Con el índice de ocupación de camas de terapia intensiva más alto del país y los principales indicadores sanitarios en rojo, la mayoría de los municipios de Mendoza se ubican como zonas de alto riesgo o en alerta epidemiológica. Sin embargo, el Gobierno de Rodolfo Suarez ha decidido mantener habilitada gran parte de las actividades
A diferencia de lo ocurrido en la Ciudad de Buenos Aires, el Ejecutivo de la provincia cuyana no acudió a la Justicia para mantener las aulas abiertas, sino que lo determinó vía decreto, en cuyos fundamentos expone una interpretación del último DNU de Alberto Fernández, considerando que la norma nacional faculta a las jurisdicciones a adoptar “estrategias específicas y adaptadas a la realidad local”.
De este modo, en los tribunales mendocinos ingresaron distintos recursos de diversas organizaciones (CTA, SADOP, SUTE, APDH) a fin de que se cumpla lo establecido en la resolución 386 del Consejo Federal de Educación (CFE), que establece parámetros para mantener la presencialidad que en la provincia actualmente se han sobrepasado.
Pero –tal como se preveía- este martes la jueza del Tribunal de Gestión Asociada N° 2, Patricia Fox, desestimó una medida cautelar para retomar el dictado virtual de actividades escolares hasta tanto baje el ritmo de contagios, mientras se espera la resolución de la cuestión de fondo: la vigencia o no de lo resuelto en el ámbito del CFE.
En su fallo, la magistrada aduce que no se ha acreditado que el agravamiento de la situación sanitaria esté vinculado a la actividad escolar y refiere que, por mandato constitucional, los gobiernos provinciales tienen a su cargo garantizar el derecho a la educación en el territorio y las medidas necesarias para cumplirlo.
Al tanto del aval judicial, Suarez confirmó hoy que las clases en toda la provincia continuarán con su dictado presencial, bajo el sistema de “burbujas”. “El virus está en todos lados y no vemos que la escuela sea un lugar de ultracontagios, sino que se dan mayormente en las reuniones sociales masivas donde la gente se desinhibe”, planteó el mandatario en una actividad oficial este mediodía. Aunque anticipó que podría adelantar el receso escolar de invierno.
A la escuela, con frazada
Más allá de la decisión del Ejecutivo, la realidad en las escuelas es alarmante. En la última semana -la más fría del año en Mendoza- en las redes se viralizaron imágenes de estudiantes y docentes tomando clases con frazadas, a raíz de la obligación, por protocolo Covid, de mantener ventanas abiertas para cumplir con la ventilación cruzada.
La situación se agrava en las zonas alejadas de las grandes urbes, donde las bajas temperaturas son más acentuadas. Una foto representativa llegó desde la escuela de nivel inicial y primario "Emilia de Armanini", situada en el piedemonte del departamento de Las Heras, donde las y los trabajadores cumplieron sus funciones envueltos en frazadas, que también repartieron al alumnado.
“En este contexto es muy difícil sostener la presencialidad. Cuando el clima no acompaña, la deserción de estudiantes es muy marcada. Un grupo importante de padres se acercó a la escuela para informarnos que no quieren enviar a sus hijos no sólo por el virus, sino también por la posibilidad de contraer otra enfermedad respiratoria a causa de las condiciones en que dictamos clase”, graficó a El Destape Carol Di Marco, profesora de informática de la institución.
El escenario se repite en colegios de toda la provincia. La escuela cabecera de General Alvear, ubicada en pleno centro de la ciudad, desde hace días que en el turno mañana prácticamente no se presentan alumnos. En el vecino San Rafael, su intendente informó que la presencialidad en los establecimientos educativos no alcanza el 20%.
“Las familias y los trabajadores estamos desenado el retorno a la virtualidad. Consideramos que las clases presenciales son importantes, pero con la multiplicación de contagios, bajas temperaturas, una vacunación que no ha llegado ni al 30% del personal docente, y con colegas fallecidos casi a diario, se torna insostenible”, sostuvo Di Marco.
El sindicato, en plan de lucha
Prácticamente sin diálogo con el Gobierno, desde el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) avanzan en un plan de lucha que podría derivar en la convocatoria a un paro de actividades.
“No sólo exigimos la suspensión provisoria de la presencialidad hasta que baje la curva de contagios, sino que pedimos la vacunación masiva del sector y un presupuesto de emergencia para la educación que garantice el dictado seguro de clases presenciales cuando las condiciones sanitarias lo permitan”, esgrimió Alberto Muñóz, secretario adjunto del gremio, en diálogo con El Destape.
El dirigente sindical planteó que la “obstinación” del Ejecutivo provincial de mantener las clases in situ “está vinculada con la disputa absolutamente electoralista y partidaria que sostiene con el Gobierno nacional, pero nada tiene que ver con la salud de los mendocinos, que quedamos en el medio”.
Por tal motivo, señaló que su espacio responsabiliza a la administración de Suarez “por cada muerte evitable de compañeros y estudiantes por Covid y otras patologías que no pueden ser atendidas por el colapso sanitario”. “El pueblo no está dispuesto a entregar más vidas por una falta de política proactiva en relación a enfrentar la pandemia”, completó.