La presión alta, también conocida técnicamente como hipertensión, puede desarrollarse de manera lenta y causar daños al organismo por un largo período de tiempo. Si la presión arterial alta causa daño suficiente, puede aumentar el riesgo de sufrir un derrame cerebral o un ataque al corazón. ¿Qué debés saber para mejorar tu salud?
Es una de las afecciones más peligrosas, pero también una de las más comunes. Lo que la hace aún más peligrosa, es que la presión arterial alta suele no presentar síntomas, o presentar muy pocos. Por eso muchos médicos se refieren a ella como “asesino silencioso”.
Pero esto no significa que no se pueda diagnosticar y tratar la hipertensión. En este artículo te diremos lo que necesitás saber sobre la presión alta y cómo puede presentarse en las personas afectadas por ella.
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¿Qué es la presión arterial?
Para entender qué es la presión alta, es esencial saber qué es la presión arterial. Se trata de la presión que ejerce la sangre sobre las paredes arteriales al ser bombeada desde el corazón. Cada latido del corazón es un bombeo de sangre hacia las arterias. Es mayor al encontrarse despierto o durante actividad física.
El bombeo de la sangre en este estado se llama presión sistólica. Cuando el corazón está en reposo, entre latidos la presión baja, a esto se le llama presión diastólica. La lectura de la presión hace un cálculo de estas dos unidades, lo que indica el estado de tu presión arterial.
Por lo regular, una lectura de la presión arterial coloca primero la presión sistólica y luego la diastólica. Por ejemplo, una presión arterial normal se ubica en 120/80, mientras que la presión alta se ubica en el 140/90.Si tu presión rebasa esta cifra, es importante que acudas con un especialista en cardiología lo antes posible.
¿Qué es la hipertensión arterial o la presión alta?
Se conoce como hipertensión arterial a la presión alta sin causa reconocible. Es una enfermedad que los médicos denominan como “asesino silencioso”. Sus síntomas suelen pasar desapercibidos, lo que reduce la posibilidad de actuar rápidamente para controlarla, antes de que sea muy tarde.
La presión alta puede aumentar el riesgo de padecer un ataque al corazón, un accidente cerebrovascular o insuficiencia cardíaca.
La presión alta puede aumentar el riesgo de padecer un ataque al corazón, un accidente cerebrovascular o insuficiencia cardíaca. Muchos estudios incluso señalan que la hipertensión puede resultar en un déficit cognitivo, reduciendo la atención y la flexibilidad mental, y alterando la memoria y las habilidades de razonamiento abstracto.
Sin embargo, es posible detectarla en tempranas etapas si se realiza continuamente una revisión médica. La presión alta puede afectar a, prácticamente, cualquier persona, incluso niños. Hay dos tipos de hipertensión, las cuales varían tanto en gravedad como en factores de riesgo.
Tipos de hipertensión arterial o presión alta
Existen dos tipos de hipertensión arterial. Te los explicamos a continuación:
Primaria o esencial
La presión alta primaria o hipertensión esencial es aquella que se desarrolla con la edad. Aunque no se conozcan exactamente sus causas, existen diversos factores que aumentan el riesgo de padecerla, como:
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Antecedentes de familiares con presión alta
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Sobrepeso
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Hacer poco ejercicio
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Fumar o tomar alcohol.
Las personas con diabetes también tienen un riesgo mayor de desarrollar hipertensión. La hipertensión primaria o esencial generalmente afecta a los adultos y se vuelve más común conforme se va envejeciendo.
Secundaria
La presión alta secundaria, o hipertensión secundaria alta, es aquella provocada por agentes externos a los factores de riesgo primarios. Existen varias enfermedades o incluso tratamientos médicos que resultan en hipertensión, es decir, es uno de sus síntomas, como:
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Apnea obstructiva del sueño
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Enfermedad renal
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Tumores de la glándula suprarrenal
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Problemas de tiroides y otras afecciones hormonales
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Ciertos defectos de nacimiento (congénitos) en los vasos sanguíneos
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Algunos medicamentos, como las píldoras anticonceptivas, antigripales, los descongestionantes, analgésicos de venta libre y algunos medicamentos con receta médica
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Drogas sintéticas, como la cocaína y las anfetaminas.
