Los periodistas de antes no usaban excusas

11 de abril, 2021 | 00.05

La denuncia mediática sobre las mujeres embarazadas que se ocultaban en el monte formoseño para escapar a las cesáreas compulsivas y el secuestro de sus bebes por parte de las huestes del gobierno de Insfrán resultó ser una operación mediática más. No salimos de nuestro asombro. Se desarmó como se desarmaron tantas otras operaciones en espera de ser reemplazada por la próxima. La pregunta que nos hacemos es si las almas de cristal que creyeron en esa historia diabólica de maldad a escala industrial y exigieron la intervención federal de la provincia exigirán ahora la intervención de TN o Canal 13. ¿Luis Novaresio pedirá perdón a sus espectadores y al gobierno de Formosa por haber repetido que las mujeres debían parir en el monte? ¿Lo imitarán Nico Wiñazki, Diego Leuco o Luciana Geuna, que tan conmocionada parecía por esa denuncia imaginaria?

Con el peronismo, hoy circunstancialmente kirchnerismo, ocurre algo particular: la crítica política es reemplazada por la denuncia fantasmagórica. Los peronistas gozan haciendo daño y por lo tanto se puede esperar cualquier cosa de ellos. Como aquella terrible historia que conocimos gracias a La Nación, de la ascensorista de Casa Rosada que tenía prohibido hablarle a Cristina o incluso mirarla. Y que cuando Macri la saludó y le preguntó por el clima, se puso a llorar por la opresión contenida de tantos años. Sólo faltó que el cronista nos explicara que Cristina la azotó con el látigo de siete puntas que le regaló Kim Jong-un, el kirchnerista norcoreano. 

Los periodistas serios de los años ’50 también alertaban a la ciudadanía sobre la maldad de Perón, un tirano sediento de sangre, o sobre la venalidad de Eva, que sólo quería llenarse de joyas y tampoco dejaba que la miraran en los ascensores. Es más, antes de que existiera el peronismo, los inhumanos fueron los radicales. Escuchando hoy a los diputados Mario Negri o Alfredo Cornejo, nuestros severos escribanos del statu quo, cuesta creerlo pero nuestra aristocracia consideraba a Hipólito Yrigoyen como “El terror de los zaguanes de Balvanera”, “Dios pardo”, “César mestizo, germanófilo y bárbaro” o incluso un “Mazorquero del arrabal”.

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Las denuncias fantasmagóricas y el moralismo selectivo de los medios serios hacia los movimientos populares representan un viejo truco para que la ciudadanía se aterre por calamidades imaginarias en lugar de debatir sobre políticas públicas, escuelas, hospitales, rutas, empleo o distribución del ingreso. Con las cesáreas imaginarias en medio del monte o la pobre ascensorista desconsolada buscan convencernos de la maldad intrínseca del peronismo, esa obstinación argentina.

Desde que el gobierno rechazó la oferta de la empresa Correo Argentino S.A.- 1.011 millones de pesos en concepto de deuda total por el canon impago, una cifra cinco veces menor al monto de la deuda según el dictamen de la fiscal Gabriela Boquín - el mundo de Juntos por el Cambio sufrió una nueva indignación colectiva. En efecto, los ex funcionarios de Mauricio Macri sintieron al unísono la imperiosa necesidad de manifestar su apoyo a los intereses de la familia Macri.

Fray Hernán Lombardi, ex Inquisidor General del Virreinato y Martillo de Télam, escribió con valentía en su cuenta de twitter: “En el año 2003 Mauricio comenzó su actividad política. Como represalia los Kirchner le sacaron la concesión del Correo a su familia.” (https://twitter.com/rinconet/status/1380591975594876931?s=20) Es más, como represalia preventiva, en el año 2000 el kirchnerista Fernando De la Rúa le exigió a Macri que pagara el canon adeudado. Pasaron tantos años que tal vez el pobre Lombardi lo olvidó pero él era funcionario de aquel gobierno en el momento del reclamo.

Por su lado, el exministro de Justicia, Germán Garavano, y la exembajadora Paula Bertol presentaron un informe ante la OEA en el que alertan sobre el “avasallamiento del Poder Judicial”. Es una gran idea: Luis Almagro, titular de la OEA y uno de los felpudos más esponjosos del Departamento de Estado, tiene expertise en eso de derrocar gobiernos populares. Eso sí, el exministro debería tener cuidado ya que su amiga Jeanine I, Emperatriz del Beni, Terror de los ateos, Marquesa de Potosí, Defensora de las Santos Evangelios, Tigresa de los Llanos, Zarina de Cochabamba, Patrona de la Justicia, Hoguera de los agnósticos y Presidenta autoproclamada del Séptimo Día, terminó en la cárcel luego de recibir el apoyo entusiasta de la OEA.

Tal vez inspirado por tantas iniciativas virtuosas, el diputado de Juntos por el Cambio Juan Manuel López le reclamó al gobierno “mucha lucidez y serenidad para preservar la Nación”. Tiene razón, ojalá el gobierno imitara la lucidez y la serenidad que tuvo el diputado al presentar una denuncia penal junto a la Mentalista Carrió y sus colegas Mariana Stilman y Mónica Frade contra el Presidente por el plan de vacunación que consideraron un “atentado contra la salud pública”. Lucidez, serenidad y cárcel.

Por último, para terminar una semana de asombros, el ineludible Jony Viale explicó desde una de las jaulas de La Nación + que el IFE, el ATP y las vacunas están centralizados desde el Estado porque el gobierno “busca controlarnos”. Es cierto que en Francia, EEUU o cualquiera de los países que Viale y compañeros de jaula consideran serios, las subsidios, las asignaciones familiares o las vacunas son entregados a través del Espíritu Santo, prescindiendo del Estado.

 

Imagen: Falsos hisopadores de La Cámpora descubiertos por Viviana Canosa (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)