Teletrabajo: la OIT destacó el derecho a la desconexión de la regulación argentina

El organismo reconoció los beneficios del trabajo remoto, pero alertó sobre las enfermedades psicológicas que puede generar.

20 de enero, 2021 | 19.19

El teletrabajo se convirtió en una de las normas de esta época de pandemia y marcó un camino a seguir para el futuro del empleo. La Argentina avanzó con la regulación del trabajo remoto y la inclusión del derecho a la desconexión sobresale. Se trata de una medida destacada no sólo en el país sino también en el mundo, en este caso por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que reconoció los beneficios de la modalidad "homeoffice", pero alertó sobre los problemas psicológicos o de estrés que puede generar.

Carmen Bueno, Especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo, Oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, explicó que el teletrabajo puede ayudar en materia de seguridad y salud laboral con la reducción de accidentes de trabajo pero alertó por enfermedades vinculadas a la salud mental, algo que la pandemia tendió a agudizar. Los problemas psicológicos se pueden identificar, e incluso anticipar, porque "la pandemia y el aislamiento social preventivo y obligatorio no produjeron el teletrabajo. Esta modalidad de organización del trabajo tiene ya muchos años, pero se extendió mayormente desde la década del 90", explicaron desde el Observatorio Latinoamericano y Caribeño, aunque reconocieron que el aislamiento social lo expandió de forma acelerada y masiva.

En octubre del año pasado la OIT realizó un foro que reunió a representantes de gobiernos, de empleadores y de trabajadores de todo el mundo para pensar esta temática. Según detallaron en un documento de consenso, la modalidad puede traer beneficios sociales y laborales que "van desde desplazamientos más breves, menores gastos personales relacionados con el trabajo y un mejor equilibrio entre la vida personal y laboral, que incluyen una mayor capacidad de conciliar las responsabilidades profesionales y de cuidado además de un mayor número de oportunidades de trabajo”.

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Además, remarcaron: "Los empleadores pueden beneficiarse de un aumento de la productividad, menores gastos generales, y del acceso a una fuerza de trabajo más amplia, diversa, motivada y capacitada. Para los gobiernos, el teletrabajo podría ser una estrategia para hacer frente a los problemas medioambientales y de congestión urbana, y para promover oportunidades de trabajo incluyentes para todos”. Sin embargo, advirtieron por problemas relacionados con la ciberseguridad, privacidad y exposición a información confidencial además de problemas psicosociales en los trabajadores a causa del aislamiento y la dificultad de establecer límites entre la vida laboral y familiar.

En este sentido, la especialista Carmen Bueno alertó que "las altas cargas y ritmos de trabajo, las largas jornadas laborales, la percepción de tener que estar disponible en todo momento y en todo lugar, la falta de desarrollo profesional, la excesiva fragmentación de las tareas, la escasa autonomía y control sobre las tareas, una pobre cultura organizativa y conductas de ciberacoso pueden, entre otros, afectar negativamente a la salud mental de los teletrabajadores, causando enfermedades profesionales como el agotamiento físico y mental, el estrés relacionado con el trabajo y la depresión".

Estos problemas psicológicos pueden derivar en somatizaciones con problemas cardiovasculares, gastrointestinales o inmunológicos, entre otros. Por otro lado, sostuvo Bueno, ese estrés mayor contribuye a la adopción de "conductas de afrontamiento no saludables, tales como el abuso de alcohol y drogas o trastornos alimenticios, sin olvidar que el estrés se asocia a una mayor probabilidad de sufrir accidentes". Estos aspectos negativos son potenciados por situaciones excepcionales como la pandemia del coronavirus que suma el miedo al contagio o temor a perder el empleo, más aislamiento, sedentarismo y la necesidad de conjugar las labores con el cuidado de los hijos, la vida en familia y el mantenimiento del hogar. Algo que generalmente recae, en mayor medida y de forma muy desigual, sobre las mujeres.

Por si fuera poco, la pandemia hizo que muchos tuvieran que reconvertirse sin una experiencia previa, sin una organización establecida o una estructura preparada para ello. Por eso, la especialista destacó que el impacto negativo no solo es individual, sobre los trabajadores, sino también a nivel empresarial con aumentos del ausentismo o deterioros en la productividad.

Por eso, la OIT reconoció la legislación argentina porque intenta dar una respuesta a estas problemáticas al incluir el derecho a la desconexión. En la reglamentación publicada este miércoles en el Boletín Oficial se detalla que los trabajadores podrán optar por no responder mensajes fuera de su horario laboral pese a recibirlos. Esto busca diferenciar la vida profesional de la personal.

La ley argentina "ha reconocido que el teletrabajador tendrá derecho a no ser contactado y a desconectarse de los dispositivos digitales y/o tecnologías de la información y comunicación fuera de su jornada laboral y durante los períodos de licencias, no pudiendo ser sancionado por hacer uso de este derecho, el cual se acompaña del correlativo deber del empleador de no exigirle, fuera de la jornada laboral, la realización de tareas ni remitirle comunicaciones por ningún medio", explicó en octubre la especialista sobre la regulación nacional. Si bien algunas cosas cambiaron con la reglamentación, la desconexión se mantiene.

El texto de reglamentación publicado este miércoles establece que "cuando la actividad de la empresa se realice en diferentes husos horarios o en aquellos casos en que resulte indispensable por alguna razón objetiva, se admitirá la remisión de comunicaciones fuera de la jornada laboral. En todos los supuestos, la persona que trabaja no estará obligada a responder hasta el inicio de su jornada, salvo que concurran" ciertas excepciones contempladas en la legislación. Además,  "no se podrán establecer incentivos condicionados al no ejercicio del derecho a la desconexión".

La ley sancionada explicitaba que "al persona que trabaja bajo la modalidad de teletrabajo tendrá derecho a no ser contactada y a desconectarse de los dispositivos digitales y/o tecnologías de la información y comunicación, fuera de su jornada laboral y durante los períodos de licencias. No podrá ser sancionada por hacer uso de este derecho". Además,  "el empleador  no podrá exigir a la persona que trabaja la realización de tareas, ni remitirle comunicaciones, por ningún medio, fuera de la jornada laboral".

Este derecho también fue reconocido por Chile, especificando de manera expresa su duración de doce horas continuas en un periodo de veinticuatro horas. En el país trasandino se registró un 60% del total de enfermedades profesionales calificadas en 2019 correspondieron a salud mental, un porcentaje que se triplicó respecto de 2015. En tanto, entre 2009 y 2012 en Colombia se registró un incremento del 43% en el reconocimiento de eventos de ansiedad y de depresión, ejemplificó Bueno.