Santa Fe: quién es Claudio Brilloni, el cuarto ministro de Seguridad de Omar Perotti

El nombramiento del ex gendarme se dio en el marco de una espiral creciente de violencia en la provincia. La decisión cosechó elogios de Patricia Bullrich y la oposición santafesina. Preocupación en los socios del Frente de Todos.

09 de febrero, 2023 | 20.29

Santa Fe va camino a romper un triste récord en su propia historia: en sólo 3 años y dos meses de gestión, el gobernador Omar Perotti designó al cuarto ministro de Seguridad de la provincia, en el marco de una espiral creciente de violencia, la cual no acusa registro de soluciones inmediatas. El señalado para la tarea es el ex comandante de Gendarmería y hasta el miércoles por la noche, Secretario de Seguridad provincial, nombre con el que se conoce políticamente al viceministro de la cartera: Claudio Brilloni.

El flamante nuevo titular del ministerio más caliente de Santa Fe nació casi un mes después de que John F. Kennedy le diera inicio a la crisis de los misiles en Cuba, un 20 de noviembre de 1962, en la homónima ciudad capital, pero supo desarrollarse como prefecto de Gendarmería Nacional en diferentes provincias del país y en la ciudad de Buenos Aires, ingresando a la fuerza en 1981.

¿Quién es el comandante Brilloni?

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Como oficial de Gendarmería prestó servicios en Misiones, Corrientes, dirigió el centro de apoyo y adiestramiento antidroga en Salta y dirigió el equipo de investigaciones federales. Más cerca en el tiempo, estuvo al frente del Operativo Conjunto de las fuerzas federales enviadas entre 2016 y 2017 a su provincia natal por orden de Patricia Bullrich, en aquel entonces ministra de Seguridad. No era la primera vez que Brilloni desembarcaba en Santa Fe: en 2014, fue designado por el ministro de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, como encargado del pelotón de 3500 gendarmes que arribó a Rosario, a modo de combatir el delito. Finalmente se desarrolló como jefe de la Región I de Campo de Mayo, en 2018, y se retiró siendo Director General de Operaciones, en 2019, con el rango de comandante.

Un dato de color es su relación estrecha con Bullrich, dado que mientras estuvo al frente de la Región 8 de Gendarmería en Rosario, en otra de las visitas de Gendarmería Nacional a “la cuna de la bandera”, ofició como enlace de los entonces ministros de Seguridad de la Nación y la Provincia, Patricia Bullrich y Maximiliano Pullaro. La actual presidenta del PRO dijo en declaraciones al medio Cadena 3 que “Es importante el nombramiento de Claudio Brilloni”, apoyando el nombramiento del ex gendarme en el 2022 como secretario.

Después de jubilarse de la fuerza, Brilloni fue llamado a ser parte del ministerio de Seguridad santafesino en diciembre del 2021 como subsecretario de Prevención y Control.

El 27 de abril del año pasado, el entonces secretario de Seguridad Pública, Jorge Bortolozzi realizó un viaje de carácter personal a Nicaragua para participar de una actividad del Club de los Leones, donde tiene un cargo de jerarquía. Si bien el viaje estaba anunciado a sus superiores del Poder Ejecutivo, la ausencia se dio en una semana donde la violencia urbana en Rosario dejó como saldo de 90 homicidios hasta esa altura del año - un año que cerró el contador de vidas cegadas por la violencia lesiva con 287 asesinatos. Esto le valió el pedido de renuncia, para darle su lugar a Brilloni en el “segundo lugar” de un ministerio que era dirigido por Jorge Lagna, hasta el mes de agosto, donde sería sucedido por el excomisario de policía, Rubén Rimoldi.

