se metía en la habitación de las niñas, a la mayor le leía un pasaje de la Biblia justo antes de violarla. “Las sometía sistemáticamente casi todos los días”, detalla la copia del fallo al que accedió El Destape.
Al no poder defenderse de las violaciones, una de las víctimas se autoagredía. Incluso, intentó quitarse la vida, pero eso no surtía efecto. El imputado cada vez que las sometía les decía que sólo sacándole fotografías iba a parar. Así acumuló material sexual.
En el último tiempo, las aberrantes vejaciones se producían a sabiendas de las hermanas, quienes luchaban contra su destino sin poder lograr zafarse. Hasta que finalmente, hace 18 días, se animaron y gritaron su verdad. Un calvario de años que terminó, pero nadie lo borrará.