¿Por qué se sube la presión arterial?
Frecuentemente la presión arterial sube cuando estamos haciendo ejercicio físico intenso, pero esto no tiene que ver con la hipertensión. Esta ocurre sin causa aparente o “reconocible”. Cuando la presión sube, puede deberse a alguno de los factores de riesgo primarios o secundarios.
Igualmente, una dieta rica en sodio, o baja en potasio, puede ocasionar que de pronto se suba la presión arterial. También, el consumo de tabaco, ya sea mediante goma de mascar, cigarrillos, o estar cerca de personas que fuman, puede aumentar la presión arterial.
El consumo excesivo de alcohol se ha asociado con la presión alta, especialmente en hombres. Aunque la presión alta o hipertensión sea más frecuente en adultos, los niños también corren riesgo de padecerla.
Aunque la presión alta o hipertensión sea más frecuente en adultos, los niños también corren riesgo de padecerla.
El estrés y la ansiedad también pueden causar un aumento en la presión arterial, aunque puede ser consecuencia de otra enfermedad, como la insuficiencia renal. Los factores del estilo de vida son la mejor manera de explicar la presión arterial alta.
En algunos casos, los niños pueden presentar esta enfermedad. Sobre todo, si tienen antecedentes familiares con presión alta, malos hábitos de alimentación, falta de actividad física o sobrepeso.
¿Cuándo se considera presión alta?
Una de las razones más habituales para visitar al médico cuando se entra a la mediana edad, entre los 40 y 50, es para realizarse un chequeo del corazón. Los chequeos rutinarios con el médico son clave para determinar la existencia de la enfermedad.
Si hay indicativos de que la presión arterial está alta en dos o más chequeos, es posible que el médico le pida realizarse chequeos de la presión en casa, a diferentes horas del día. Si tu presión arterial se mantiene constantemente alta, incluso en ratos de relajación, se podrá determinar que padeces hipertensión.
Se considera presión alta a la presión sanguínea de 130/80 o mayor. Sin embargo, debe considerarse que en adultos mayores a 65 años se debe realizar un chequeo completo del estado de salud para tomar en consideración cualquier otra afección que esté causando la presión alta.
Esto es más frecuente en adultos mayores no sólo por el estilo de vida que hayan podido llevar por muchos años y mantenido hasta la actualidad, sino porque con la edad, las arterias principales se van endureciendo. Esto provoca que el flujo sanguíneo sea más lento y el corazón deba de esforzarse más para bombear sangre al cuerpo.
Síntomas más comunes de la hipertensión
Si bien en la mayoría de los casos no se presentan síntomas, en la mayoría de los casos la hipertensión es detectada al momento de las visitas al médico y éste detecta un aumento consistente en la presión arterial.
Debido a esto, muchas personas pueden experimentar enfermedades cardíacas o renales sin saber que son la causa de la existencia de la hipertensión. Y lo que lo hace todo más complicado, es que los síntomas que pueden experimentarse podrían relacionarse a otras enfermedades, menos graves e insidiosas.
Los síntomas más comunes de la hipertensión son:
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Dolor de cabeza.
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Sangrado nasal
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Sensación de inquietud
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Nerviosismo.
En casos menos frecuentes, los síntomas pueden ser:
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Dolor de cabeza intenso
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Sensación de frialdad
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Sensación de angustia
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Palpitaciones aceleradas
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Temblores en todo el cuerpo.
¿Cómo se diagnostica?
La forma más común de diagnosticar la hipertensión o presión alta, es en una revisión médica. Se requieren varias mediciones y constatar que realmente existen cifras altas de presión arterial.
