Poco después de que su alteza magnánima Gerardo I, visir de la Puna, maharajá del Potosí, marqués de Ledesma, León de Tilcara, Apóstol de La Paz, Zar de los Siete colores, mariscal del Altiplano, califa de Humahuaca, Martillo de Herejes, Protector de la Justicia, Orgullo Radical y Azote de Dios, asumiera en Jujuy y ampliara el Superior Tribunal de Justicia con diputados amigos que votaron la ampliación, Milagro Sala, su principal opositora, fue detenida por “incitación al acampe”. El siguiente paso fue condenarla por un escrache contra el entonces senador Morales, ocurrido siete años antes, y del que no participó Sala pero tampoco el testigo que la acusó de haberle pagado para arrojarle huevos al senador. De esa forma, la justicia federal de Jujuy condenó a tres años y medio de prisión a la líder de la Tupac Amaru por un escrache telepático por interpósita persona ausente.
La Cámara Federal de Casación Penal acaba de hacer lugar a un recurso interpuesto por la defensa de Milagro Sala y ordenó que “se dicte una nueva resolución conforme a derecho” en la causa en cuestión. Es una decisión polémica que coarta la libertad del juez de fallar en base a las convicciones del Azote de Dios o las denuncias mediáticas.
Esta semana pudimos apreciar la reacción furiosa de varios de nuestros periodistas serios frente al nuevo Plan Ahora 30, un incentivo al consumo lanzado por el gobierno nacional en plena crisis. Para el periodista Diego Cabot es incomprensible que los inmuebles tengan que comprarse en efectivo y en dólares mientras que una tostadora puede adquirirse en cuotas. Su colega Pablo Rossi fue más allá y desde una de las jaulas de La Nación + confesó sentir vergüenza por el presidente y trató de “focas” a quienes usaran ese nuevo sistema de tasas negativas. ¿No poder cambiar el lavarropas por falta de crédito permitiría adquirir una vivienda? En realidad, esa era la explicación de la entonces vicepresidenta Gabriela Comosedice Michetti sobre la caída del consumo de leche durante el gobierno de Cambiemos: la gente ahorraba en productos de primera necesidad.
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Debemos reconocer que los pobres dilapidan la plata en leche, pan o zapatillas en lugar de ahorrarla para comprar una casa, como hacen los ricos. Debe ser un problema de educación.
“No hay sociedad pluralista sin una gran clase media” explicó por su lado Ricardo López Murphy el Breve, que participó en la Alianza y apoya a Cambiemos, dos gobiernos que destruyeron a esa misma clase media. Ocurre que para López Murphy, a la clase media no se la apoya con subsidios a los servicios, aumento del poder adquisitivo de sueldos y jubilaciones, mayor inversión en salud y educación públicas o crédito barato, sino con ajustes, tarifazos, desempleo creciente y tasas por las nubes. Eso sí, siempre respetando las instituciones y coso, y alejándonos de Venezuela, Nicaragua, Cuba, Haití o el fantasma caribeño que determinen los medios.
Nuestra derecha suele reverenciar a la clase media que empobrece cada vez que gobierna del mismo modo que elogia a las empresas industriales que destruye. Según cálculos de Daniel Schteingart en base a cifras del INDEC, en junio de este año la recuperación industrial alcanzó el mayor nivel de producción desde mayo de 2018, cuando empezaba la crisis cambiaria. Luego de un año y medio de pandemia tenemos mejores índices industriales que en la pandemia anterior, la de Cambiemos. De hecho, ya hay 23 mil empleos industriales más que a fines de 2019.
El aumento en la oferta de trabajo nos trae de vuelta letanías que no escuchamos durante el gobierno anterior, cuando lo que sobraba no era el empleo sino la mano de obra. El CEO de Toyota, sin ir más lejos, lamentó en una charla empresarial del Rotary Club en Buenos Aires que se “hace difícil en nuestra área geográfica encontrar 200 personas con secundario completo, porque en Buenos Aires se perdió el valor de un secundario”
Según Mara Ruiz Malec, ministra de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, “que se recupere la demanda laboral en la industria es señal de cambio de época. Recordemos que en la gestión anterior se perdieron 64.392 puestos de trabajo industriales registrados en la provincia, un 12% de los puestos.”
Ruiz Malec recordó que bajo el gobierno de CFK se lanzó el Plan Progresar para ayudar a terminar el secundario a quienes lo habían abandonado por razones económicas. Con Macri y Vidal el monto de dicho plan estuvo congelado por tres años y se dieron de baja casi medio millón de estudiantes beneficiarios. El gobierno actual aumentó los montos y su alcance y relanzó la inversión en infraestructura escolar, también congelada durante el gobierno de Cambiemos, ese que tantas ilusiones le generó al Rotary Club, el mismo que hoy lamenta las terribles consecuencias de las políticas que apoyó.
Nuestra derecha valora a la clase media empobreciéndola y defiende a la educación pública desfinanciándola mientras que el peronismo manifiesta su odio hacia esa misma educación incrementando la inversión e ilustra su desprecio hacia la clase media aumentándola y otorgándole subsidios y mayor poder adquisitivo.
Asombros de una época asombrosa.
Imagen: “Muchachos, si dejaran de gastarle en leche y pan podrían ahorrar para comprar una casa, como hacemos nosotros” (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)