Desde que comenzó a registrarse un aumento en el número de contagios diarios en las últimas semanas de diciembre y ante la llegada de nuevas dosis de la vacuna Sputnik-V a la Argentina, el gobierno nacional y las organizaciones sociales comenzaron a diagramar un plan de acción para desplegar en los barrios populares una campaña de concientización, prevención y refuerzo de las medidas sanitarias.
El plan está estructurado en cinco políticas: prevención de contagios; promoción de la vacuna; refuerzo educativo; violencia contra las mujeres; y seguridad comunitaria.
El despliegue contará con 150 mil voluntarios de organizaciones sociales que integran la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) con el Movimiento Evita, Barrios de Pie y la CCC, en coordinación con la Casa Rosada.
El secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando “Chino” Navarro señaló que “nos pareció importante buscar la forma de acercarnos, desde la dirigencia social con mucho respeto, para ver qué había pasado que se había dejado de usar el barbijo”.
En diálogo con El Destape Radio, el dirigente del Movimiento Evita explicó que “la idea es replicar el fenómeno de las ollas populares pero ahora en una tarea más de prevención, educación y aprendizaje mutuo de la pandemia y en el marco de una crisis económica sin precedentes”.
El primero de los ejes ya está aceitado desde los primeros meses de la pandemia. Se trata del programa "El barrio cuida al barrio", con postas sanitarias para trabajar en la concientización, prevención, higienización de espacios comunes y el cuidado. El trabajo de los promotores populares incluirá la entrega de elementos de higiene personal, como barbijos y alcohol en gel.
El segundo punto está en línea con el operativo de vacunación que diagramó el gobierno nacional. Al no ser obligatoria, la intervención territorial será para fortalecer las campañas de difusión del Estado sobre la necesidad de inscribirse en los listados oficiales para recibir las dosis, especialmente en los grupos de riesgo.
Las organizaciones, a través de las promotoras de salud, serán parte de la campaña en las tareas que requiera el Gobierno para extender su llegada, como registro, apoyo operativo y logístico.
El tercer eje es “Educación Cerca”. En los barrios populares detectaron una gran deserción escolar y desconexión de los pibes y pibas con el sistema educativo formal. Se apunta a desarrollar un proceso de complementación con el acompañamiento de promotoras y promotores educativos, y el fortalecimiento de polos educativos comunitarios.
Hay una red de educadores populares que darán clases en espacios cuidados y cercanos a los hogares en espacios públicos abiertos, como parques y plazas. El objetivo es abrir mil Centros Educativos y Recreativos Comunitarios de aprendizaje.
En articulación con la escuela se desarrollarán propuestas de aprendizaje que impulsen la alfabetización inicial de jóvenes y adultos, además de actividades artísticas, deportivas y de cuidado del medio ambiente.
En el cuarto eje se apunta a desarrollar “corredores seguros”. Trabajarán con las comunidades en estrategias de prevención del delito y las violencias. Cada grupo de promotores de “convivencia ciudadana” trabajará en su barrio de pertenencia para articular las necesidades operativas detectadas por las organizaciones e instituciones comunitarias con los distintos niveles del Estado.
Se realizará un mapeo de zonas donde la violencia y los conflictos son recurrentes. Las cooperativas de trabajo realizarán obras de señalización de recorridos protegidos, con la construcción o arreglo de paradas de colectivos, iluminación y señalización de calles, y la identificación de baldíos, descampados y calles cerradas.
El quinto punto está vinculado con otra de las problemáticas más graves que detectaron las organizaciones sociales en los barrios. Durante la etapa de aislamiento social estricto, aumentaron los casos de violencia contra las mujeres. Reforzarán la prevención con las promotoras que ya trabajan en los barrios con tareas de acompañamiento, promoción de derechos y denuncias.
Además, se realizarán campañas de promoción de cuidados de la salud integral y reproductiva, con recorridos puerta a puerta para la distribución de métodos anticonceptivos.
"Estamos abocados a fortalecer el proceso de inscripción para que las familias de los barrios populares se vacunen, teniendo en cuenta la gran campaña de desprestigio y desinformación de cierta prensa a nivel nacional", dijo el presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo Evita y dirigente de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), Gildo Onorato.
Sostuvo que por ese motivo "es importante" el trabajo que se realiza desde los movimientos populares. "Sigamos complementando nuestra tarea territorial con la agenda institucional porque ha sido efectiva desde que se ha desatado la pandemia", dijo el dirigente social, y destacó las políticas alimentarias con las que el Gobierno asistió a la población más vulnerable.
Este plan de acción especial de prevención y vacunación se suma al trabajo conjunto entre el Estado, las organizaciones sociales y la red comunitaria ante la emergencia alimentaria. Las trabajadoras de espacios sociocomunitarios realizaron una tarea clave durante la pandemia al frente de comedores y merenderos.
Miles de mujeres y hombres esenciales que extendieron el alcance de las políticas públicas en cada barrio popular del país frente a una situación social con indicadores críticos. Sostuvieron y multiplicaron comedores, merenderos y ollas comunitarias ante una demanda que se triplicó y llegó a tener 11 millones de personas alimentadas en esos centros barriales
Ante la preocupación por el rebrote, las organizaciones sociales nucleadas en la UTEP señalaron en el comienzo del año que las trabajadoras socio comunitarias deben integrar los grupos prioritarios en el operativo de vacunación.