El destino de la ley Bases y el pacto fiscal en el Senado es bastante impredecible. Unión por la Patria ya presentó un listado de invitados para la próxima semana, con el fin de continuar el debate en el pleno de las comisiones, incumpliendo así los plazos deseados por el gobierno. En esta postura también coinciden otros sectores políticos, como la UCR, que es clave para que La Libertad Avanza pueda tener sus proyectos aprobados.
El radical Pablo Blanco, que se opuso al DNU hace unas semanas, ya adelantó que votará a favor de la ley Bases en general, pero aclaró que impulsará modificaciones. También dijo, en una serie de entrevistas, que el debate se extenderá algunas semanas más. Puntualmente, las facultades delegadas, el impuesto a las Ganancias, el régimen de incentivo de grandes inversiones (RIGI) y las privatizaciones son los temas más ásperos, con chances de salir rechazados en algunos casos o con cambios en otros.
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El poroteo radical y del PRO
La UCR puede aportar 13 votos afirmativos al cascarón de la sanción en general, aunque con varias observaciones en el articulado. Si bien Martín Lousteau sigue siendo una incógnita, en el bloque boina blanca ya especulan con ofrecer el 100% de sus senadores para darle herramientas al gobierno. "Es una percepción", se analizó en una banca centenaria.
Lousteau fue muy crítico del RIGI, pero su espacio, Evolución, votó favorablemente en general en la cámara de Diputados, por lo que se espera que su referente acompañe esa decisión, también amparada en los deseos de Maximiliano Pullaro, el gobernador del sector centenario. Con ese antecedente, pareció lógico que actúe en sintonía, pero cerca del senador prefieren guardar silencio. El presidente del Comité Nacional de la UCR mantiene una relación bastante tirante con Alfredo Cornejo, que cuestionó a los radicales que quieren que el gobierno fracase, en referencia al sector de Lousteau y, sobre todo, de Facundo Manes.
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Los críticos del referente halcón justifican su posicionamiento por la posible amenaza libertaria en su provincia. Si Javier Milei quisiera perjudicarlo, podría hacerlo con candidaturas de Luis Petri y Omar de Marchi, un UCR y un PRO que, actualmente, están en las filas del gobierno. Esta teoría no cayó bien en latitudes mendocinas, desde donde se recordaron las varias derrotas de Evolución en la CABA. Más allá de que ambos tienen distintas miradas sobre la actualidad nacional y las políticas adecuadas para afrontarla, también subyace una disputa que se vio venir ante la ausencia de poder. ¿Quién comanda? ¿El presidente del partido o los gobernadores? ¿A quién le hacen caso en el Congreso? Hasta ahora, Lousteau quedó bastante aislado con el voto negativo al DNU y en Diputados su partido tuvo una posición ambivalente.
Lo cierto es que los gobernadores no aportaron votos negativos al DNU. Y presionaron en Diputados para el avance de la ley Bases y pacto fiscal. Ningún legislador radical con un jefe provincial rechazó los proyectos de Milei.
En el PRO también hay movimientos. Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, mostró una posición muy favorable al gobierno. Su intención es darle las herramientas solicitadas para que los aciertos y los errores de gestión sean de la Casa Rosada, sin ataques a otros dirigentes. El ex ministro de Mauricio Macri aportaría dos votos positivos para las dos leyes. Por Entre Ríos, están los votos de la radical Stella Maris Olalla y del PRO Alfredo de Ángelis.
En el caso de Chubut, una de las provincias que se lleva varias de las miradas, la cosa no es tan clara. Ignacio Torres aportaría un voto positivo para la ley Bases y el pacto fiscal, se espera que de forma segura, sin sorpresas, pero no está claro la elección de la segunda senadora. Andrea Cristina, del PRO, sería la encargada de acompañar en forma favorable, como ya lo hizo con el DNU.
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Sin embargo, la radical Edith Terenzi está en zona gris. Se espera que acompañe, en general, la ley Bases pero hay dudas sobre el pacto fiscal. Ella, cuando se trató el decreto 70/2023, eligió el rechazo. Ganancias, incorporado en ese paquete tributario, genera muchas molestias, especialmente en el sector patagónico. En el sur del país, se encaminan a votar en contra al menos de ese capítulo.
Carlos Linares, senador chubutense de UP, fue muy crítico de Torres en una entrevista con El Destape Radio. “Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace”, lanzó en referencia a la actitud combativa del gobernador a principios de año y el acompañamiento posterior. “Claramente está alineado al gobierno”, sostuvo y no pudo encontrar argumentos que sostengan la posición del jefe provincial. “Hay más de 5.000 despidos de UOCRA” en el distrito, además del fin de la obra pública y el quite del FONID, entre otros, por lo tanto no comprendió “qué es lo que lo ata al gobierno”.
La posición de los gobernadores colaboracionistas está atada a distintas posiciones y necesidades. Hay negociaciones bilaterales con la mayoría de los jefes provinciales, pero también hay otros tantos que, más allá del toma y daca, apoyan políticamente y quieren que el gobierno tenga su primer paquete de leyes. En este argumento se ata la intención de cortar con la relación tóxica y ponerle un freno a las agresiones y victimización de la Rosada, que ya no debería tener excusas para justificar cualquier fracaso.
La gran pregunta es, si una vez dadas las herramientas, estos dirigentes cambiarán su posición respecto al gobierno. Hay sectores que plantean que la relación dejará de ser tan amigable, pero por ahora es solo una promesa.
El escenario hoy
El poroteo plantea un escenario muy parejo. Según un análisis de El Parlamentario, 35 posibles votos a favor, 33 en contra y dos incógnitas. Además de lo enigmático de Lousteau – pese a que en la UCR presienten que podrían votar favorablemente todos -, los dos santacruceños son un misterio. En el DNU, rechazaron pero en Diputados acompañaron las leyes y jugaron con la abstención.
Linares no abandonó su optimismo y, como otros senadores de UP, aseguró que están firmes los 33 votos para el rechazo, al tiempo en que confió en las conversaciones actuales para conseguir los cuatro que faltan. Alguna sorpresa podría colaborar con ese objetivo, en especial de sectores dialoguistas como la UCR, pero hay bloques intermedios que pueden ser los salvadores, en especial el peronismo federal.
Sin embargo, la aprobación o el rechazo no son la única opción. De obtener luz verde, pero con cambios, las modificaciones volverán a Diputados donde, para rechazarlas, deberán conseguir la misma mayoría con que fueron aprobadas en Senado. “Es probable que, para lavarse un poquito las manos y la conciencia”, algunos quieran “oponerse a algunos puntos particularmente. Eso a los sectores populares no nos sirve, hay que rechazar la ley y tratar de hacer lo mismo con el DNU”, lanzó Hugo Yasky, diputado nacional de UP y secretario general de la CTA de los Trabajadores, en El Destape Radio.
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