El jueves pasado, el Senado aprobó casi por unanimidad la ley de cupo laboral para travestis y trans bautizada “Diana Sacayán - Lohana Berkins”. El proyecto fue impulsado por el bloque del Frente de Todos a partir de una propuesta de la diputada Gabriela Estévez.
La Ley establece un cupo laboral travesti trans del 1% en el Estado Nacional, incentivos para la contratación de personas de dicho colectivo en el sector privado y apoyo financiero para proyectos productivos travestis trans. Como señaló la senadora del Frente de Todos Norma Durango: “Estamos discutiendo algo más que el cupo laboral travesti, trans y transgénero, estamos discutiendo si este colectivo va a empezar a tener los derechos que, como ciudadanas y ciudadanos, les corresponde: derechos humanos, de eso estamos hablando”.
La iniciativa se inscribe en la continuidad del matrimonio igualitario y la ley de identidad de género pero también en la propia tradición peronista de ampliación de derechos, desde el sufragio femenino hasta la ley de divorcio (la primera, anulada por el golpe del ‘55), pasando por las vacaciones pagas, la gratuidad de la universidad, el aguinaldo o el fuero laboral. El peronismo es ese extraño espacio político denunciado por ser alérgico a las libertades que amplía derechos.
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El mismo día que el Senado votaba la nueva ley para terminar con décadas de exclusión, Beatriz Sarlo, Jay Jay Sebreli, Alfredo Casero, Marcos Novaro, Maximiliano Guerra y otros humoristas de la oposición publicaron una carta asombrosa aún para el estándar generoso al que nos tienen acostumbrados. En ella denuncian el “plan autoritario” de Alberto Fernández y Cristina Kirchner y advierten que de ganar el kirchnerismo las elecciones, “vaciará hasta la última gota de democracia”. Así como la distancia que nos separa de Venezuela se mide en diputados, ahora la democracia se mide en gotas. A la acechanza de rigor representada por Venezuela y Nicaragua, la carta agrega una nota personal sumando al Eje del Mal a Rusia, Filipinas, Bielorrusia y Hungría. Sólo faltó Norcorea y Mordor.
Beatriz Sarlo y sus amigos se inscriben en otra tradición, la de nuestra derecha, que desde hace 70 años denuncia que el peronismo está a una victoria electoral de transformarse en dictadura. El apocalipsis es siempre inminente aunque también esquivo. Según esa tenaz letanía, el peronismo buscaría terminar con esa democracia que desde sus orígenes le ha dado tantas alegrías y victorias electorales. Además de autoritario el peronismo sería desagradecido.
Desde esta columna semanal proponemos que la próxima carta de intelectuales comprometidos con la república y coso se concentre en fustigar la Vacunadura, un peligro aún mayor que el de la Infectadura denunciado en la carta de intelectuales apocalípticos del año pasado. Con 23 millones de dosis distribuidas hasta ahora, ya es tiempo de empezar a indignarnos por el exceso de vacunas.
La cercanía de las elecciones parece impacientar a nuestros periodistas serios. Luego de la arenga del Teledoctor Castro, quién intimó a los opositores de Juntos por el Cambio a unirse frente al enemigo común, Diego Leuco reprendió en directo a Luis Juez, nuestro ex bufón de embajada, exigiendo también la tan ansiada unidad antikirchnerista. La cara de caniche apaleado del pobre diputado cordobés generó una empatía inmediata entre los televidentes. Ese podría ser el eje de la campaña opositora: “Vótelos, así no los retan más”.
Por su lado, el diputado Luis Petri, un reconocido cómico radical, denunció al gobierno por “crueldad y abandono de persona” hacia las personas que todavía no recibieron la segunda dosis de esa vacuna que él mismo calificó de “Ruleta Rusa” (/). Un jugador de toda la cancha. Como explicó el propio Alberto Fernández: “Ahora me piden que consiga la segunda dosis de veneno”.
En todo caso, con la derecha de nuevo en la oposición asistimos a un gran trabajo en equipo: el peronismo amplía derechos desde el gobierno mientras el antiperonismo se indigna desde los medios. Cada uno hace lo que mejor le sale.
Imagen: Una familia huye de la Vacunadura (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)