Haydeé Vallino de Lemos, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, falleció este jueves a los 100 años. Así lo informó el organismo de derechos humanos.
En un comunicado, desde Abuelas confirmaron: "El terrorismo de Estado diezmó a su familia. Ella se sobrepuso con la firmeza que la caracterizaba y transformó su tragedia en lucha colectiva". Siguió asistiendo a la sede de Abuelas hasta que pudo, para continuar con la búsqueda de los nietos y nietas de sus compañeras.
El organismo de derechos humanos señaló que, con su partida, "se va una parte de la historia de Abuelas" y que "fue una de las 12 mujeres que hace ya casi 43 años se dieron cuenta que debían unir fuerzas para encontrar a sus nietos y que dejaron todo en esa búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia".
"Era conocida por sus comentarios agudos. María y María José la acompañaron siempre, fueron aprendiendo de ella y se incorporaron a la Asociación. Hoy María José es la responsable del área de genética y María, psicóloga de profesión, fue integrante del equipo terapéutico de Abuelas", recordaron. "Que en paz descanses, querida Haydeé, tu legado de amor sigue vivo en tus nietas y en nuestros entrañables recuerdos de vos", cierra el texto.
Haydee había nacido en Buenos Aires el 27 de agosto de 1919. En 1946 se casó con Alberto Lemos y tuvieron tres hijos. María del Consuelo, arquitecta y militante de Montoneros; Mónica, estudiante de Geología; y Mario, flautista, trabajador del cuero y miembro de la Juventud Guevarista. Los tres hermanos militaban en villas.
Su hija Mónica se casó con Gustavo Antonio Lavalle y tiempo después, en 1976, nació su primera hija María. En junio del 77 estaba embarazada de ocho meses cuando fue secuestrada junto a su marido y su su hija de un año. A la pequeña María la dejaron en la casa de su abuela materna, mientras que Mónica dio a luz a su segunda hija en el centro clandestino el "Pozo de Banfield".
El 5 de agosto de 1977 secuestraron de su trabajo a Mario Lemos. Haydeé y Alberto comenzaron a buscar a sus hijos. Tiempo después supieron que María José, la beba nacida en cautiverio, había sido apropiada por una mujer policía y por su marido, que la anotaron como propia.
Las denuncias llegaron a partir de 1985 y finalmente se presentó una causa judicial. El juez ordenó un análisis genético, que en octubre de 1987 determinó que la pequeña de diez años era la hija de Mónica y Gustavo.