El Senado aprobó por mayoría este jueves el proyecto para expropiar el edificio donde funcionó el boliche República Cromañón y que se convierta en un espacio de la memoria. Familiares de las víctimas estuvieron presentes en las gradas y celebraron la aprobación.
El senador del Frente de Todos Mariano Recalde, último orador de la jornada, expresó: "Votar esta ley ayuda no solo un poco a pedir perdón, sino también a reivindicar a familiares, a sobrevivientes y a las propias víctimas de Cromañón que sufrieron esa culpabilización".
A su turno, la legisladora de Juntos por el Cambio Guadalupe Tagliaferri observó que "Cromañón no fue una tragedia, fue una masacre, un grito desgarrador que nos mostró con demasiada crudeza y a un costo altísimo que la corrupción y la ausencia de Estado matan". Y agregó: "Tenemos que aprender que la mejor manera de honrar es trabajar y gestionar".
Desde el sector radical, Martín Lousteau definió al hecho producido en 2004 como "una masacre", y señaló: "Ojalá que el espacio que se va a construir sirva para honrar a los que se perdieron y a los que se quedaron”.
Por su parte, el senador del Frente de Todos Guillermo Snopek leyó una carta de los familiares de las víctimas del incendio. "Por los y las que no están, por los y las que estamos, por los y las que vendrán, pedimos que Cromañón sea un espacio colectivo de la memoria", transmitió.
Familiares de las víctimas del incendio, quienes impulsaron la iniciativa en las dos Cámaras, se hicieron presentes en las gradas del Senado y agradecieron a los legisladores tras la aprobación del expediente. La votación fue aprobada por sesenta votos afirmativos y uno en contra.
El proyecto sancionado dispone expropiar el edificio donde funcionó el boliche República Cromañón, en el que murieron 194 personas y 249 sufrieron heridas durante un incendio el 30 de diciembre de 2004, para convertirlo en un espacio dedicado a la memoria.
Ese día, la capacidad de República de Cromañón, una bengala encendida, una media sombra inflamable y las puertas cerradas fueron una trampa mortal para 194 personas, en su mayoría jóvenes y adolescentes. Además, quedó un saldo de más de 1.500 heridas. El hecho ocurrió durante el mandato como jefe de Gobierno porteño de Aníbal Ibarra. El boliche era gerenciado por el reconocido empresario -ya fallecido- Omar Chabán, que permitió el ingreso de concurrentes muy por encima de lo habilitado para el recital de la banda Callejeros. El humo tóxico fue aspirado por los miles de jóvenes que estaban dentro y que no pudieron salir a tiempo.