El Fondo Monetario Internacional se prepara para modificar este año su política de sobretasas, una penalidad de miles de millones de dólares anuales que recae sobre los países más expuestos ante el organismo, agravando el peso de sus obligaciones financieras. Su titular, Krystalina Georgieva, encargó a sus equipos técnicos una propuesta de reforma que planea poner a consideración del directorio en la reunión anual que tendrá lugar en octubre. Se trata de la respuesta a una demanda puesta en cuestión por el gobierno argentino en el año 2020, que concitó, rápidamente, un amplio apoyo en todo el mundo.
La novedad es que el gobierno de Estados Unidos, principal accionista del FMI, anticipó en varios ámbitos que esta vez apoyará la revisión, lo cual garantizaría que se apruebe este año una sensible baja de la tasa de interés que paga la deuda con ese organismo. Hasta ahora la Casa Blanca se había mostrado inflexible ante el pedido de revisar las cargas extras y ese obstáculo resultaba insalvable. Si cumple su compromiso, la decisión traerá un alivio significativo a las cuentas de los países que están más necesitados. En el caso de Argentina las sobretasas tienen un costo para el país de 1100 millones de dólares cada año.
La semana pasada, el 9 de julio, la secretaria del Tesoro Janet Yellen hizo su exposición anual ante el Comité de Servicios Financieros de la cámara de Representantes, donde respondió una pregunta sobre esa cuestión. “El esquema de sobretasas creemos que es importante para crear incentivos apropiados para el pago en tiempo y forma al FMI y contener el endeudamiento. Pero el FMI con nuestro apoyo está actualmente revisando esa política”, dijo la funcionaria. La diputada demócrata Rashida Tlaib le repreguntó si el gobierno norteamericano apoyaba esa revisión y Yellen ratificó: “Sí, apoyamos la revisión”.
MÁS INFO
Hay un antecedente: a principios de junio el tema se discutió en la Academia Pontificia del Vaticano, ante el papa Francisco, uno de los padrinos políticos del exministro de Economía argentino, Martín Guzmán, principal impulsor de esta reforma. La reunión se celebró bajo la regla de Chatham House, un protocolo que indica que los participantes pueden utilizar la información que se vierte en el debate pero no revelar la identidad de los participantes. En función de eso El Destape pudo corroborar que allí también se dejó en claro que existe un compromiso de alto nivel por parte del principal accionista respecto a acompañar los cambios.
Resta por verse cuál será el formato que tome, finalmente, la revisión. Existen varias propuestas dando vueltas. Algunas se enfocan en reducir los cargos extras como concepto, otras apuntan a ponerle un tope a la tasa de interés total, que se calcula sumando el interés base más las sobretasas, de forma tal que cuando aumente el peso de uno se reduzca el de las otras y viceversa. También está en evaluación elevar significativamente el umbral a partir del cual empiezan a correr estas penalidades. Actualmente se gatillan a partir de una exposición superior al 187,5 por ciento de la cuota del país y se propone llevarlo hasta el 600 por ciento.
La vocera del FMI, Julie Kozack, confirmó que “está en curso una revisión integral de las sobretasas” del organismo. “Es parte del programa de trabajo de nuestro directorio para este año fiscal”, aseguró. “La revisión puede presentar alternativas para cambios posibles en unas políticas actuales”, agregó Kozack. Georgieva le encargó al staff de los departamentos de Finanzas y de Políticas de Revisión y Estrategia del Fondo que redacten una propuesta final. La palabra final la tiene el directorio, que se reunirá en octubre, pero el trabajo de letra fina se hace en consulta permanente para evitar sorpresas de último momento.
Los directores de las dos áreas encargadas de la confección de la reforma participaron en abril de un evento organizado por la Universidad de Columbia, con la participación de Guzmán. Allí expuso Bradley Setser, el economista que había sido el ideólogo detrás de la creación de los sobrecargos, en el año 2009, después de la crisis financiera causada por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Allí, Setser dijo que había sido un instrumento diseñado en condiciones financieras globales muy distintas a las que existen hoy en día y que por lo tanto debería pensarse en hacer cambios en la manera en la que se los utiliza.
La semana pasada Setser volvió a referirse al tema, esta vez en público, a través de su cuenta en X. Allí escribió: “Las sobretasas ya no sirven a su propósito original. En lugar de promover un repago rápido se convirtieron en una carga que hace más difícil para los países salir alguna vez del endeudamiento con el FMI. Una revisión es bienvenida y llega demorada. Hoy existe un mundo en el que Argentina, Ecuador, Ucrania y Egipto pueden reemplazar endeudamiento con el FMI con financiamiento de mercado. Las sobretasas sólo exprimen más a los países, sin ventajas evidentes. Agregar problemas no era la intención de las sobretasas pero se ha vuelto su efecto”.