El departamento Rosario cerró el año 2022 con una cifra de 287 muertos en contexto de criminalidad organizada, enfrentamientos armados y balaceras. La noche del miércoles 1° de febrero, el músico callejero Lorenzo Altamirano, de 28 años, fue secuestrado y asesinado de tres disparos y depositado en las puertas del estadio Marcelo Bielsa del club Newell’s Old Boys: los fiscales advirtieron que el joven no tenía ningún tipo de contacto ni con la barra brava del club ni con las bandas narco. Fue elegido “al boleo para enviar un mensaje”, dijeron los investigadores Matías Edery y Luis Schiappa Pietra. Este nuevo avance en el tono de los episodios violentos que impactan a Rosario fue sucedido por una balacera a una comisaría protagonizada por una persona que huyó en bicicleta el pasado martes 7 de febrero.

La violencia en alza generó una olla a presión no dio lugar para otra cosa que el pedido de renuncia de Brilloni, que se dio a conocer cerca de las 21 hs de ayer.

Repercusiones

“La mejor decisión de Omar Perotti es poner a Claudio Brilloni como secretario de Seguridad. Es un hombre que conoce la provincia. Cuando lo designó la ministra Bullrich para conducir las Fuerzas Federales en el 2016/2017 logramos bajar los índices de violencia”, sostuvo el líder radical Maximiliano Pullaro, quien hoy se posiciona como principal opositor a Perotti y próximo candidato a gobernador por el antiperonista Frente de Frentes.

Fuentes cercanas al hughense señalaron a El Destape que tienen “el mejor concepto” de Brilloni, pero que “el problema es el gobernador”. Acusan a Perotti de haber dejado una estructura funcionando en el territorio la cual el rafaelino nunca respaldó con recursos.

Desde el socialismo sostienen algo parecido: “Necesitamos mucho más que un cambio de nombres, sino un plan de contingencia para la situación de crisis que estamos atravesando”, declararon desde una de las bancas de la rosa roja: “Lo que más nos preocupa es la improvisación constante, el cambio constante y la falta de plan” en materia de seguridad en el sur de Santa Fe. A eso se suma la necesidad de una coordinación con el gobierno nacional y de un plan claro de medidas de seguridad.

Cruzando el puente, desde sectores del peronismo territorial entienden la gestión perottista, en materia de seguridad, como “una involución, básicamente porque inició su gestión poniendo, correctamente, los puntos sobre las íes, señalando la necesidad de cortar definitivamente las relaciones entre el delito y la institucionalidad en la provincia de Santa Fe y planteando la necesidad de una profunda reforma de la seguridad pública”, en referencia a la llegada de Marcelo Saín a la cartera, con un perfíl más técnico pero audaz, en comparación a sus sucesores, que no continuaron ni el énfasis del politólogo ni la voluntad en la reforma policial.

Salvo desde los sectores más paladar negro del gobierno santafesino, las restantes tribus del peronismo ven preocupados el pasaje de una visión que buscaba “separar la criminalidad organizada de la institucionalidad pública”, en referencia a las reiteradas separaciones de comisarios de la fuerza por sus relaciones con el narcotráfico y con bandas delictivas, “a colocar un excomisario que pide el autogobierno policial, y ahora se avanza con un gendarme”. Más allá de eso, lo que se señala y se discute desde el justicialismo disidente es “este pensamiento mágico de que poner a alguien proveniente de las fuerzas de seguridad te garantiza per sé dar en el clavo. La historia demuestra que esto no es así”.

Por otro lado, se sostiene que “es imposible morigerar los niveles de violencia urbana y la tasa de homicidios creciente de Rosario sin cometer una profunda reforma tanto del servicio de justicia, de la policía y una reforma política para que se transparente cómo se financian” estos eslabones de la estructura del Estado.

Más allá de los señalamientos y las suspicacias por su antipático origen, Brilloni tiene una particularidad que no es menor y que es muy rara de encontrar en esta época de cada vez más profunda radicalización tanto en la dirigencia política como en los electorados: desde ambos lados de la grieta, oficialismo y oposición ven con buenos ojos la llegada de del ex gendarme. El verdadero problema sigue siendo la errática postura del rafaelino Perotti para la que es su hierro más candente: la política de seguridad, que parece no dar pie con bola.