Mercosur: conceder algo para resguardar lo principal

En la Cancillería argentina celebraban que la rebaja del arancel del Mercosur mantenía el resguardo a sectores claves de la economía. Era algo que se había comenzado a discutir en el semestre anterior y se terminó de resolver en los últimos días, acelerado desde la llegada de Santiago Cafiero.

10 de octubre, 2021 | 00.05

En su primer viaje al exterior, el canciller Santiago Cafiero protagonizó una jugada fuerte al suscribir un acuerdo con su par brasileño, Carlos Franca, para avanzar en concreto en una reducción del 10% del Arancel Externo Común, algo así como la marca registrada del Mercosur. En la Cancillería destacaban dos cuestiones. Una, que la reducción fue mucho menor a la original del 50% que lanzó Brasil, que luego se había plantado en 20%. Dos, que se habían dejado a salvo de la rebaja los sectores de la industria automotriz, de la textil y del calzado que representan rubros de empleo intensivo. "Estaba todo roto dentro del bloque y ya era muy pública la situación. Conseguimos sacar adelante este acuerdo que es beneficioso para los industriales argentinos", comentaban.

Una vez acomodado en su nuevo cargo, Cafiero se dedicó a atender la situación del Mercosur, muy maltrecha luego de las últimas cumbres y del anuncio desafiante del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, sobre el inicio de negociaciones para firmar un acuerdo de libre comercio con China, algo prohibido por el Estatuto del bloque. El miércoles pasado, Cafiero recibió en el Palacio San Martín a su par rioplatense, Francisco Bustillo, para uno de esos encuentros que luego ambas partes definen como "positivo" y "fructífero". En verdad, evitaron elegantemente el punto sobre el que no hay acuerdo posible -flexibilizar el bloque para que cada país haga acuerdos con quien quiera- y quedaron en continuar con dos reuniones de equipos técnicos bilaterales para noviembre y diciembre.

En el gobierno argentino están convencidos de que los anuncios de Lacalle Pou son más "para la tribuna" que reales y consistentes. Porque a nivel interno le conviene aparecer enfrentado al gobierno de Alberto Fernández y porque busca mostrarse como un emergente de la derecha regional. Pero, por lo bajo, comentaban sobre lo endeble de la situación del gobierno uruguayo que esta semana fue colocado nuevamente por la Unión Europea en la "lista gris" de paraísos fiscales -de la que, luego de mucho trabajar, había salido en 2019- debido a que no cumple con los estándares de transparencia e intercambio de información fiscal.

Y si es "gris" y no "negra" la calificación es únicamente porque se comprometió a modificar su legislación antes de diciembre del año próximo. Además, para cambiar la nota, piden la conformidad de dos países vecinos. Es decir, Uruguay necesitaría el visto bueno argentino para salir de esa lista incómoda en la que ingresó junto a Malasia, Costa Rica, Macedonia del Norte, Hong Kong y Qatar. Para más, la novedad se conoció en la semana que salieron a la luz los "Pandora Papers", que volvieron a colocar la atención en los paraísos fiscales.

¿Tudo bem?

Por otro lado, si bien el Brasil de Jair Bolsonaro se muestra favorable a la postura uruguaya de flexibilizar el bloque para acuerdos de libre comercio, su principal interés siempre pasó por una alternativa más realista, que es la disminuir el arancel externo común. Dada la relación de fuerzas, ya desde la gestión de Felipe Solá como canciller se había empezado a trabajar en un esquema que permitiera la baja del arancel pero salvaguardando sectores claves de la economía, en especial los que requieren mano de obra intensiva. "Fue un trabajo de muchos meses con el encuentro con distintas entidades empresarias para explicarles que en este contexto era muy importante defender las fuentes de trabajo. Así que de la propuesta original de Brasil de bajar un 50% el arancel externo, después fue el 20% y finalmente se acordó un 10%, que principalmente será para materias primas e insumos, es decir, se utilizará para mejorar la competitividad de nuestra producción. Y quedaron afuera los sectores más sensibles como el automotor", explicó el embajador Daniel Scioli a El Destape Radio.

Con la venia del presidente Alberto Fernández, Cafiero pudo avanzar para terminar de resolver ese punto que, sin duda, servirá para volver a poner en marcha el bloque que hasta ahora sólo podía exhibir diferencias. "El Mercosur se va a modernizar y quien esté incómodo, que se retire", había amenazado el ministro de Economía, Paulo Guedes, que representa al ala neoliberal del gobierno brasilero. Bueno, ahora tiene algo para mostrar. La rebaja del 10% será puesta a consideración de Uruguay y Paraguay, "resguardando las excepciones que ya existen dentro del bloque", según se aclaró en el comunicado conjunto que tuvo un par de revisiones. Si bien todo indica que Bolsonaro no será reelecto, al gobierno argentino todavía le queda un largo año de convivencia por delante. 

En Cancillería también marcaban que se había puesto en marcha una agenda estratégica, demoradísima en los últimos tiempos debido a las muchas diferencias que existen entre los países. "Integración energética, biotecnología, salud y un foro empresarial", enumeraban cerca de Cafiero. Revelaban que habían mantenido una extensa reunión con Guedes. "Y no hubo ni un solo reproche cruzado, sólo hablaron de inversiones y de la agenda que viene", comentaban, satisfechos por los resultados de esta primera salida.