La Argentina está viviendo una situación social complicada. Pese a la crisis mundial sanitaria y económica que vive hoy el mundo, el macrismo se ha propuesto como objetivo desestabilizar al Gobierno de Alberto Fernández. Juntos por el Cambio, presidido por Patricia Bullrich, ha estado incitando a la sociedad a que salga a marchar para provocarle un dolor de cabeza al oficialismo, que desde que asumió al poder tuvo que lidiar con la pésima gestión que dejó Mauricio Macri.
Con la arenga e incentivo de los medios hegemónicos como Clarín y La Nación, este lunes 12 de octubre -feriado por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural- miles de personas han salido a las calles para realizar una nueva manifestación, tal y como ha ocurrido en los últimos meses.
Uno de los puntos de encuentro que el macrismo eligió para realizar las marchas fue la quinta de Olivos, sitio en donde se aloja el presidente Alberto Fernández. Enterados de la situación, cientos de militantes de distintos sectores políticos que apoyan al Gobierno decidieron acudir a dicho lugar para apoyarlo con cánticos.
De hecho, a través de un comunicado, las entidades políticas que apoyan al oficialismo indicaron: "Nosotros nunca hicimos una protesta en el domicilio particular de ninguno de nuestros adversarios. Venimos a brindar nuestro apoyo al presidente Alberto Fernández y al gobierno nacional. Desde aquí convocamos a todos los argentinos que queremos que a este Presidente y al gobierno le vaya bien, a estar unidos para poner la Argentima de pie. Por más que a un sector minoritario no le guste".
Fue en las inmediaciones de la quinta presidencial donde ambos grupos de manifestantes se encontraron. Pese al cordón policial que se formó para tratar de evitar inconvenientes, la tensión tomó protagonismo en la zona. Y la grieta, se notó más que nunca: varias personas, de ambos bandos, se terminaron insultando.