El ministro de Economía, Sergio Massa, salió de la agenda de control de gastos -"ordenamiento", la denominan- e hiló una serie de anuncios más expansivos, apuntados a beneficiar a determinados sectores y a incentivar el consumo interno. El programa "Puente al Empleo", el Previaje 3, el plan de estímulo para la Economía del Conocimiento y, fundamentalmente, el aumento de las asignaciones familiares para los sueldos más bajos, mostraron a Massa con una agenda diferente luego de varios días fuera de los primeros planos. En su entorno no hablaban de una nueva etapa sino de una lógica de continuidad dentro del mismo plan. "Había que ordenar primero para financiar estas propuestas", argumentaban.
"No queremos a ningún trabajador argentino debajo de la línea de pobreza", sostuvo Massa en el acto que compartió con la titular de la Anses, Fernanda Raverta. Si bien la posibilidad de reforzar las asignaciones familiares era una alternativa que se sabía que estaba en estudio, no se conocía el monto: tres cuotas de 20 mil pesos por hijo para los sueldos menores a 131.000 pesos, un universo de poco más de un millón de trabajadores. De lo que se trata es de dar alguna respuesta a la anomalía de estos tiempos: los trabajadores registrados que cobran un salario por debajo de la línea de pobreza. Massa detalló que el aumento se financiará con el pedido de adelanto del impuesto a las Ganancias para las empresas que tuvieron una buena performance económica. El anuncio se hizo en el Centro de Servicios Metalúrgicos Ferrosider en Escobar, junto al secretario de la UOM, Abel Furlán, y el secretario de Economía del Conocimiento e intendente de ese municipio en uso de licencia, Ariel Sujarchuk. Ambos de muy buen vínculo con el diputado Máximo Kirchner.
Fue el anuncio más importante pero no el único. Para los beneficiarios de planes sociales apareció finalmente el decreto que pone en marcha el programa con el que Massa aspira a convertir más de 200 mil planes en puestos laborales formales. El plan permite que los beneficiarios de planes sociales puedan acceder a trabajos registrados sin perder el beneficio, mientras que quienes los contraten pagarán la diferencia salarial correspondiente y gozarán de una reducción del 100% de las contribuciones patronales. La iniciativa se pondrá en marcha casi al mismo tiempo que arrancará el monitoreo de los beneficiarios de planes que viene organizando el ministerio de Desarrollo Social que conduce Juan Zabaleta, también con la expectativa de ordenar y reducir el amplio universo de la asistencia.
El Previaje 3 apunta más a promover el consumo de la clase media con la continuidad de una de las propuestas más exitosas y orginales generadas desde el Ejecutivo en la post pandemia. El nuevo plan alcanzará sólo hasta fin de año y se acentuará el control de precios de hoteles y centros turísticos porque una de las preocupaciones principales era que no contribuyera a acelerar la inflación. Por si hiciera falta, cerca de Massa aclaraban que todas las medidas estaban conversadas previamente con Alberto Fernández y con Cristina Kirchner, un detalle al que el ministro no descuida en ningún momento. En ese sentido, celebraron especialmente las declaraciones del ministro bonaerense Andrés "Cuervo" Larroque a El Destape Radio acerca de que por fin el Gobierno había decidido tener un ministro de Economía luego de tres años.
En su primer mes de gestión, las medidas de Massa estuvieron dirigidas a equilibrar las cuentas fiscales y a promover "la fábrica de hacer dólares", como la llaman, ofreciendo mejoras a los sectores exportadores para convencerlos de aportar las divisas necesarias para fortalecer las reservas del Banco Central. "Esas mejoras tienen un costo fiscal porque vamos a cobrar menos por tributos, por eso debimos equilibrar cuentas por otro lado", justificaban. De ahí el recorte en las áreas con partidas subejecutadas como sucedió con Educación, Vivienda, Obras Públicas y Salud, una noticia muy meneada en los últimos días. Al respecto, desde el ministerio descartaron que eso significara ajustar la asistencia a personas con discapacidad como desde hacía días buscaba instalar maliciosamente la oposición.
De lo que todavía no había certezas era respecto a la "hoja de ruta" por la que, según anticipó el Presidente, convocarán a la UIA y la CGT a formalizar un acuerdo de precios y salarios. Se supone que ese acuerdo implicaría un aumento de los sueldos que equilibre lo perdido en estos meses de alta inflación. Máximo Kirchner planteó la semana pasada su posición de promover una suba de suma fija de 30 mil pesos, más allá de las reapertura de paritarias, que debería seguir sin variantes. Otra propuesta surgida desde el kirchnerismo es el plan de la senadora Juliana Di Tullio para garantizar un ingreso de 16 mil pesos a todas las personas indigentes. "Respecto a los aumentos salariales, es algo que Massa viene hablando en forma privada con la CGT y la UIA y cuando haya algún principio de acuerdo se sentarán en una mesa para formalizarlo", respondían en Economía. En cambio, iniciativas como la de Di Tullio "quedarán para una segunda etapa", aunque no saldrán a descartarlas en público.
Aunque en estos días en los que el recobrado protagonismo de Cristina Kirchner hacen pensar a muchos en la necesidad de una agenda de gobierno con una política distributiva más agresiva, en el entorno de Massa interpretaban que su propuesta equilibrada y "de centro", como la calificaban, ayudaba a desorientar a la oposición, que veían sin letra y otra vez enfrascada en su interna. "Hay baja de desempleo, dejamos de perder reservas, hay crecimiento en la mayoría de los sectores económicos. Hay que pensar que venimos de estar cerca del abismo, con una economía que se había quedado sin precios de referencia y algunos que ya hablaban de convocar a una asamblea legislativa. Hoy vienen gobernadores e intendentes y nos comentan que la cosa se ordenó. Tenemos que seguir en esta línea y vamos a llegar a 2023 con muchas posibilidades", analizaban.