El 24 de febrero de 2021 Diego García, jugador de fútbol del club Estudiantes de La Plata, asistió a una pool party y violó a Clara Bulacio, jugadora de hockey de la misma institución. Así lo denunció la joven en la causa por “abuso sexual” radicada en la UFI Nº 16, a cargo de la fiscal Cecilia Corfield. Hoy, la joven dice que vive un doble duelo: por el abuso que sufrió y por el club que le dio la espalda.
“Fui a esa pool party por amigos que me dio el club y amigos a los que les tenía confianza, no fui a arriesgar mi vida”, explicó Clara sobre la fiesta a la que asistió el 24 de febrero de 2021. Fue tan estigmatizada por lo que le ocurrió que aún, sin darse cuenta, explica lo que no debiera: que fue a una fiesta con amigas a pasarla bien y sólo a pasarla bien. Tuvo la desgracia, sin buscarlo ni fomentarlo ni pregonarlo, de toparse con un violador.
“Mientras esperaba dentro de la casa de la fiesta para ingresar al baño aparece Diego García, jugador de fútbol del plantel de 22 años, y me toma del brazo y me mete al baño”, señaló la joven. Según lo apuntado, el futbolista “cierra la puerta, la da vuelta, la tira contra la pared, golpeándose el ojo izquierdo”, y luego la viola.
“Se cumple un año de toda esta situación y a mí me toca lidiar con dos duelos. El de que una persona haya decido sobre mí, tomado el poder de mi cuerpo y no me haya dejado decidir sobre lo que quería hacer. No solo tengo que estar con ese duelo de sentirme sucia, sino que también tengo el duelo de haberme alejado del club que me acompañó toda mi vida, de aceptar que el club al que yo acompañé me dio la espalda”, señaló.
Cuando la denuncia se realizó, Clara Bulacio no dio consentimiento a los medios para que se publique “por miedo a la exposición que iba a generar ya que García es futbolista”, remarcó. Sin embargo, un periodista tuvo acceso a la causa y la publicó. “Esto pasó el 27 de febrero a la noche y empecé con ataques de pánico. Estaba en un cumpleaños familiar cuando mi celular explotó de mensajes, y yo no quería que personas cercanas se enteraran y menos de esa manera”, dijo.
A pesar de haber vivido esa mala situación, Clara continua con su lucha en el sistema judicial y en los medios de comunicación. Actualmente Diego García “no puede acercarse ni a 300 metros, ni por redes sociales”. Sin embargo, Clara lo sigue viendo: “Me lo cruzo en pesadillas que tuve y que tengo, así que lamentablemente su cara está en mi cabeza”.
“Con lo que lamentablemente vivió esta chica en Palermo que fue violada por estos seis hombres hubo una repercusión por todos lados sobre lo que es la violación. Y una chica por Twitter dijo que ‘el acto de violación es un día, pero en realidad te violan todos los días porque no se te va de la cabeza’, y es tal cual. Yo intento seguir con mi vida normal, trabajo, salgo con mis amigos, hago lo más que puedo, pero es increíble como haciendo cosas de la nada se me vienen imágenes a la cabeza”, explicó.
“Hay situaciones que no soporto, el miedo a ser violada no se me fue, sigue estando. Siempre te imaginas otros escenarios donde te puede pasar, es una película de terror”, se sinceró Clara con la voz entrecortada. “El último ataque de pánico que tuve no le paraba de decir a mi mamá que necesitaba que todo esto sea una pesadilla y que algún día alguien me levante y me diga ‘Clari, está todo bien, fue una pesadilla, no te pasó todo esto’”, recordó.
Actualmente la joven está con tratamiento psicológico, medicada por la ansiedad, y algunos días está más depresiva que otros. “Hay días que estoy bien y otros que no, es una tortura”, sintetizó y agregó: “Hay días que de la causa no quiero saber nada, hay veces que se encarga mi abogado y mis papas porque si todos los días pienso lo que me pasó sinceramente es una tortura”.
La causa avanza, pero cuesta el doble. “Es todo muy lento, demasiado lento. A las pericias psiquiátricas de abril de 2021 yo fui, pero la otra persona se ausentó y eso fue una traba. Ahora en marzo tenemos dos fechas cada uno para las pericias psicológicas y supuestamente ahí ya nos tendrían que dar fecha para el juicio oral”, explicó Clara.
El club Estudiantes de La Plata
En declaraciones a distintos medios, la subsecretaria de género, Paula Aberastegui, afirmó que “el club no es parte del proceso judicial pero el acompañamiento implica ir conteniendo a la persona afectada en el tránsito por ese proceso que sabemos que es lento, que es difícil y muchas veces sabemos que es re victimizante”.
Sin embargo, Clara señaló que el comportamiento de la institución fue el contrario: “Me tocó que mi situación sea pública y no me voy a quedar callada, no van a tener la comodidad de mi silencio. A pesar de que Estudiantes hizo las cosas bien desde lo legal, también habla de una escuela, de valores y algunas cosas más que conmigo no las cumplió. Estudiantes me dio la espalda a mí y a mi familia, y Estudiantes era mi familia”.
En ese sentido, Bulacio contó: el club “se comunicó con mi familia e íbamos a tener una reunión. Nos recomendaron que antes nos informáramos y vayamos con las ideas firmes para no comernos cualquier verso. Así lo hicimos, pedimos el cambio de fecha de la reunión para ver qué iba a decir el club, pero nunca se reprogramó”.
El Destape entrevistó a la joven pero, para que no sea revictimizada una vez más, se le enviaron declaraciones que ya había brindado a distintos medios sobre el abuso y ella ratificó la gran mayoría. Es decir, no se le pidió que cuente nuevamente lo que contó hasta el hartazgo. Las imágenes fueron aportadas y consentidas por ella.