Esta semana se debatió en el Senado la reforma judicial propuesta por el gobierno de Alberto Fernández. Más allá de los tecnicismos y la consistencia que hay detrás del proyecto oficialista, resulta preocupante y lamentable como los medios hegemónicos y ciertos personajes de la oposición han movido la vara del debate y alimentado a nivel popular los discursos vacíos, escasos de argumentos, plagados de falacias y con fines, evidentemente, destructivos. Las notas publicadas por Clarín y La Nación que convocaban al acampe frente al Congreso, los editoriales de referentes mediáticos incitando a la manifestación en las calles como si no importaran los más de 10 mil casos diarios de COVID-19 y la irresponsabilidad de un sector opositor que -lejos de conformarse con
caldear la construcción democrática argentina- no da lugar siquiera al debate de la ley, son muestras claras del escenario político y social que atraviesa el país.
"Todo apunta a la limpieza de las causas de Cristina y sus amigos"; denunció el senador y jefe del principal bloque opositor, Luis Naidenoff. “La reforma judicial es el primer paso para garantizar la impunidad de CFK y su banda”, manifestó, por su parte, @Carr968 que oficia de twittero. Este paralelismo trazado, tiene como fin dar cuenta del vacío argumentativo que invade a quienes se oponen sesgadamente al proyecto que ya cuenta con media sanción por parte de la Cámara de Senadores. Si bien resulta difícil para aquellos que no están instruidos en el ámbito del derecho comprender ciertos conceptos y medidas que contempla la reforma, hay una enorme desinformación perpetrada por los medios hegemónicos que desvía por completo el foco de la discusión.
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La cuenta de Instagram @atrapamuros compartió una publicación en la que desmitifica muchas de las críticas que sostiene un sector de la oposición y son difundidos por canales, diarios y redes sociales por parte de los mismos de siempre. Uno de ellos es la -ya mencionada- búsqueda de impunidad para la actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. La foto difundida por la organización Atrapamuros denuncia la falsedad de esos dichos y argumenta: “La propuesta ni siquiera impacta sobre las causas en curso, y quienes actualmente juzgan a Cristina van a seguir teniendo las causas en sus manos”.
Por otra parte, también desmiente el discurso que se replicó en las calles acerca de cómo atentaría esta reforma en la independencia e imparcialidad de los jueces: “La reforma garantiza la imparcialidad al establecer una serie de normas para evitar comportamientos que indiquen favoritismo de cualquiera de las partes, garantizar el trato digno e igualitario, evitar que la opinión pública incida en las decisiones y utilizar el cargo para defender intereses privados”.
Lo que llamó poderosamente la atención en estas últimas manifestaciones fue la variedad y la confusión en las consignas y pancartas levantadas por quienes salieron a la calle. Las redes sociales, evidenciaron el vacío discursivo que hay detrás de las agresiones a movileros o los gritos en mayúsculas en tweets y publicaciones. “Si se vota la reforma judicial vamos a tener que pedir permiso hasta para comprar un metro de elástico y se eternizarán en el poder por medio del fraude. Seamos conscientes de la gravedad de esta situación. Todos al Congreso”, aseguró otro de los tantos usuarios de Twitter tan indignado como desinformado. El hashtag #27ATodosAlCongreso, se impuso en el plano digital el jueves cuando se debatió el proyecto en el senado. Luego de la media sanción, la etiqueta que pregonaba entre los manifestantes fue #QueSeVayanTodos.
Ante la falta de argumentos sobreviene la violencia. Es insoslayable remarcar lo preocupante que resulta que esta línea discursiva tenga su raigambre en los medios hegemónicos de comunicación y en parte de la oposición. No se puede responsabilizar en plenitud a quien tuitea: “Las medidas de Alberto son dignas de la Cuba socialista o iguales a las tomadas en Venezuela. Nos van a dejar sin internet, sin telefonía celular y sin TV paga. En fin, este es el populismo berreta que votaron Argenzuela”, sin antes comprender el peso de dicha manipulación mediática. Los que se embanderan detrás de la libertad y la república, no distinguen entre una reforma judicial o un congelamiento de tarifas. La crítica es la excusa para propagar el odio.
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