Santa Fe mejoró levemente sus índices de riesgo sanitario, pero la meseta de contagios aún sigue alta. Durante la última semana (sin contar sábado y domingo, donde siempre se registran menos), el número de casos osciló en torno a los 1.700 y 2.400 casos, arrojando un promedio de 2 mil positivos diarios. Eso permitió abrir algunas actividades, como la vuelta a la presencialidad en el nivel inicial, y consolidar las de la semana anterior: extensión de horario comercial, apertura de shoppings, bares los fines de semana, iglesias y gimnasios, aunque cines y teatros siguen cerrados. Pero el análisis es diario, y la ocupación de camas críticas sigue por encima del 90% (en el público de Rosario se ubica cerca del 100%), por lo que no hay lugar para apresurarse en las aperturas.
Mientras tanto, la vacunación avanza de forma descentralizada y ya llegó a los menores de 50 años sin comorbilidades. La provincia asignó esta semana 103 mil turnos para esa franja de la población general de mediana edad y económicamente activa, e irá bajando hacia los 40 años en orden de edad descendente. En Rosario el vacunatorio de la ex Rural amplió desde este martes su horario y capacidad para hacer frente a la llegada de más personas: pasó de absorber 6.400 turnos diarios a 8.000 por día, según revelaron desde el Ministerio de Salud a El Destape, y para ello atenderá una hora más, de 8 a 20 salvo los domingos, cuando está habilitado media jornada.
El ritmo podría ampliarse si llegan desde Nación más insumos. La semana pasada llegaron a aplicarse 185 mil vacunas, en turnos que se concedieron en dos tandas (primero 125 mil y luego 60 mil más, en cuanto llegaron desde el gobierno federal). La semana anterior la cifra de citas asignadas había sido aún mayor, pues se pusieron en total 210 mil dosis en las cinco regiones de la provincia. El desafío es mantener el ritmo de un promedio de 30 mil personas por día e incluso acelerarlo, de cara a proteger a población más joven con al menos una dosis y completar los esquemas.
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Apertura
"Santa Fe orgullosamente hace patria vacunando a más de 1.150.00 personas", dijo Omar Perotti en su discurso del acto oficial en el Monumento por el Día de la Bandera. El gobernador trazó un paralelo entre las luchas de Manuel Belgrano y la batalla que los argentinos dan contra el coronavirus. "Decidimos darle batalla a este virus en cada actitud, esfuerzo, sacrificio y cuidado. Estas son las causas de los argentinos. Pero si no las atacamos en unidad serán más complejas y dolorosas. Es la causa para que vuelvan las aulas a llenarse de alumnos, las fábricas a funcionar a plena capacidad, comercios y servicios a revitalizarse y para que la vida vuelva a ser lo que tanto añoramos", planteó. La vuelta a las escuelas es un caballito de batalla en la campaña de Perotti para las elecciones de medio término, en la que ya lanzó su línea interna.
Este martes, la presencialidad volvió al nivel inicial de toda la provincia. No ocurrió lo mismo en los niveles primario y secundario, debido al alto riesgo de contagio. La ministra de Salud de la provincia, Sonia Martorano, había anticipado que el regreso a las aulas en las escuelas de Rosario y Santa Fe todavía no era posible, debido a que las ciudades aún se encuentran en “estado de alarma” por el número de casos y la disponibilidad de camas críticas. Por eso, Educación definió que vuelva la actividad presencial en el primario en toda la provincia, "excepto las localidades que integren departamentos en alarma o sean ciudades de más de 40.000 habitantes con incidencia mayor a 500".
Frente a los indicadores sanitarios positivos y a la vacunación masiva de docentes, el plan de gobierno es restablecer gradualmente la presencialidad con alternancia, con monitoreo permanente, para habilitar ese vínculo pedagógico. Según revelaron a El Destape desde el gremio de docentes privados Sadop, hay expectativas de que el nivel primario vuelva la semana próxima a las escuelas, cuando falten 15 días para las vacaciones de invierno. "Martorano dijo que en 45 días se llegaría a la inmunidad de rebaño. Ya estaríamos para volver tal vez diez días después de las vacaciones”, expresó el secretario general del gremio en Rosario, Martín Lucero, quien consideró que “volver de forma gradual es una decisión correcta".
Sin apuro
La decisión no fue recibida de la misma manera entre la comunidad de especialistas, que la consideran algo apresurada. "Es una imprudencia de primera magnitud. Innecesaria y sin ningún beneficio pedagógico relacional. Pone más gente a circular cuando lo que necesitamos es un cierre de 9 días como el que tuvimos en mayo", dijo a El Destape Jorge Kohen, médico e integrante de la Asamblea de Trabajadores por la Salud Colectiva. El profesional vislumbra "una nueva ola turística de invierno, y cuando tenemos oportunidad de aplastar los contagios, abrimos todo antes de tiempo y vuela el burro a la noria". "Si la provincia está toda en rojo, volver a clases por una semana antes de las vacaciones de invierno es un error tremendo. Electoralismo puro. No hay peor ciego que el que no quiere ver, o el oportunista frente a una elección", disparó.
En el mismo sentido, otro grupo de científicos pidió a las autoridades no apurar cambios "para no tener que cerrar de nuevo". Los expertos nucleados en la organización Ciencia Rosarina contra el Coronavirus consideró que hay que sostener las restricciones, mientras se acelera la campaña de inoculación. “Por cómo está avanzando la vacunación habría que tener un poco de paciencia y no abrir y cerrar actividades, sino sostener un tiempo más para luego extender en el tiempo las aperturas”, comentó Ernesto Kofman, integrante del colectivo interdisciplinario de investigadores y docentes del Conicet y la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
El doctor en Ingeniería fundamentó de esta forma una proyección matemática en la que se aprecia que los nuevos contagios siguen en una alta meseta, a la par de un elevado porcentaje de camas críticas de internación. “Hasta hace una semana en Rosario se observaba el efecto de las medidas restrictivas implementadas desde el 22 al 31 de mayo, con un descenso marcado de la curva de casos. Luego, la apertura a partir de allí parece haber llevado la situación a una meseta en torno a 600 casos diarios”, consideró el científico. La estimación, según las proyecciones realizadas con modelos matemáticos, muestran que "si la apertura del 31 de mayo no se hubiera llevado adelante, la curva de casos seguiría en descenso pronunciado”.
Los expertos consideran que las actuales medidas produjeron un aumento del contacto social del 15%, por lo que creen que "agregar más aperturas implicaría volver a una situación de crecimiento del número de casos diarios”. Kofman y sus colegas sostienen que se requiere tiempo para ampliar la población vacunada y que desarrolle inmunidad. Ante este escenario, los investigadores recomiendan "sostener medidas de restricción de contacto social (considerando intervenciones planificadas e intermitentes) y evitar aperturas apresuradas, para llegar lo antes posible a un nivel de contagios suficientemente bajo que nos permita retomar actividades de manera segura y sostenida en el tiempo”.