Tras más de tres horas de reunión, terminó el primer encuentro entre el Gobierno nacional y la Confederación General del Trabajo (CGT), en medio de amenazas de paro general por parte de referentes de la central obrera. Por parte del Gobierno nacional estuvieron, entre otros, el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Del lado de la CGT, estuvieron los cosecretarios Carlos Acuña y Héctor Daer, pero no estuvo el otro integrante del triunvirato, Pablo Moyano; sí estuvo Hugo Moyano, así como también otros integrantes del consejo directivo nacional de la central.
Según hizo circular el Gobierno nacional, en el encuentro se habló sobre la nueva ley ómnibus, la homologación de las paritarias y la propuesta de reforma laboral del Gobierno. Los miembros de la CGT se fueron de Casa Rosada sin hacer declaraciones, pero mientras comenzaba la reunión se conoció un comunicado en el que la CGT se mostró abierta a participar de la discusión de "un régimen laboral moderno", pero sin que "lesione los derechos conquistados por los trabajadores argentinos". "Asumiendo el concepto de que el trabajo hace a la dignidad de la persona y su hábitat familiar, avanzar hacia una legislación laboral adecuada a las características de la sociedad actual con sus nuevos derechos, que contemple los paradigmas tecnológicos y la capacitación técnica que demanda, afirmando a su vez los Convenios Colectivos por actividad como herramienta indispensable para ese cambio", indicó. Más temprano, la central obrera había mantenido un encuentro con senadores de Unión por la Patria (UP).
El comunicado de la CGT
En el documento, la central obrera pidió "legislar para dar pleno cumplimiento a los derechos sociales establecidos en la Constitución Nacional, artículo 14 bis". Además, reclamó "desarrollar una nueva normativa de accidentes de trabajo que haga centro en una efectiva política de prevención garantizando la seguridad y la salubridad en los ámbitos de trabajo".
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Otro tema por el que abogó la CGT fue por conseguir una "ley del primer empleo con beneficios impositivos a las pequeñas y medianas empresas que contraten personal", además de una "reforma del sistema integrado de inspección a fin de garantizar avances en materia de precariedad e incumplimientos laborales. Considerar a las organizaciones sindicales como estructura de participación en materia inspectora, en caso de que se las faculte legalmente".
"Configurar un programa nacional de Lucha contra el trabajo precario, la informalidad y el trabajo infantil", fue otro de los puntos señalados por la central obrera, y el último referido al trabajo fue: "Establecer una estrategia mancomunada y eficaz entre el sector empleador, el Estado y los gremios que estimule el ingreso al sistema de aquellos trabajadores que se encuentran en situación irregular".
El de trabajo fue el primero de los 17 apartados que hizo la CGT en el documento titulado "Agenda para un nuevo contrato social", en el que se propuso ir hacia "una agenda de diálogo para una Argentina del desarrollo, la producción y el trabajo, solidaria, inclusiva y con igualdad de oportunidades". Los otros puntos son educación, salud, política industrial, seguridad social, política internacional, defensa nacional, política energética, protección del medio ambiente, transporte, sistema financiero, reforma tributaria, comercio exterior e interior, coparticipación federal, combate a la pobreza e indigencia, seguridad y vivienda.