Algo huele mal en Santa Fe, y no son sólo los humedales que se queman. Entre el humo en el que se encuentra inmersa la ciudad de Rosario, el intendente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, arribó a la cuna de la bandera para participar de un encuentro regional de jefes municipales, aprovechando la ocasión para sostener reuniones con integrantes clave de la política santafesina, entre ellos el fiscal general de la provincia Jorge Baclini, encuentro que generó diferentes señalamientos y denuncias que en Santa Fe vienen resonando hace tiempo, en tanto a los intereses proselitistas de los integrantes del Poder Judicial en la provincia.
El encuentro fue durante la tarde del viernes, entre el Jefe de Gobierno porteño, el legislador nacional por Juntos por el Cambio Gabriel Chumpitaz y el diputado provincial y presidente del bloque radical Maximiliano Pullaro, en la sede rosarina del Ministerio Público de la Acusación (MPA). Los partes de prensa de Larreta anunciaban “una reunión para debatir la situación de seguridad en la provincia”, tomando estado público quiénes fueron sus interlocutores tras ser publicadas las fotos de los cuatro individuos en las redes sociales del funcionario visitante. Las fotos provocaron la alerta de los legisladores peronistas.
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La justicia y la política: ¿asunto separado?
Jorge Baclini es un hombre oriundo de una familia con un intenso y largo vínculo con el radicalismo santafesino, quien comenzó su carrera desde lo más raso de los niveles judiciales, primero como empleado al Poder Judicial, luego como secretario de un juzgado de Instrucción, juez y finalmente fue nombrado fiscal regional de Rosario. En el 2017, y con la venia del en aquel entonces gobernador Miguel Lifschitz, la legislatura votó su pliego en mayoría para su designación como fiscal general de Santa Fe durante seis años. Su cargo está pronto a vencer en abril del año que viene, y fuentes del MPA indicaron que hay una incertidumbre muy importante sobre quién sucederá al letrado rosarino.
En diálogo con este medio, Baclini desmintió las acusaciones de los diputados frentetodistas: “Yo tengo reuniones todo el tiempo con muchas personas”. Según contó el fiscal, el encuentro fue una “reunión protocolar”, cuyos ejes versaron en la comparación entre los métodos de investigación y tratamiento para la política criminal tanto en CABA como en Santa Fe y del funcionamiento de la policía en ambos distritos, el dirigente del PRO consultó sobre el problema creciente de la violencia urbana en la ciudad de Rosario -situación que ya lleva 172 muertes por uso de arma de fuego hasta el cierre de esta nota-, las intervenciones realizadas desde el MPA y la situación del comercio de drogas. Nada se dijo sobre el juego clandestino y el lavado de activos que, desde la legislatura y el ejecutivo municipales son señalados como los canales comunes de filtración de los fondos ilegales de la criminalidad organizada.
Asimismo, Baclini negó a El Destape los señalamientos realizados hacia su persona por intereses proselitistas y coincidió con otras fuentes consultadas en que la intención fue “ultimar los detalles sobre la forma en que el gobierno de CABA ofrecerá sus laboratorios criminalísticos para avanzar en las investigaciones en la provincia de Santa Fe”.
Así las cosas, todo parece indicar que el fiscal general efectivamente quedó envuelto en el raid de campaña de Larreta en Santa Fe. “Son interpretaciones erróneas”, dijo sobre las acusaciones que se le endilgan de tener alguna inclinación partidaria en su cónclave con Larreta. Y aunque Baclini niega rotundamente cualquier intención de postularse a algún cargo político el año que viene tras el vencimiento de su cargo, los recientes hechos en el ámbito judicial de la provincia lo que pone los pelos de punta de los legisladores oficialistas y de izquierda.
La ex Defensora Pública del fuero federal y actual diputada provincial por el Frente de Todos Matilde Bruera, entiende que "se comprometió la independencia del MPA porque a todas luces aparece como una reunión de campaña política y no como una reunión de trabajo". Para la legisladora y abogada penalista "los fiscales y los jueces no sólo tienen obligación de ser independientes por las normas constitucionales, sino que además hay normas éticas que los obligan a hacer y aparecer como independientes y realmente desde la perspectiva de un ciudadano común no aparece como independiente en esa reunión".
