El periodista Luis Majul tomó la bandera del periodismo oficialista y dio un nuevo ejemplo con una nota en La Nación donde llena de elogios y rinde pleitesía al presidente Mauricoi Macri.
En una columna sobre el "único gran error del Presidente", que no es más ni menos lo siguiente, según el periodista: "A veces se siente encerrado. Como si tuviera puesto un chaleco de fuerza. Todavía le cuesta asimilar que no puede ir al cine o al teatro solo. O que tampoco es libre de decidir, sin previa consulta, cuándo declararse enfermo, subir al helicóptero o dormir en la estancia de un empresario conocido, ir a jugar al golf con sus amigos, como todos los años, a Mar del Plata, y compartir anécdotas y chicanas, y ser tratado como uno más".
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En el medio, Majul llena de elogios al mandatario. "Macri, al poder, lo disfruta. Y la toma de decisiones, por más graves que parezcan, las vive con naturalidad. No le pesa. Incluso no lo estresa asumir sus consecuencias. De hecho, cuando vetó la denominada "ley antidespidos", lo hizo con convicción. Y hasta con pasión. Y cierta alegría. No con la felicidad cínica de quien, con su determinación, está afectando, y para mal, el destino de millones de personas. Sí con la adrenalina de quien está seguro de que, con el veto, hará mejor a los trabajadores y a las empresas".
Y en uno de los últimos párrafos, justifica, de manera insólita, las cuentas de Macri en el exterior. "Pero la concientización sobre los derechos y obligaciones del presidente argentino no tiene que ver sólo con el tema de su salud, sino con otros tan o más sensibles y delicados que su arritmia. Sin ir más lejos, la presentación de su declaración jurada de bienes, o el uso del helicóptero de Joe Lewis. Alguien debería haberle avisado que ya no es suficiente sentarse junto a su contador, revisar una planilla de Excel y apretar el botón "enviar", como hacía cuando era presidente de Boca e incluso jefe de gobierno de la ciudad. Hacerlo con mayor cuidado y responsabilidad "institucional" le habría ahorrado el dolor de cabeza de tener que aclarar por qué colocaba parte de su dinero en efectivo en una cuenta radicada en Bahamas. No era plata en negro. Había sido declarada. Y pagaba impuestos por eso. Aparentemente, el jefe del Estado no le prestó la suficiente atención a su contador cuando le informó que la sociedad que le manejaba el dinero se había mudado de Estados Unidos a Bahamas. El ruido fue tal que terminó anunciando la "repatriación" de la cuenta a la Argentina. Pero también generó ruido el hecho de que le prestara dinero a su "hermano de la vida" Nicolás Caputo. Se trata de una operación en blanco, registrada y a la vista. Pero ¿qué necesidad tiene el Presidente de prestarle dinero a su amigo, quien, seguramente, no tiene ningún apremio económico?"