Sergio Massa, en modo tiempista: libro con revelaciones, las pautas del peronismo para 2025 y un “regalo” para Milei

El ex candidato a  Presidente no se desespera por reaparecer. Almorzó con la CGT, con quienes compartió su preocupación por la economía del segundo semestre. Trabaja en mantener la unidad de Unión por la Patria y confía en un triunfo el año que viene. 

29 de mayo, 2024 | 12.15

Sergio Massa divide su tiempo entre el exterior y Argentina. Sin un cargo público, se aboca a su trabajo en un fondo de inversión y en su fundación. Desde allí analiza las variables económicas de los primeros meses de gobierno de Javier Milei y proyecta un segundo semestre complicado en términos económicos. Pero no suelta la rosca política ya que mantiene reuniones con figuras influyentes y con poder de decisión tanto peronistas, radicales, kirchneristas, gremiales, judiciales y hasta empresariales. Tiene proyectado reaparecer en las próximas semanas para presentar su libro, pero no fijó todavía una fecha porque no quiere abrir especulaciones. La interna en el peronismo la sigue de cerca, pero sin tomar partido porque cree que si se mantiene la unidad y se agudiza la crisis hay chance de triunfo en 2025.

“Querer un país” se llama el libro que escribió y en el que repasará su casi año y medio al frente del Ministerio de Economía con anécdotas inéditas en las que expondrá negociaciones con el FMI y con empresarios en medio de la crisis de la nafta o el lockout de empresas de colectivos como Dota. Está confirmado que la presentación será junto al escritor Jorge “Turco” Asís, pero si bien se analiza que sea en un microestadio con público e invitados especiales, tampoco se descarta que solo sea a través de un stream. Lo que lo hace dudar es el momento ideal para hablar porque no quiere quedar asociado a un “carancheo” en un momento de zozobra del Gobierno.

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Parado hoy junto a Cristina Kirchner, con quien mantiene un diálogo casi diario, no deja de mantener contacto con figuras relevantes como Axel Kicillof y hasta de otros partidos como Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta, Nicolás Massot y Miguel Ángel Pichetto. Cuando no está en San Pablo, Brasil, aprovecha para mantener encuentros como el almuerzo que mantuvo con los líderes de la CGT Héctor Daer (Sanidad), Pablo Moyano (Camioneros), Andrés Rodríguez (Estatales), Jorge Sola (Seguros), Carlos Acuña (Estaciones de Servicio) y Gerardo Martínez (Construcción). También recibe en sus oficinas de la Avenida Libertador a dirigentes como el operador peronista Juan Manuel Olmos.

Está al tanto del tratamiento de la Ley Bases y confía en que en el Senado los 33 legisladores mantendrán la unidad para rechazar la iniciativa. A sus interlocutores, les asegura confiado: “Hay 33 a la mañana, a la tarde y a la noche”. La base está, la incógnita pasa por si consigue el voto negativo de opositores “dialoguistas” como Camau Espínola y Edgardo Kueider, entre otros. 

La interna peronista

De cara al 2025, Massa cree que la clave pasará por mantener la unidad, lo que no significa que no haya competencia, y presentar una propuesta en base a “producción, trabajo y federalismo” que sintonice con la demanda de la sociedad. En base a una elección polarizada entre La Libertad Avanza con parte del PRO referenciado en Patricia Bullrich de un lado y al panperonismo del otro, no ve lugar para otras opciones y si la crisis económica se agudiza ve una chance de triunfo. Para ello, es clave que el sector más duro del kirchnerismo desacelere la pelea interna. A los dirigentes de la CGT les transmitió que entre las pautas que debe cumplir el peronismo, la primera es que la discusión tiene que ser de puertas adentro. “No se tiene que transpirar ni una gota para fuera”, bajó como advertencia. Y respecto de quienes salen a criticar a dirigentes de la misma coalición, los ninguneó de forma tajante: “Si discutís puertas afuera, estás jugando para el Gobierno”. Al que le quepa el sayo que se lo ponga.

El segundo semestre de Milei

En esa comida con los referentes gremiales compartieron una dura radiografía del consumo con caídas en distintos sectores que llega hasta un 38% en ventas de electrodomésticos, un 17% en ventas de shoppings y 18% en ventas de autos. Según revelaron a El Destape quienes participaron de esa charla, hay seguridad de que para junio la desocupación va camino a los dos dígitos y que la restricción externa continuará por lo que la proyección para el segundo semestre es “muy desafiante” para el Gobierno.

La única posibilidad de que ingresen dólares frescos, analizó Massa, es a través del blanqueo de capitales contemplado en el paquete fiscal que todavía se discute en el Senado. Y con ironía aunque con algo de lamento, recordó una medida durante su gestión en el Palacio de Hacienda que será un beneficio para Milei. Se trata del Acuerdo FATCA, firmado en 2022 con Estados Unidos, para combatir la evasión fiscal. “Es un gran regalo que le dejamos. Hacía seis años que se discutía, lo logramos en un mes y lo disfruta Milei”, soltó.

Cree que dará dólares de forma más rápida que el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), al que considera "una zanahoria de largo plazo" ya que de acuerdo a como quede reglamentado recién en marzo puede generar algún impacto. De todos modos, se muestra crítico del mismo porque genera desigualdades con el sistema productivo argentino a partir de preocupaciones que recibe de empresarios "incómodos". Massa no comparte la idea de generar incentivos por 30 años ni ceder jurisdicción.

Milei mostró hasta acá la reducción de la inflación, tras una suba autoinfligida, su mayor éxito y un ancla de su programa económico. Massa coincide con la proyección de que el Índice de Precios al Consumidor de mayo rondará el 5%, pero prende una señal de alerta en la de junio. El Gobierno modera las subas de precios regulados, como combustibles y colectivos, mientras posterga la devaluación ante la presión del campo con liquidación a cuentagotas. 

Ante este panorama, Milei todavía se mantiene alto en las encuestas frente a una dirigencia opositora entre la que nadie se distingue. Así todo, los números propios que mira Massa y en los que confía porque acertaron en la elección advierten que el Presidente sufrió una caída de 18 puntos en su imagen desde que asumió, aunque se mantiene arriba de la del Gobierno. Eso sí, la curva negativa ya es más alta que la positiva por primera vez en seis meses.