Facundo Rivera Alegre tenía 19 años cuando en la madrugada del 19 de febrero del 2012 fue a un baile de cuarteto con amigos, en la provincia de Córdoba, y nunca más apareció. El “Rubio del Pasaje”, como todavía le dicen, convivía con su novia y tenía una beba de seis meses. Su mamá, Viviana, explica los detalles en diálogo con El Destape. Apunta a la policía provincial, a una investigación plagada de irregularidades y a la responsabilidad política, y anticipa que van a recurrir a organismos y tribunales internacionales.
¿Qué pasó con Facundo?
Facu fue a un baile con unos amigos y no regresó nunca más. Ya se cumplen diez años, en el medio hubo una supuesta investigación con grandes falencias, un fiscal que recién a los siete meses le empezó a prestar atención a la causa. A nosotros nos llegaban todo tipo de pruebas de que hubo una golpiza policial dentro del baile y que lo habían levantado en las afueras, y en ese momento ni siquiera peritaron los móviles de la Policía de Córdoba.
¿Por qué decís que fue una supuesta investigación?
Y luego de un tiempo, el poder político, judicial y policial de la provincia imputó a tres personas. Dos hijos de una mujer narco, que le provee la droga a la banda que fue a ver Facundo; y a una persona que trabajaba en el cementerio cortando el pasto. Dijeron que de esos pibes uno lo mató, el otro fue cómplice y el último lo cremó.
¿Y vos qué creés que pasó con Facundo?
Para nosotros fue un exceso de la policía. Existía el Código de Faltas, que viene de la dictadura, con el que muchos chicos de los barrios son perseguidos.
Facundo a veces venía de trabajar como albañil y pintor, con un arquitecto, y venía enchastrado de pintura, se tenía el pelo, entonces eso le generó anteriormente unas dos o tres golpizas policiales, varias veces lo para Infantería, incluso él una vez defendió a una novia de unos policías.
Entonces la policía ya sabía quién era Facundo, lo conocía. ¿Alguna vez ya había ocurrido que estuviera sin aparecer un tiempo o que no volviera después de una golpiza?
Un tiempo antes me habían dicho “ya le falta poco”, cuando lo fui a buscar a la seccional porque era menor de edad. Entonces les pregunté “¿poco para qué?”, y nunca me dijeron para qué. Y entonces creo que era para esto. La policía de la provincia de Córdoba es feroz. Facundo estuvo en el momento y lugar equivocado.
¿Hay alguien que sepa o haya visto qué pasó esa noche con Facundo? Alguna vez mencionaste a dos testigos que se comunicaron con vos poco tiempo después de la desaparición.
Me escribieron mails, aparecieron en alguna marcha con cierto temor, una chicas relatan que vieron una golpiza policial dentro del baile a un pibe con las características de Facundo, casi con la misma ropa, y que después vieron a la salida del baile, a tres cuadras, cerca de la central de la policía, que un auto con dos policías y dos personas de civil levantaron a un pibe casualmente vestido como Facu.
Recién al año el fiscal de ese entonces, Alejandro Moyano, que luego De La Sota lo elige Fiscal General de la provincia, dijo que se contactó con las chicas y que dijeron que era todo una broma.
De esa última vez que habrían visto a Facundo, ¿no hay más información sobre qué más pasó o dónde pudo haber estado?
No, nosotros presentamos hábeas corpus y lo rechazaron. La causa estuvo siempre en la justicia provincial, y es una desaparición, es un asunto federal. La copia del expediente la tuve recién a los dos años. Cuando tuvimos acceso a la causa nos dimos cuenta de que había cosas raras, cosas que no se hicieron.
¿Y qué creés que pasó esa noche en el baile? ¿A dónde creés que se lo llevaron?
El fiscal del principio nos prometió llevar unos perros para buscarlo, nunca lo hizo ni respondió por qué no lo hizo. Después nos propuso llevar unas bombas hidráulicas para dragar unas lagunas al fondo del barrio Maldonado, cerca del Campo de la Ribera, donde también hubo desapariciones durante la dictadura, y donde hay un cementerio en el que también hubo cremaciones y enterramientos clandestinos. Por esa zona es donde está la Seccional 5ta, donde negocian con los narcos y a donde la versión policial dice que Facundo fue a comprar la droga para la banda de Damián Córdoba, y donde lo mataron o lo cremaron.
¿Van a acudir a organismos y tribunales internacionales?
Hablamos con Amnistía Internacional para presentarnos en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para denunciar que nunca buscaron a Facundo, las falencias en la investigación y en el juicio. También hablamos con el CELS y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, para que nos acompañen.
Juzgaron un homicidio y el cuerpo nunca apareció. El Fiscal General de Córdoba nos recibió y nos dijo que el juicio estaba concluido pero no la búsqueda no, pero el tema es que tampoco lo buscan.
Con la doctora Gentile, que está actualmente en la causa, hemos hablado para armar un equipo técnico jurídico bien fortalecido. Hablamos con el Dr. Aparicio -abogado también de la madre de Facundo Astudillo Castro-, el doctor Sergio Heredia, y la hermana de Luciano Arruga, Vanesa, que tiene mucha experiencia.
¿Apuntan también a las responsabilidades políticas de la desaparición de Facundo?
El exgobernador De La Sota es el responsable político de la desaparición de Facundo Rivera Alegre. La muerte no dignifica. Hoy está Schiaretti que ha sido su alumno de la política represiva que hay en la provincia. Sabemos las cosas que hacen los policías y el círculo grande del narcotráfico, y el poder político avala y protege.