El factor Ganímedes

14 de noviembre, 2021 | 00.05

Las semanas previas a las elecciones de medio término, tal vez porque el resultado se prevé adverso al oficialismo, han sido para la oposición una primavera de ideas zombie y delirios reaccionarios. “Transformemos en queso gruyere a los delincuentes” propuso José Luis Espert- uno de los tantos energúmenos reaccionarios que se autoperciben liberales- sin aclarar si se refería a los evasores, a quienes llevan adelante quiebras fraudulentas como la de Vicentin y transfieren sus pasivos al Estado o a quienes conformaron una mesa judicial para espiar y perseguir opositores. Quien sabe, tal vez esté proponiendo que quienes cumplen una condena por los horrendos crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura- como asesinatos, torturas o secuestros de bebes- sean cosidos a balazos en lugar de transitar su castigo en una celda.

Por su lado, Alejandro Finocchiaro, ex ministro de Educación del gobierno de Cambiemos y candidato a diputado por ese espacio, explicó que “De un lado de la grieta están los delincuentes y quienes defienden a los delincuentes, gente como Zaffaroni, Hebe de Bonafini o Estela de Carlotto. Del otro lado estamos las personas de bien que queremos vivir en paz”. Con una honestidad no exenta de coraje, el ex funcionario de Mauricio Macri nos explica que exigir justicia por los crímenes de lesa humanidad o seguir buscando a los nietos secuestrados por los grupos de tareas es una actividad delictiva que nos aleja de la paz. La Corte Interamericana de Derechos Humanos no parece estar al tanto que uno de sus miembros, Eugenio Zaffaroni, es un delincuente que defiende a delincuentes. Sólo falta que Finocchiaro justifique los vuelos de la muerte y se vanaglorie de las torturas en los centros clandestinos. Al fin y al cabo, los civiles y militares que implementaron esos métodos también afirmaban que sólo buscaban vivir en paz.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

Martín Tetaz, economista independiente, apartidario y apolítico que una mañana tuvo una epifanía y se descubrió candidato de Juntos por el Cambio, continúa prometiendo que, de llegar al poder, su espacio político eliminará la indemnización por despido, mientras la ex Gobernadora Coraje, apasionadamente bonaerense devenida en apasionadamente porteña, insiste con impulsar el empleo joven pagando a esa franja etaria la mitad de un sueldo mínimo. Debemos reconocer que, al menos por ahora, ninguno ha propuesto abolir la Asamblea del Año XIII.

Juntos por el Cambio parece tomar el voto castigo contra el oficialismo reflejado en las PASO como un cheque en blanco a la oposición para volver a implementar las políticas que tantas alegrías aportaron a las mayorías entre el 2015 y el 2019. Como ocurrió en 2017, cuando el oficialismo de Cambiemos tomó la victoria en las elecciones legislativas de la misma forma y consideró que la ciudadanía aceptaba de buena gana las reformas previsional y laboral. Aquello terminó con una victoria pírrica en diciembre del 2017, un Congreso rodeado de manifestantes y el principio del fin para Macri. Las percepciones de cheques en blanco pueden fallar.

Siguiendo una noble tradición, desde Juntos por el Cambio alertaron sobre el peligro de fraude. La ineludible diputada Mónica Frade- la misma que presentó una denuncia penal contra Alberto Fernández por querer envenenarnos con la vacuna Sputnik- denunció que algunos empleados municipales de Formosa estarían facilitando la entrada al país de ciudadanos paraguayos para votar al Frente de Todos. No sabemos qué es más asombroso, si el reemplazo de los funcionarios de la Dirección Nacional de Migraciones por empleados municipales o el hecho de que ciudadanos con DNI argentino, el único habilitado para poder votar, deban entrar de forma ilegal para cumplir con la obligación cívica de votar. Pero eso no es lo más preocupante: según una denuncia anónima, la Gendarmería habría construido junto al INVAP una plataforma en el Cerro Uritorco para recibir platos voladores con centenares de ciudadanos de Ganímedes listos para votar. Lo más grave es que ninguno de estos viajeros del espacio sería hisopado.

Por último, pese a haber sido operada apenas unos días antes, la vicepresidenta asistió al acto de cierre de campaña del Frente de Todos. Si no hubiera ido, esa ausencia hubiera sido leída por nuestros medios serios como una muestra de distanciamiento con respecto a Alberto; pero como fue, también.

 

Imagen: Plataforma construida por el INVAP en el Cerro Uritorco para recibir alienígenas que vienen a votar por el Frente de Todos (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)