En un accidentado paso por la Cumbre del G-20, el Gobierno destacó dos logros importantes en materia económica. La decisión china de flexibilizar el uso del swap en 5 mil millones de dólares y la predisposición del FMI a discutir en la próxima reunión del board los denominados "costos de la guerra". Es decir, lo que cada país gastó de más este año por culpa del encarecimiento de los productos. Dos puntos que se venían negociando pero que se terminaron de definir en Bali. Los comentaban camino a la embajada argentina en Madrid, donde la comitiva de Alberto Fernández realizó una escala un poco reposo pero también trabajo, dado que el Presidente tiene agendado un encuentro con la vicepresidenta de España, Yolanda Díaz. Del calor indonesio que tan mal le pegó, Alberto pasó a una mañana otoñal y lluviosa, al aterrizar en Madrid.
"Es la duplicación de reservas de libre disponibilidad para el Banco Central", afirmó el ministro de Economía, Sergio Massa, respecto al resultado concreto del anuncio chino. "Pasamos de tener 5 mil millones de dólares, producto de la recaudación del dólar soja, a 10 mil millones, producto de la liberación de parte del swap en el acuerdo con China", agregó Massa. Estos 10 mil millones están disponibles para que se trabajen en el mercado único libre de cambios. "Esto además a los sectores productivos les es muy importante porque les permiten acceder más rápido al flujo de dólares para lo que son insumos y bienes intermedios importados para la producción mismo en la Argentina", comentó.
La suma total del swap otorgado por China es de 18.500 millones de dólares. Pero, hasta ahora, de eso sólo se podían utilizar 473 millones cada 90 días para pagar importaciones. A partir del anuncio del presidente Xi Jinpíng -que aclaró varias veces durante la reunión que era "una excepción" que hacía-, ahora podrán utilizarse hasta 5 mil millones para los próximos 180 días, que si bien es en yuanes son convertibles a dólares, por lo que podrían utilizarse para cualquier transacción comercial. Con todo, el déficit comercial con China es de 8 mil millones de dólares anuales, así que también vendrían muy bien aunque únicamente fuera en yuanes.
El otro anuncio tuvo que ver con una deuda que se le reclamaba a China por la construcción de las represas Cepernic-Kirchner. En ese aspecto, habrán pronto recibido un pago de 500 millones, correspondientes 223 millones a un pago que hizo el Tesoro argentino y el resto a lo que debían depositar para la continuidad de las obras.
La directora del FMI, Kristalina Georgieva, tuvo la deferencia de cambiar el lugar del encuentro con Fernández y sus ministros para que el Presidente tuviera que trasladarse lo menos posible. La conversación también dejó buen sabor en la comitiva. "Es importante haber dejado ya abierta la discusión sobre el precio de la guerra con el Fondo Monetario Internacional, y establecido que en diciembre se van a discutir los sobrecargos. La Argentina le está pagando al FMI el doble de tasa de interés que, por ejemplo, le paga al Banco Interamericano de Desarrollo, y eso nos resulta absurdo cuando el prestamista en última instancia es el Fondo", evaluó Massa.
Son dos temas que Argentina buscaba poner en debate en una cumbre del G-20 marcada por la guerra en Ucrania. La baja de Alberto Fernández de las sesiones hizo perder peso al reclamo argentino, pero en la conversación con las autoridades del Fondo las dos cuestiones tuvieron recepción. En cuanto al precio de la guerra, Argentina calculó que en su caso fue de 5 mil millones de dólares, pero el FMI tiene otros números. Por eso, Massa envió un informe con el cálculo de Economía para que lo revisen. En cuanto a los sobrecargos, que los esté pagando también Ucrania resultó un absurdo que buscaron aprovechar. En el documento final de la Cumbre, los presidentes del G-20 volvieron a suscribir que la política de sobrecargos del FMI debe ser revisada.
El documento final señala en su punto 33 que los mandatarios firmantes “estamos comprometidos a apoyar a todos los países vulnerables para que se recuperen juntos y más fuertes” y destaca “los compromisos por un monto de USD 81.600 millones a través de la canalización voluntaria de Derechos Especiales de Giro (DEG) o contribuciones equivalentes”. Algo que Argentina reclama pero que le urge que se ponga en marcha y no quede en la mera declaración de buenas intenciones.
Fueron los saldos positivos de una cumbre accidentada por culpa de la gastritis erosiva que dejó a Alberto fuera de las sesiones formales, donde fue reemplazado por el canciller Santiago Cafiero y por Massa. Con el dress code informal que requería la situación, a Cafiero se lo vio conversar animadamente con varios jefes de Estado en el recorrido que hicieron por un bosque de manglares, donde el gobierno indonesio hace una replantación para concientizar por el cambio climático. Los presidentes más cercanos a Alberto como el español Pedro Sánchez, el francés Emmanuel Macron y el alemán Olaf Scholz se acercaron a Cafiero para preguntarle por la salud del Presidente. De hecho, por su indisposición debió suspender una actividad con Sánchez en conmemoración al fin del exilio de Perón, y bilaterales con Scholz y con la italiana Giorgia Meloni, que sorprendió a varios por su buen manejo de idiomas. Por ejemplo, a Cafiero le habló en un español perfecto que aprendió en el tiempo que vivió en Canarias.
En su breve charla con Biden, el canciller lo saludó por su buen desempeño en las elecciones de medio término. "No sólo significa un alivio para Argentina, sino también para América Latina, porque de ese modo se puede continuar construyendo una agenda positiva para la región y hacia nuestro país", sostuvo. Justificó lo del "alivio", en cuanto a que del otro lado estaba Donald Trump tratando de capitalizar una victoria republicana que hubiera significado "un retroceso" para la región. "Biden me respondió que estaba muy conforme y contento con los resultados, que agradecía la mirada que teníamos y que había que hacer un trabajo de abordaje constructivo en América Latina, sobre todo en este momento, donde hay que buscar integrar y no desintegrar", concluyó Cafiero.