La Unión Cívica Radical (UCR) continúa perdiendo miembros en la Cámara de Diputados y a los 12 salientes ahora se suma la salida del diputado Mario Barletta, representante de Santa Fe, quien decidió formar un monobloque. De esta manera, se debilita la presencia del radicalismo como tal en el Congreso que solo queda con 20 miembros al mando de Rodrigo De Loredo.
Barletta, en tanto, formará un monobloque llamado Unidos en búsqueda de más adeptos, mientras que los 12 diputados que abandonaron el bloque crearon Democracia para Siempre. Con estas partidas, el bloque liderado por Rodrigo De Loredo se reduce a 20 miembros, convirtiéndose como la cuarta minoría en la Cámara Baja.
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La UCR ya tuvo su primera prueba de fuego después de la división. Los proyectos para privatizar Aerolíneas Argentinas pusieron al bloque de Rodrigo de Loredo al lado del gobierno y el PRO mientras que el espacio recién nacido, comandado por Pablo Juliano, se alió con Encuentro Federal.
Que pasará con los diputados que acompañaron el veto de Milei
Asimismo, la UCR también enfrenta una definición pendiente que tiene que ver con el futuro, dentro del partido, de los cinco que acompañaron los vetos de Javier Milei. Todavía quedan casi dos semanas para que los acusados presenten sus descargos y si bien la discusión es más política que reglamentario, según advirtió uno de los señalados por los correligionarios, con asesoramiento legal, se intentará echar por tierra con las acusaciones por tener graves fallas de forma e, incluso, casi por haber incurrido en una discriminación interna.
“No cumplieron los plazos de fundamentación”, sostuvo una fuente en contra de las sanciones analizadas por el Tribunal de Ética del radicalismo. Según argumentó, los argumentos tendrían que haberse presentado el día en que se hizo la reunión para analizarlos, el 16 de septiembre, y no el 25, casi nueve días después, como sucedió, “cuando se habían autoimpuesto un plazo de 48 horas”.
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Fuera de la cuestión de las formas y procedimientos, desde la parte acusada también se intentará relativizar lo ocurrido y poner en aprietos a otros dirigentes de la UCR que, como ellos, en ocasiones no acompañaron la definición de la mayoría. Una suerte de discriminación interna. Para los acusados, no hubo espacio para ser escuchados, una condición básica para cualquier proceso, sobre todo teniendo en cuenta que ya pesa una suspensión preventiva sobre la figura de los cinco que bancaron los vetos: Mariano Campero, Martín Arjol, Luis Picat, Federico Tournier y Pablo Cervi.
Asimismo, plantearon que no había un mandato de cómo votar ante los vetos dentro del bloque, pese a que el partido nacional se había manifestado en contra de las decisiones de Javier Milei y había llamado a rechazarlos. Pero, pese a ello, también se registraron antecedentes de división a la hora de encarar el debate parlamentario.