Suele descubrirse al aparecer alguna de sus consecuencias nocivas o complicaciones. Por ejemplo: problemas de corazón, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal o lesiones cerebrales.
Normalmente, el estudio de la hipertensión arterial va dirigido a determinar la causa. Se examina la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular, como el colesterol alto o hipercolesterolemia, hiperglucemia o glucosa alta en la sangre. También su repercusión en diferentes órganos.
Se comienza por un cuestionario médico completo, exploración física y estudios analíticos, como la lectura de la presión sanguínea con un tensiómetro. La hipertensión arterial casi siempre se presenta sin causa aparente, pero puede ser secundaria a otras enfermedades.
La hipertensión arterial casi siempre se presenta sin causa aparente, pero puede ser secundaria a otras enfermedades.
Cuando se sospecha que hay una enfermedad que causa el aumento de presión arterial, se suele completar el estudio cardiológico con otros estudios orientados a encontrar dicha causa.
Se dispone también de otras pruebas que evalúan la repercusión que el aumento de presión sanguínea puede producir en los órganos “diana”. Estos son el corazón, riñón, cerebro, y ojos.
Según la American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón), tu presión arterial es normal si se encuentra por debajo de 120/80 mm Hg. Otras mediciones de la presión arterial se clasifican en las siguientes categorías:
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Presión arterial elevada. La presión arterial elevada es una presión sistólica de 120 a 129 mm Hg y una presión diastólica por debajo (no por encima) de 80 mm Hg. La presión arterial elevada tiende a empeorar con el tiempo, a menos que se tomen medidas para controlarla.
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Hipertensión de etapa 1. La hipertensión de etapa 1 es una presión sistólica que oscila entre 130 y 139 mm Hg o una presión diastólica que oscila entre 80 y 89 mm Hg.
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Hipertensión de etapa 2. La hipertensión de etapa 2 es una presión sistólica de 140 mm Hg o mayor, o una presión diastólica de 90 mm Hg o mayor.
Como la presión arterial suele variar de día a día y de persona a persona, el diagnóstico de presión arterial alta se basa en el promedio de dos o más mediciones tomadas en diferentes ocasiones de manera uniforme.
En la primera consulta, la presión arterial se toma en ambos brazos para determinar si hay alguna diferencia. Después, se suele usar el brazo que arrojó la lectura más alta.
El médico podría indicar que lleves una lectura de la presión arterial durante una prueba de control de presión arterial de entre 6 a 24 horas. A este registro se le llama “registro ambulatorio de la presión arterial”.
El dispositivo utilizado para esta prueba mide tu presión arterial en intervalos regulares durante 6 o 24 horas, brindando un panorama más preciso de los cambios en la presión arterial en el transcurso de un día y noche promedios (durante las 24 horas). Pero es importante mencionar que estos dispositivos no están disponibles en todos los centros médicos. Consultá con tu obra social o prepaga.
Tu médico también puede recomendar que uses un monitor de presión arterial en el hogar, preferentemente uno que permite guardar tus mediciones en la memoria, para controlar regularmente tu presión arterial. De ser así, deberá indicarte cómo usarlo correctamente.
El médico también puede recomendarte pruebas para confirmar el diagnóstico y comprobar si existen afecciones subyacentes que puedan causar la hipertensión, tales como:
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Análisis de laboratorio: prueba de orina (análisis de orina) y análisis de sangre, incluida una prueba de colesterol.
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Electrocardiograma (ECG): esta prueba rápida e indolora mide la actividad eléctrica del corazón.
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Ecocardiograma: se usa para verificar si hay más signos de enfermedad cardíaca. Un ecocardiograma utiliza ondas de sonido para producir imágenes del corazón.
¿Qué se siente cuando se sube la presión?
Aunque no haya un consenso general sobre los síntomas de la hipertensión, ya que éstos no suelen presentarse hasta etapas graves o prácticamente fatales, es importante tener en consideración los siguientes signos cuando se presentan.
