Seguro que conocés esa desagradable sensación de cuando el estómago se te revuelve en una tormenta incierta que te trae a la mente la imperiosa necesidad por acudir al baño más cercano. Las náuseas y el vómito pueden tomarte por sorpresa, por lo cual es importante que sepas lo que debés hacer.
Las náuseas y vómito pueden ocurrirle a cualquier persona en cualquier lugar. Comenzás a enlistar todos y cada uno de los fatales errores que habrás cometido para llegar a eso, por ejemplo: no comiste bien, o comiste de más. En este artículo te contamos algunos pequeños datos poco conocidos sobre lo que puede provocar náuseas y vómitos.
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¿Qué son las náuseas?
Primero lo primero, ¿qué son las náuseas? Cuando hay un malestar estomacal, por lo regular viene acompañado de una sensación de indisposición breve de todo el cuerpo. Esto indica que el estómago está por expulsar violentamente su contenido a través del vómito.
Es una sensación desagradable que puede ser causada por una o varias razones. La más común es la de una noche intensa de copas o comer mariscos caducados. Pero también puede presentarse, por ejemplo, después de un proceso de quimioterapia para tratar el cáncer.
Sin embargo existen causas que quizás no te imaginabas que podrían provocar náuseas y vómito. Es importante saber que este tipo de malestar no es solamente síntoma de una indigestión. Puede ser signo de algo más en tu sistema y más aún cuando se presenta con frecuencia.
Causas comunes de las náuseas
A continuación te daremos unas de las causas más comunes, aunque no tan conocidas, de las náuseas y el vómito.
Ansiedad
A veces, la ansiedad puede causar más que una sensación de gorgoreo o de vacío en el estómago. Hay estudios acerca de los problemas digestivos que implica el que tu cuerpo atraviesa estados de ansiedad intensos, como las náuseas y vómito, diarrea, e indigestión, según la Asociación Americana de la Ansiedad y Depresión.
Las náuseas resultantes de la ansiedad suceden de la siguiente forma: cuando estás por tener un un ataque de pánico, tu cuerpo activa una parte del sistema nervioso llamado “Sistema Simpático”. Este acelera tu presión sanguínea y bombea adrenalina a tu torrente sanguíneo, preparándote para enfrentarte al enemigo percibido o montar un escape rápido.
Mientras tanto, las funciones como la digestión se paralizan virtualmente, lo que invariablemente acumula ciertas toxinas en el cuerpo. Eventualmente, por lo regular cuando el ataque de pánico ha pasado, las señales químicas llegan a tu cerebro y provocan la sensación de náuseas.
Hay medidas que podés tomar para disminuir el malestar gastrointestinal debido a la ansiedad, como respirar profundamente, hacer ejercicio regularmente e incluso seguir meditaciones guiadas diarias. Sin embargo, la mejor forma es buscar ayuda de un especialista en ansiedad que pueda llegar a un plan de tratamiento.
Ataque al corazón
No te asustes, pero sí ten cuidado con tomar a la ligera esos reflujos ácidos que de pronto tengas. Incluso sin dolor en el pecho, un reflujo ácido en el estómago o náuseas pueden ser indicativo de que estás teniendo un ataque al corazón.
De acuerdo con el Doctor Amnon Beniaminovitz, cardiólogo de Manhattan Cardiology en la ciudad de Nueva York, las mujeres son más propensas a informar estos síntomas cardíacos. Son menos típicos en los hombres.
“A veces, el dolor de un ataque al corazón se describe como dolor de estómago o dolor en el medio de la parte superior del abdomen”, dice. En lugar de un dolor agudo y punzante, puede sentirse más como "malestar o pesadez" o incluso indigestión.
Diabetes ketoacidosis
Comúnmente relacionamos las náuseas y vómito con la presencia de un virus estomacal. Pero esto mismo puede ser una señal de alerta de una complicación grave de la diabetes tipo 1, asegura la endocrinóloga Elizabeth Holt, MD, profesora consultora asistente de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke.
La cetoacidosis diabética es una de las complicaciones más graves de la diabetes. Los síntomas te pueden tomar por sorpresa y aparecer en solo 24 horas o menos. La cetoacidosis puede ser fatal sin un tratamiento adecuado, por lo que es importante saber reconocerlo para poder responder a tiempo.
La cetoacidosis puede ser fatal sin un tratamiento adecuado, por lo que es importante saber reconocerlo para poder responder a tiempo.
La cetoacidosis diabética ocurre cuando las células hambrientas de energía, que es cuando no obtienen el azúcar que necesitan cuando el cuerpo no produce suficiente insulina. Las células comienzan a quemar grasa como combustible, lo que acumula altos niveles de sustancias químicas llamadas cetonas en la orina y la sangre.