Bruera atiende las explicaciones de Baclini sobre la naturaleza de la reunión, sin embargo para ella “es una reunión que se puede hacer en otro momento. No hace falta una reunión para eso” y agregó que “esas reuniones en campaña, en época de campaña y en actividades de campañas políticas, un magistrado tiene que evitarlas”.
“Esas vinculaciones preocupan por la situación institucional de Santa Fe” expresó Bruera, quien es muy crítica el funcionamiento del sistema judicial de la provincia en ambos niveles, y profundiza su análisis: “Sabemos cómo fueron perseguidos funcionarios de este gobierno por el MPA, entre ellos Nadia Schujman”, integrante del equipo del exministro Marcelo Saín y titular de la Agencia de Control Policial, a quien se la ha acusado de integrar una red de espionaje desde el Ministerio. La causa no ha tenido ningún tipo de avance y a ocho meses de iniciada la causa, los fiscales Ezequiel Hernández y Mariela Jimenez no han presentado pruebas que sustenten la denuncia. Los fiscales que entienden en la causa han sido señalados por sus inclinaciones políticas manifiestas previo a su ingreso a los escalafones, ingresos obtenidos por dichos vínculos políticos. “Ha sido un atropello absoluto por parte del MPA sin ninguna imputación hace meses que se hizo este procedimiento y jamás imputaron a nadie. Hay actuaciones de algunos fiscales que preocupan”.
“Sabemos que la mayoría de los fiscales de Santa Fe fueron designados durante la otra gestión (del Frente Progresista Cívico y Social) y la verdad que los mecanismos de designación de jueces y fiscales en la provincia de Santa Fe no son transparentes, y estas vinculaciones políticas realmente preocupan”, sentenció la diputada.
Ella recuerda el caso de la expulsión de Marcelo Saín de sus dos cargos, de ministro de Seguridad y de su responsabilidad como titular de la Oficina de Investigaciones, tras ser acusado de proselitismo tras publicar su animosidad al peronismo en su cuenta oficial de Twitter: “Marcelo (Saín) era un funcionario técnico, no tenía obligación de independencia, ni obligación de autonomía, pero este lo echan por hacer proselitismo con dos tweets y acá el jefe de los fiscales se sienta hacer campaña con un partido político entonces eso es muy preocupante”. Matilde Bruera presentó junto con sus colegas legisladores Luis Rubeo, Carlos Del Frade y Lucila de Ponti un pedido de informes al Ministerio Público para que explique esa reunión.
De reuniones y giras
Fuentes cercanas a los círculos nacionales de Propuesta Republicana (PRO) dan cuenta de lo difícil que fue poder generar agenda en un PRO Santafesino “tan atomizado, tan fraccionado” y con sus esperanzas puestas en el armado de una propuesta común con el radicalismo vernáculo, cuyo príncipe paladín es un Pullaro que no deja de colocar recursos en una campaña que ya lleva tres meses de presentación oficial, aunque con la sombra de una Carolina Losada en crecimiento sobre el territorio santafecino, aunque aún sin determinaciones sobre su futuro político. Como dijera un importante funcionario técnico peronista: “el techo lo ponen otros”.
La agenda trajo al titular del gobierno de CABA en el marco de la Cumbre Mundial de Alcaldes en el C40, un encuentro de jefes comunales de 100 ciudades de todo el mundo que buscan discutir y generar políticas contra la crisis climática. Allí Larreta tuvo su cumbre bilateral con el intendente de Rosario, con quien pudo organizar un encuentro privado, producto de su amistad política y de la cercanía personal que mantienen ambos dirigentes. Entre viernes y sábado, el porteño sostuvo reuniones con dirigentes políticos y territoriales de su partido, una conferencia de prensa llevada adelante en la Bolsa de Comercio -parada obligatoria de los dirigentes prominentes del PRO cada vez que viajan a Rosario-, visitó tres centros comerciales y una empresa de biotecnología.
El recorrido por Santa Fe generó ciertos reclamos, incluso por parte del mismo Horacio Rodríguez Larreta, tras considerar que la organización y ejecución fue “bastante caótica y conflictiva” y que “hubo una convocatoria bastante floja”.