La creación de una mesa política del Frente de Todos volvió a ponerse en debate luego de que el ministro de Economía, Sergio Massa, planteara que debía convocarse para unificar una postura respecto a las elecciones PASO 2023 y, luego, también para resolver las candidaturas. De inmediato, el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, salió a mostrar su respaldo. "Coincido, es lo que venimos diciendo", apoyó. Cerca de Alberto Fernández recordaban que siempre se resistió porque lo considera una forma de imponerle decisiones desde los demás sectores del Frente de Todos y que su idea es mantener el cronograma electoral sin alteraciones. Sin embargo, ya parece evidente que la mayoría del oficialismo apunta a la suspensión, más a partir de un fin de semana que mostró a Juntos por el Cambio cerca de la fractura en caso de que no pudieran resolver sus diferencias en unas PASO.
Massa buscó alguna manera elegante para no decir que está a favor de la suspensión de las PASO dado que, desde la semana pasada, la cuestión se convirtió en el eje del debate político interno del oficialismo. Quedó a la luz cuando Alberto Fernández dijo que había que mantenerlas y, al otro día, Wado de Pedro adelantó que, junto con los gobernadores, buscarían convencerlo de lo contrario. En la misma silla de El Destape Sin Fin que ellos, Massa deslizó que su opinión contraria a las primarias abiertas venía de larga data y que era fácil de googlear. Aclaró que era una decisión que tenía que resolverse en el Congreso y que el Presidente debería convocar a "la mesa política del Frente de Todos para fijar una única posición". "Hay cosas que, como coalición, las deberíamos discutir cara a cara en una mesa, a puertas cerradas", planteó. Añadió que si había "amplitud para construir" no quedaría nadie afuera de las listas, lo mismo que, a la inversa, si prevalecía un espíritu cerrado quedarían varios afuera, incluso con las PASO.
La toma de posición de Massa contó con el rápido respaldo de parte del ministro del Interior. “Coincido con Sergio Massa, es lo que venimos diciendo que es la mejor forma que tiene una coalición, teniendo un ámbito de discusión interna. Cuando hay más ámbitos de discusión interna, se puede pensar mejor, se puede corregir, se puede analizar mejor", apuntó en una entrevista desde San Pablo, donde poco después se encontraría con Alberto para el encuentro con el electo Lula. Insistió con el planteo de que, por su cargo, está al tanto de que gobernadores e intendentes quieren la suspensión de las primarias, como ya se decidió a nivel local en algunas provincias, para no tener un calendario electoral recargado el año que viene. Luego enmarañó la discusión al revelar que trabaja también en la propuesta de suspender las elecciones legislativas de medio término, una pretensión mucho más ambiciosa y compleja de concretar.
En verdad, lo que Massa tiró como al pasar, la "mesa política" del Frente de Todos, nunca existió de manera formal y es una de las cuestiones que se le recriminan internamente al Presidente. Desde el inicio del gobierno se planteó la necesidad de crear una mesa en, al menos, dos sentidos. Una "mesa chica" para la gestión en la que tendrían que estar, por ejemplo, Alberto, Cristina Kirchner, Massa, Máximo Kirchner, Axel Kicillof y tal vez el jefe de gabinete y algún otro ministro para discutir previamente las propuestas oficiales y evitar los malos entendidos. Jamás prosperó, Alberto siempre optó por los diálogos individuales. "Yo escucho a todos, pero la verdad es que el Presidente soy yo y el que tiene que tomar las decisiones soy yo y eso hay que entenderlo porque así funciona la república en Argentina. Yo valoro a todos: a Máximo, a Cristina, a Massa, pero lo que digo es cómo funciona un gobierno. No existe la Presidencia colegiada", definió en marzo pasado Fernández para dar por cerrado el tema.
El otro sentido, más amplio, al que pareció hacer referencia Massa este lunes, es el de una mesa que represente a todos los sectores del Frente de Todos, donde además puedan tener su lugar representantes de los gobernadores, de los intendentes, de la CGT y de las organizaciones sociales. En el PJ Nacional, que también preside Fernández, existe una mesa de acción política pero se reunió en contadísimas ocasiones. En el primer año de gobierno, también se reunía en Olivos con frecuencia semanal o quincenal una mesa que combinaba un poco de las dos, con Máximo, Kicillof, algunos ministros e intendentes, pero cuando se acercaron las elecciones legislativas surgieron diferencias y nunca se volvió a convocar. Como sutil forma de presión al Presidente, algunas provincias comenzaron a armar sus propias mesas políticas del Frente de Todos. Quien hizo punta fue el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, y luego también Máximo lo promovió en la provincia de Buenos Aires con representantes de los distintos partidos que integran el oficialismo bonaerense. En coincidencia, hubo una reunión este lunes de la mesa del PJ Bonaerense al que sumaron al Frente Renovador.
Alberto nunca imitó la idea a nivel nacional. Siempre fue algo en carpeta, pero nunca concretado. Ahora la idea volvió de la mano de Massa, planteándola como el ámbito donde se debe dirimir qué hacer con las PASO, una cuestión en la que el Presidente, a primera vista, parece en minoría. El kirchnerismo y el massismo están a favor de suspenderlas y -si es verdad lo que sostiene Wado- también gobernadores e intendentes. Los únicos que plantean dejarlas en pie serían Alberto, los funcionarios más cercanos, los "gordos" de la CGT y los movimientos sociales afines como el Evita. Para más, con la foto que se vio el sábado de los candidatos radicales con el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, da toda la sensación de que Juntos por el Cambio se rompería si no contara con la instancia unificadora de las PASO.
"Tengo la sensación que va a ir a fondo y va a resistir las presiones", comentaba un integrante del gabinete respecto a qué actitud tomará Fernández. "Mientras pueda va a aguantar y seguir adelante. Quiere ganar visibilidad y fortalecer la gestión, y seguramente después negociar desde una mejor posición. No va a dejar que lo dejen de lado como si fuera un dirigente sin importancia", agregaba el ministro, que habló en los últimos días de estos temas con él. Alberto, explicaba, siempre resistió las famosas "mesas" porque las consideraba una fachada a través de la cual el kirchnerismo le busca marcar cuál tiene que ser su agenda. Habrá que ver si cuenta con margen para seguir desoyendo los planteos.