La semana pasada, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires disminuyó la velocidad de aplicación de las vacunas que le fueron asignadas a la cuarta parte. La declinación fue constante: cada día se inocularon menos dosis que la anterior, en un tobogán que pasó de 8595 el lunes a 2177 el domingo, según información recabada en el monitoreo público del operativo que realiza el ministerio de Salud.
“El ritmo de la campaña de vacunación está supeditado fundamentalmente a la magnitud de los embarques que recibe el Ministerio de Salud de la Nación y a la continuidad que exista entre dichas entregas”, es la explicación que dieron fuentes de la administración de Horacio Rodríguez Larreta ante la consulta de El Destape. Sin embargo, en el mismo período de tiempo, el resto del país incrementó el ritmo de inoculación en un 52 por ciento.
Los datos cargados en el Registro Federal de Vacunación Nominalizado (NOMIVAC), el lunes primero de marzo se aplicaron en la ciudad 8595 dosis. Fueron 8130 el martes, 7916 el miércoles y el jueves, día en el que suele aumentar el ritmo de carga, sufrió en cambio una caída de casi el 60 por ciento: sólo se dieron 3594 vacunas. Hacia el fin de semana, el panorama siguió empeorando. 3030 el viernes, 2802 el sábado y 2177 antes de ayer.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
MÁS INFO
La explicación no puede ser la falta de insumos: fueron semanas en las que llegaron al país y se enviaron a los distritos partidas numerosas. Entre todos, la ciudad de Buenos Aires es el más favorecido, a pesar de que el ministro de Salud porteño Fernán Quirós denunció discriminación en el reparto. Recibió dosis equivalentes al 9,2 por ciento de su población, la cifra más alta del país, pero de cada 100 que tiene disponibles sólo aplicó 58.
La caída abrupta en el número de aplicaciones resulta todavía más inexplicable si se tiene en cuenta que CABA es el distrito más pequeño, el más rico, el mejor conectado y el que tiene mayor cantidad de prestaciones médicas por habitante de todo el país. Y que durante la misma semana en la que la cantidad de dosis aplicadas en territorio metropolitano se venía a pique, el resto del país pasó de 326.935 dosis a 497.530.
MÁS INFO
Desde el gobierno porteño, además de culpar al suministro por parte de Nación, también delegan responsabilidades en los encargados de aplicar la vacuna. “Es clave diferenciar las distintas etapas que suceden con cada partida: primero llega la vacuna al país; luego Nación las distribuye entre todas las jurisdicciones; después cada jurisdicción las traslada a cada uno de los vacunatorios y finalmente se lleva adelante la aplicación”, señalaron.
Lo llamativo es que la administración de Rodríguez Larreta había justificado en una pretendida eficiencia la decisión de ceder parte de su stock de vacunas a empresas de medicina prepaga y obras sociales de sindicatos amigos para que dispongan de ellas. El resultado, a la vista, fue el contrario. Se resignó transparencia y equidad para acelerar el proceso de inmunización pero al final no hubo ni una cosa ni la otra.