La reforma laboral que consiguió media sanción en Diputados se convirtió en el background de la marcha por el día de los trabajadores. A las motivaciones iniciales se le sumaron la pérdida de derechos, el fomento de la precarización y el regreso del impuesto a las Ganancias, un cambio laboral que ciertos sectores de la oposición dialoguista quieren profundizar. La UCR ya avisó, después de fracasar en el recinto, que intentará penalizar bloqueos y eliminar la obligatoriedad del aporte sindical solidario. Pero los tiempos y los apoyos no parecieron acompañar estas ideas.
El radicalismo se encontró ante dos planos de debate. Por un lado, el de la conversación pública para dar y ganar la batalla cultural. Ese aspecto se vio medianamente accesible, paso a paso, con la apropiación de determinados ejes temáticos. El segundo, sin embargo, no necesita de apariciones en medios o publicaciones rimbombantes en las redes sociales, sino de consensos que no existen.
Los consensos, “son como el cometa Halley, pasa cada 76 años y tenés que aprovechar” cuando lo hace, graficó un diputado. En este caso en particular, sabiendo que Unión por la Patria se va a oponer a cualquier iniciativa que vaya en esa línea, los radicales necesitan que el frente no peronista esté compacto tras el proyecto, cosa que no sucede en la actualidad.
Para quienes siguen de cerca el debate minucioso, el peronismo federal tiene vínculos con los gremios, acordando el proyecto con ellos y, por lo tanto, resignando algunos capítulos. En paralelo, se vio que La Libertad Avanza acuerda con ese peronismo federal y, por contigüidad, con los sindicatos relativizando cualquier posibilidad de avance. Por eso, se vio difícil poder progresar.
Con el PRO solo no les alcanza. Después de la aprobación del capítulo del tabaco en la ley Bases, además, complicaron el nexo para negociar. Incluso en el sector más moderado se ve con buenos ojos un retoque en la legislación laboral. Incluso Horacio Rodríguez Larreta se mostró de acuerdo con hacer cambios y, después del debate, consideró que con el proyecto se resuelve algo de lo sustancial. Él, de todos modos, hubiera tendido puentes con los sectores afectados. Diferencias de forma, no de fondo. Sin embargo, al menos de momento, será difícil que la UCR convoque a comisión para debatir los puntos de la reforma que quedaron por fuera.
Entre los puntos que no se incluyeron están la extinción de la relación laboral en forma unilateral, sin previo aviso o indemnización, por causa justa, como bloqueos en establecimientos durante una medida de fuerza. Y, luego, otros dos vinculados a las cuotas sindicales para que los aportes no sean obligatorios.
El proyecto del radicalismo fue muy resistido por bloques dialoguistas a los que el gobierno les pidió su apoyo, por eso tuvieron que rechazar la inclusión de este tipo de iniciativas. Pero también dentro de la propia UCR. En los capítulos 1 y 2 del título laboral, los diputados Fernando Carbajal, Marcela Coli, Pablo Juliano y Facundo Manes votaron en contra.
En el capítulo tres lo hicieron los mismos legisladores, con excepción de Carbajal que, en el siguiente (el cuatro), se abstuvo mientras que los otros volvieron a rechazar junto, también, a Pedro Galimberti. En el quinto, Coli, Juliano y Manes se opusieron, al igual que en el sexto. Juliano forma parte de la comisión de Legislación del Trabajo presidida por su correligionario Martín Tetaz, impulsor de estas reformas.
La posición del radicalismo no es sencilla a la hora de avanzar con la profundización en el cambio laboral. Y, al mismo tiempo, se encuentra en una situación de equilibrio con el gobierno nacional. En sus discursos de ante sus respectivas Asambleas Legislativas, dos gobernadores se mostraron alineados con la Rosada, pero manifestaron algunas diferencias, puntualmente a la hora de avanzar con la obra pública y la educación.
Desde Santa Fe, Maximiliano Pullaro destacó que su distrito fue el primero en señalar que el gobierno nacional se aprestó a cometer “el error de querer incrementar la recaudación imponiendo más tributos al campo y la industria o desregulando totalmente mercados como el del biocombustible”.
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El mandatario se plegó a la idea de achicar el gasto público con la reducción de ministerios, el análisis de la planta estatal, el impedimento a “cualquier funcionario, incluido el gobernador, (de que) se hospeden en hoteles que superen las tres estrellas”, la “reducción del uso de autos oficiales”, la eliminación de la flota de teléfonos y control en el gasto de combustible
Pero fue crítico al marcar una distancia con las políticas nacionales. “No hay salida de la desigualdad si no es con educación. Escuelas abiertas, maestros enseñando y chicos aprendiendo”, una de las banderas de la UCR que aún no pudo levantare. La sesión pedida en el Senado se cayó. Este jueves, sin embargo, habrá reunión de comisión en Diputados, solicitada con la firma del propio Rodrigo de Loredo.
Pullaro, una de las llaves que sirvió para destrabar votos radicales en favor de la ley Bases, también cuestionó la falta de obra pública: “Será uno de los pilares de los lineamientos políticos de la gestión. Ante un modelo que estigmatiza la inversión en infraestructura, desde el gobierno santafesino sostenemos que el estado moderno puede y debe hacer obra pública”. En este momento, según detalló, hay una paralización y ralentización del 75% de ellas.
Unos kilómetros más hacia el oeste, en Mendoza, Alfredo Cornejo fue mucho más cercano a la gestión nacional. De hecho, le dio su apoyo al comienzo del discurso. Para él, el país no puede “perder cuatro años más” y “necesita producir reformas inmediatas”. Para eso, “hay que darle las herramientas que pide para poder exigirle resultados”. Este es el gran argumento de la UCR para acompañar a la Rosada.
El radical Malbec, sin embargo, reconoció que el 2024 arrancó con complicaciones porque “la recaudación de impuestos de origen nacional y provincial” se encontró “cayendo a un ritmo muy acelerado. Para ponerlo en perspectiva, en los primeros tres meses de pandemia, los ingresos tributarios nacionales y provinciales en Mendoza cayeron 22% interanuales en términos reales. La caída en el primer trimestre de este año ha sido de 15%, es decir, equivalente a dos tercios de la contracción observada en pandemia”.
A eso se le sumó que “los únicos impuestos cuya recaudación crece son los que no se coparticipan a las provincias”, pero destacó el orden económico mendocino para hacer frente a ese difícil contexto. El cuyano también hizo foco en la importancia de “garantizar el derecho a la alfabetización” para brindar “justicia e igualdad de oportunidades, siendo garantes para toda la trayectoria educativa de los más vulnerables” y destacó la obra pública impulsada por la provincia.