La jueza federal María Servini dio lugar a una medida cautelar y frenó el lanzamiento del programa “Más Cultura Joven” impulsado por el Ministerio de Cultura hasta después de las elecciones. La iniciativa, que incluía un bono de $5.000 destinado a jóvenes de entre 18 y 24 años, tiene como objetivo “reducir la brecha económica existente en el acceso a los bienes y servicios culturales”.
“Estas situaciones podrían derivar en una vulneración de los derechos políticos de los ciudadanos, en razón de que se podría atentar contra el derecho a elegir libremente a sus representantes, considerando que nos hallamos ante una inminente elección” afirmó la magistrada dando por sentado que un bono de $5.000 utilizable para ir al cine, al teatro, a eventos musicales, museos, espacios culturales, comprar libros o pagar cuotas de cursos y talleres, entre otras actividades, podría incidir en el libre albedrío de los electores jóvenes a la hora de votar en las elecciones de medio término.
Desde Juntos por el Cambio saludaron la decisión judicial del mismo modo que habían denunciado la polémica iniciativa oficialista a favor de los viajes de egresados. Federico Pinedo, el presidente más breve de nuestra historia, afirmó en un tuit: “La Justicia Electoral suspendió la entrega de 5.000 pesos a jóvenes que se inscribieran en un programa de cultura, antes de las elecciones. Platita, no.”
Servini y Pinedo tienen razón: ¿Que se creen esos pibes? ¿Acaso son accionistas de Vicentin como para andar recibiendo plata del Estado? Ocurre que las clases más desfavorecidas son proclives a cambiar su voto por platita mientras que nuestros ricos tienen una relación mucho más objetiva a la hora de valorar los cuantiosos recursos públicos con los que suelen beneficiarse. Es por eso que ningún juez cuestionó el millonario aporte de campaña que Mauricio Macri recibió de parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que financió la fuga de socios y amigos. Tampoco hubo cautelares que impidieran que el Banco Nación, sólo en el mes de noviembre de 2019- apenas un mes antes de que concluyera el gobierno de Cambiemos- otorgara 28 préstamos por más de 105 millones de dólares a los accionistas de Vicentin.
Es por eso que repartir recursos públicos entre los más ricos es “inyectar liquidez en el sistema” mientras que hacerlo con los pobres es “clientelismo”. Eso lo sabe cualquier economista serio.
Esta semana el gobernador Axel Kicillof declaró: “El del FMI fue un préstamo político. La solución debe ser política y tener en cuenta el pecado original” (https://www.eldestapeweb.com/economia/deuda-con-el-fmi/kicillof-al-fmi-que-tengan-en-cuenta-el-pecado-original--2021102115150). Retomó así los argumentos de CFK, quien sostuvo desde el inicio que el préstamo violó los propios estatutos del organismo internacional al aceptar que los dólares entregados financiaran la fuga (“ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital”).
Frente al reclamo de CFK y una parte del oficialismo de exigir una quita en la deuda y un aumento del plazo de pago, nuestros economistas serios y los opositores de Juntos por el Cambio (dos colectivos que cuesta diferenciar) sostienen que eso es absurdo ya que sería contrario a los estatutos del FMI. ¿Si el aporte de campaña disfrazado de préstamo incumplió esos estatutos por qué la renegociación debería limitarse a sus estrictos límites? Al parecer, los estatutos del FMI son como el colesterol: los hay buenos y los hay francamente malos.
Según el diario Clarín, el gobierno “amenazó” con aplicar la Ley de Abastecimiento mientras que las grandes empresas “alertaron” que podría haber desabastecimiento. Un ejemplo de #Léxico químicamente puro (https://twitter.com/rinconet/status/1451148186895020037?s=20). No descartamos un banderazo nacional a favor de la libertad de pagar alimentos cada vez más caros al grito de “¡No somos Valenzuela!” y #JeSuisMolinosRíoDeLaPlata.
Mauricio Macri decidió no presentarse por segunda vez a la indagatoria por la causa del espionaje de la AFI a los familiares de la tripulación del ARA San Juan. Agradecemos que no sea kirchnerista: eso nos salva de una carta de Leuco, una indignación de Novaresio, una alucinación de Canosa, un desvarío de Fernández Díaz, un remilgo de Andahazi, un rictus de Cristina Pérez, una imprecación de Jony Viale, una mención de Tenembaum a CFK y un eructo de Lanata.
Por último, ayer Charly García cumplió 70 años. Es difícil saber como sería el mundo sin él pero es fácil imaginar que sería mucho peor.
Imagen: Oficiales de La Cámpora vacunan a los niños contra el Covid para condicionar su voto (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)