“Las personas comienzan a sentirse mal y tienen náuseas cuando entran en cetoacidosis”, dice la Dra. Holt. La afección puede conducir al coma o la muerte, especialmente en personas que no saben que tienen diabetes o no reconocen las señales de advertencia, como sed extrema y micción frecuente, y por supuesto, náuseas y vómito.
Insuficiencia de adrenalina
¿Que es el trastorno de insuficiencia de adrenalina? Se refiere a cuando las glándulas suprarrenales, localizadas justo por encima de los riñones, no pueden producir cantidades suficientemente altas de hormonas esenciales para el funcionamiento normal del cuerpo.
Una de las causas de la insuficiencia suprarrenal es la enfermedad de Addison, una enfermedad autoinmune que daña las glándulas suprarrenales. Limita su producción de cortisol, una hormona fundamental para el crecimiento, el metabolismo y otras funciones.
¿Cómo sabés si tus glándulas suprarrenales no están funcionando correctamente? De acuerdo con la Dra. Holt, “los síntomas clásicos son náuseas, vómitos, diarrea, pérdida de peso y, si continúa, su presión arterial baja tanto que entra en estado de shock”.
Las personas con insuficiencia suprarrenal con estos síntomas deben buscar atención médica inmediata, ya que la condición puede ser mortal.
Las personas con insuficiencia suprarrenal con estos síntomas deben buscar atención médica inmediata, ya que la condición puede ser mortal.
Reflujo de ácido
Cuando el origen de las náuseas y vómitos no es una resaca o exceso de comida china, puede ser indicativo de reflujo ácido. Las náuseas y vómitos son el sello distintivo de la ERGE, o Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico.
El reflujo de ácido sucede cuando el ácido gástrico o el contenido del estómago regresan al esófago, causando sensación de náuseas y vómito en algunas ocasiones.
Indigestión
Probablemente lo sabrías si tragaste algo que no se suponía que debías. Pero se sabe que los adultos ingieren accidentalmente huesos de pescado perdidos en un filete de pescado.
Ese cuerpo extraño en el estómago puede provocar náuseas y vómito, o dolor abdominal intenso. Ahora bien, es más común tragar intencionalmente artículos que no son alimentos cuando se resulta afectado por una condición psiquiátrica o un trastorno por abuso de sustancias.
Enfermedades de la vesícula biliar
La vesícula biliar es un pequeño órgano que, durante la digestión, libera un líquido verde amarillento espeso y viscoso llamado bilis, a través de un conducto que conecta al intestino delgado con el hígado. La bilis es un líquido que ayuda a absorber el colesterol, otras grasas y vitaminas de los alimentos.
Cuando el conducto biliar es obstruido, se corre el riesgo de que presente problemas serios para la salud.
Cuando el conducto biliar es obstruido, se corre el riesgo de que presente problemas serios para la salud. Esto ocurre cuando sustancias dentro de la bilis se endurecen y obstruyen el conducto, comúnmente se les denominan cálculos biliares.
Otras de las causas por las que se obstruye el conducto biliar pueden ser:
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Una lesión en estos conductos, producida en el transcurso de una intervención quirúrgica de la vesícula biliar.
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El estrechamiento de los conductos biliares, causado por factores como ciertas infecciones relacionadas con el HIV y la colangitis esclerosante primaria.
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Estrechamiento de las vías biliares por enfermedades del páncreas.
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Tumores en el páncreas, la vesícula biliar o las vías biliares.
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Parasitosis.
Sin embargo, la enfermedad ocasionada por cálculos biliares más recurrente es la pancreatitis, una inflamación del páncreas que ocurre cuando las enzimas digestivas comienzan a digerir el páncreas. Esta enfermedad puede ser aguda o crónica, pero sea una o la otra, es una afección grave que debe tratarse inmediatamente.
Los síntomas más comunes de la pancreatitis son dolor intenso en la parte superior del abdomen, náuseas y vómitos. La pancreatitis aguda ocurre de repente, pero generalmente desaparece en pocos días con el tratamiento adecuado.
Para el tratamiento de esta enfermedad, suelen suministrarse líquidos por vía intravenosa, antibióticos y analgésicos durante unos días en el hospital. Por otro lado, la pancreatitis crónica no puede curarse.
La pancreatitis crónica es causada también por los cálculos biliares, y también por un consumo excesivo de grasas, calcio o más comúnmente, alcohol. Otras causas pueden ser heredadas o algunas enfermedades autoinmunes.
Los síntomas incluyen náuseas y vómito, pérdida de peso y heces grasosas. Para tratar la pancreatitis crónica, se administran fluidos y analgésicos por vía intravenosa, al igual que una nutrición artificial durante unos días en el hospital.
Después de la estancia en el hospital, se deberán tomar enzimas y llevar una dieta especial. Enfatiza encarecidamente la abstención de consumo de tabaco y alcohol.
Náuseas y vómito: ¿Qué hacer al respecto?