Las personas que son hipertensas suelen presentar dolores de cabeza intensos cuando aumenta su presión arterial. De la misma forma pueden experimentar mareos y hasta náuseas. Pueden tener dificultad para respirar dada la agitación que sienten al llevar a cabo alguna actividad.
Es común sentir el corazón palpitando rápidamente o presentar sangrado nasal cuando se sufre de hipertensión.
Es común sentir el corazón palpitando rápidamente o presentar sangrado nasal, especialmente en personas mayores. Incluso después de una actividad física muy ligera. Esto puede ocurrir con actividades como subir escaleras o levantarse de la silla.
Tratamientos para la presión arterial alta
El estilo de vida puede tanto determinar el desarrollo de esta enfermedad como ayudar a controlar la presión arterial alta. El médico podría recomendarte hacer uno o varios cambios en el estilo de vida, que incluirían:
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Apegarte a una dieta saludable para el corazón, con menos sal.
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Hacer actividad física con regularidad.
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Si tenés sobrepeso u obesidad, bajar de peso y mantenerte en un rango estable y saludable.
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Limitar la cantidad de alcohol que tomás y dejar de fumar si lo hacés.
Sin embargo, los cambios en el estilo de vida no siempre son suficientes. Si la dieta y el ejercicio no ayudan, tu médico puede recomendarte medicamentos para bajar la presión arterial, tomando en consideración factores como la edad y los rangos de presión arterial.
Los medicamentos que se utilizan para tratar la presión arterial alta incluyen los siguientes:
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Diuréticos: son medicamentos que ayudan a los riñones a eliminar el sodio y el agua del cuerpo. Suelen ser los primeros que se prueban para tratar la presión arterial alta. Existen diferentes tipos y el que se te recomiende depende de las mediciones de la presión arterial y otras afecciones.
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Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA): estos medicamentos ayudan a relajar los vasos sanguíneos. Evitan que se estrechen las arterias y el corazón bombee con mayor presión para transportar la sangre.
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Antagonistas de receptores de la angiotensina II: Estos medicamentos también relajan los vasos sanguíneos. Evitan la formación de una sustancia química que estrecha las arterias.
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Bloqueadores de los canales de calcio: estos medicamentos ayudan a relajar los músculos de los vasos sanguíneos, pero algunos disminuyen la frecuencia cardíaca.
Si tenés problemas para alcanzar tu objetivo, es posible que tu médico te recomiende lo siguiente:
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Alfabloqueadores: reducen las señales nerviosas hacia los vasos sanguíneos, disminuyendo los efectos de las sustancias químicas naturales que estrechan los vasos sanguíneos.
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Alfabetabloqueadores: estos medicamentos son capaces de bloquear las señales nerviosas y disminuir los latidos del corazón. Se reduce la cantidad de sangre que se bombea a través de los vasos sanguíneos.
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Betabloqueadores: estos medicamentos ensanchan los vasos sanguíneos para que el corazón lata con menor frecuencia y sin hacer tanto esfuerzo. Aunque no se recomiendan los betabloqueadores como medicamento único, pueden ser eficaces en combinación con otros medicamentos para la presión arterial.
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Antagonistas de la aldosterona: curiosamente, también se consideran diuréticos, y bloquean el efecto de un químico natural que puede ocasionar la acumulación de sal y líquidos. Se pueden utilizar para tratar la hipertensión resistente.
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Inhibidores de la renina: Este medicamento disminuye la producción de la renina, una enzima producida por los riñones que es capaz de desencadenar una serie de reacciones que aumentan la presión arterial.
Varios de estos medicamentos solamente reducen el riesgo de un accidente cerebrovascular u otras complicaciones graves. Es importante que sigas las indicaciones del médico al pie de la letra.
Además, si tu presión arterial sigue siendo alta a pesar de haber seguido diferentes tratamientos, es posible que tengas hipertensión resistente. Se denomina así a la presión arterial alta controlada, pero tomás cuatro tipos diferentes de medicamentos al mismo tiempo para lograr ese control.