Las náuseas y vómitos más comunes pueden incluir cualquiera de las siguientes causas:
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Enfermedad estomacal o intestinal.
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Embarazo (náuseas matutinas).
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Tratamiento médico, como un tratamiento contra el cáncer.
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Emociones como preocupación o estrés severos.
Al tener náuseas, es común no sentir el más grande de los apetitos, lo que puede llevar a una pérdida de peso poco saludable. Vomitar puede deshidratarte, lo cual también puede poner en riesgo tu salud.
Al tener náuseas, es común no sentir el más grande de los apetitos, lo que puede llevar a una pérdida de peso poco saludable.
Una vez que encontrés la causa de sus náuseas o vómitos, tu médico puede recomendarte algunos medicamentos, que cambies tu alimentación, o que pruebes otras cosas para sentirte mejor.
Cuando sientas náuseas, sentate un momento y respirá con calma. No te aconsejamos caminar de un lado a otro, ya que algunas veces esto puede ocasionar que la sensación de náuseas empeore.
Para asegurarte que tu cuerpo está lo suficientemente hidratado, tomá de 8 a 10 tazas de agua al día. También podés tomar sorbos de jugos de fruta y agua carbonatada (dejá la lata o la botella abiertas para que salgan las burbujas).
Probá con bebidas energéticas para reponer los minerales y otros nutrientes que podés estar perdiendo al vomitar. También te aconsejamos consumir de 6 a 8 comidas pequeñas a lo largo del día, en lugar de 3 comidas grandes.
Comé alimentos suaves como galletas, pan tostado, pollo y pescado al horno, papas, pastas y arroz. Igualmente podés consumir alimentos que contengan mucha agua.
Intentá tomar sopas claras, paletas de helado y gelatina. Si tenés un mal sabor en la boca, probá enjuagándote con una solución siguiendo las siguientes especificaciones:
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Usá 1 cucharadita (5 gramos) de bicarbonato de soda, 3/4 de cucharadita (4.5 gramos) de sal y 4 tazas (1 litro) de agua tibia.
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Escupí después de enjuagarte.
No te acuestes después de comer, mejor sentate en un lugar tranquilo, libre de olores y distracciones. Aquí te damos otros consejos a seguir para aquellos momentos en los que las náuseas te juegan un mala pasada.
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Chupá barras de caramelo o enjuagate la boca con agua después de vomitar. O también te podés enjuagar con bicarbonato de soda y la solución salina mencionada anteriormente.
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Intentá salir para recibir un poco de aire fresco.
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Mirá una película o televisión para alejar de tu mente las náuseas.
Tomá las siguientes consideraciones si es que pensás en tomar fármacos para las náuseas:
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Los medicamentos contra las náuseas usualmente empiezan a hacer efecto de 30 a 60 minutos después de tomarlos.
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Cuando llegues a tu casa después de recibir tratamiento con fármacos contra el cáncer, es posible que necesites tomar estos medicamentos regularmente durante 1 o más días. Hacelo apenas comiencen las náuseas. No esperes hasta sentirte muy mal del estómago.
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Si estás vomitando después de tomar cualquiera de tus medicamentos, acudí al médico inmediatamente.
Es importante evitar algunos tipos específicos de alimentos cuando tengas náuseas y vómitos:
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Evitá alimentos procesados y grasosos, al igual que alimentos que contengan altas cantidades de sal, como pan blanco, salchichas, hamburguesas de comida rápida, alimentos fritos, papitas fritas y, por supuesto, alimentos enlatados.
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Evitá alimentos con olores (y colores) fuertes.
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Evitá la cafeína, el alcohol y las bebidas carbonatadas.
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Evitá los alimentos irritantes o muy picantes.
Por último, es imperativo ponerse en contacto con el médico si vos o alguien que conocés:
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No puede retener ningún alimento sólido o líquido.
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Vomita tres o más veces en un día.
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Tiene náuseas por más de 48 horas.
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Se siente débil.
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Tiene fiebre.
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Tiene dolor intenso de estómago.
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No ha orinado durante 8 horas o más.
Conclusión
Las náuseas y vómito pueden ser ocasionadas por varias razones, no todas son muy conocidas y pueden tomarte desprevenido. Puede que no sólo haya sido las copas de más o el exceso de alitas picantes de la noche anterior, puede ser indicativo de un trastorno serio que necesite de atención urgente.
Factores como la ansiedad, la diabetes ketoacidosis o las enfermedades de la vesícula biliar pueden causar náuseas y vómitos como uno de sus síntomas más ligeros. Es importante hacer visitas al médico inmediatamente después de haber tenido náuseas y vómito, si es que la causa no es una simple indigestión o resaca.
Te recomendamos seguir también los consejos mencionados anteriormente, pero si las molestias persisten y tu estado de salud no mejora, ya lo sabes, acudí al médico lo antes posible.
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