Tener hipertensión resistente no quiere decir que tu presión arterial nunca bajará. Si tu médico logra determinar la causa, se puede elaborar un plan de tratamiento que tenga mayor eficacia, como los siguientes:
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Cambiar los medicamentos para la presión arterial alta para determinar otras combinaciones y dosis más adecuadas.
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Hacer una revisión de todos los medicamentos que tomás, incluyendo aquellos que son para otras afecciones o que comprás sin receta médica.
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Controlar la presión arterial en casa para determinar si acudir al médico aumenta la presión arterial. Sí, acudir al médico puede causar aumento de la presión arterial: se llama “hipertensión de bata blanca”.
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Hacer cambios como los previos mencionados, que incluyen alimentación saludable, mantener el cuerpo activo o bajar de peso y limitar el consumo de alcohol y tabaco.
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Siempre debés tomar los medicamentos para la presión arterial según la indicación médica. Nunca omitas una dosis ni interrumpas de manera abrupta la toma de ésta, ya que la interrupción puede causar aumento de presión arterial, también conocido como hipertensión arterial.
Saltarte una dosis, por el motivo que sea, requiere de que hables con tu médico acerca de las soluciones. Es importante que no modifiques tu tratamiento sin la indicación de un experto.
Si bien estas no son todas las soluciones que podés tomar para tratar la presión alta resistente, se continúa estudiando la ecografía basada en catéter, y la ablación por radiofrecuencia de los nervios simpáticos del riñón como tratamiento.
¿Cómo se previene?
De acuerdo con la comunidad médica, en Argentina, 1 de cada 3 mayores de 18 años es hipertenso, casi el 40% lo desconoce y apenas de 1 de cada 4 tiene la presión arterial adecuadamente controlada. Podés prevenir la presión arterial alta al llevar un estilo de vida saludable, lo que implica:
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Alimentación saludable: limitar la cantidad de sodio (sal) y aumentar la cantidad de potasio en su dieta. También es importante comer alimentos que sean bajos en grasa, así como muchas frutas, verduras y granos enteros.
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Hacer ejercicio regularmente: el ejercicio le puede ayudar a mantener un peso saludable y a bajar la presión arterial. Tratá de hacer por lo menos dos horas y media de ejercicio aeróbico de intensidad moderada por semana, como caminar a paso rápido, o cualquier actividad física dónde tu corazón lata más fuerte y te hace respirar más oxígeno de lo habitual.
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Tener un peso saludable: mantener un peso saludable puede ayudarle a controlar la presión arterial alta y reducir su riesgo de otros problemas de salud.
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Limitar el alcohol: beber demasiado alcohol puede aumentar la presión arterial y añadir calorías a su dieta que pueden causar aumento de peso.
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No fumar: fumar cigarrillos eleva su presión arterial y lo pone en mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. Si fumás, hablá con tu médico para que te ayude a encontrar la mejor manera de dejarlo.
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Controlar el estrés: relajarse y manejar el estrés puede mejorar su salud emocional y física, lo que disminuye la presión arterial alta. Las técnicas de manejo del estrés incluyen hacer ejercicio, escuchar música, concentrarse en algo tranquilo o sereno y meditar.
Conclusión
La presión alta o hipertensión no suele dar signos ni síntomas de su existencia hasta etapas más graves o fatales. Es también conocida por los médicos como “el asesino silencioso”.
En este artículo vimos a profundidad cómo podés saber qué podés hacer en caso de que tengas o conozcas a alguien que tiene la presión alta o hipertensión. Es importante acudir al médico regularmente para determinar la presencia de una anomalía en la presión sanguínea.
Existen muchos tratamientos médicos para distintos rangos de edades y rangos de presión, además de formas de prevención y tratamientos que podés realizar vos mismo en casa. Llevar una vida saludable nunca dejará de ser la mejor opción para reducir el riesgo de padecer ésta u otras enfermedades adyacentes a la hipertensión.
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