Hay lugares que se imponen por su nombre, impronta, reconocimiento. Otros lo logran por su impactante infraestructura. Algunos incluso quedan grabados en la memoria social sólo por haber sido el escenario de un momento tan concreto e inaudito que logró torcer el destino. Y también hay lugares que han albergado figuras populares, de la cultura, de la política, del deporte, del arte, de la medicina, de la ciencia; y lograron mantenerse de pie y hasta tener varias placas de bronce en su fachada que nos recuerdan a nosotros, mortales de paso, quién vivió allí.
El Teatro Argentino es uno de esos espacios que reúnen todas las características mencionadas anteriormente. De hecho, su nombre completo “Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino”, hace justicia a lo que verdaderamente representa. Ubicado entre las dos avenidas 51 y 53 - ejes fundacionales de La Plata -, el edificio de 60.000 metros cuadrados distribuidos en cinco pisos y cuatro subsuelos propone ser el epicentro del arte y la cultura de la provincia de Buenos Aires. No hay dos lugares en la Argentina con semejantes dimensiones y tales rasgos.
Con 800 trabajadores y trabajadoras, que se autodenominan como una enorme y única familia, a lo largo de las últimas décadas lograron mantener el gigante de la cultura con la frente en alto gracias a un profundo sentido de la identidad que, de generación en generación, transfieren a los suyos.
Incluso los cuerpos estables, la orquesta, el coro y el ballet tienen impregnados en su sentir la pertenencia del Teatro Argentino. Y no es menor, en el gigante de la cultura sonaron Ana Belén, Joan Manuel Serrat, Ismael Serrano; bailaron Iñaki Urlezaga y Maximiliano Guerra; actuaron y presentaron obras Norma Aleandro, Alicia Zanca, y también dejaron su paso Vicentico, León Gieco, Víctor Heredia, Jorge Drexler y Mercedes Sosa, entre otros.
Actualmente, el gobierno bonaerense está llevando a cabo una adecuación y puesta en valor de las instalaciones termomecánicas por una inversión de $195.560.000. Iniciada el 2 de mayo del corriente, la obra tiene un plazo de 365 días de corrido.
Sin embargo, desde Provincia aclararon que antes de ello fue necesario el “retiro de escombros, materiales sobrantes y escenografía en desuso” que estaban en el cuarto subsuelo del lugar y que lo hacían intransitable. Para ello ,el Ministerio de Infraestructura bonaerense invirtió más de $5 millones.
En diálogo con El Destape, Victoria Onetto, subsecretaria de Políticas Culturales bonaerense, explicó: “Estamos tratando de superar los 4 años de neoliberalismo y abandono que hubo en provincia de Buenos Aires; reconstruir lleva su tiempo”. “Ahora estamos con dos obras muy importantes, una de electricidad y otra de termomecánica, y para ello tenemos el apoyo político de Axel (Kicillof), Florencia (Saintout) y Leonardo Nardini (ministro de Infraestructura)”.
Desde aquel octubre de 1977 - cuando el Teatro se incendió y parecía que no iba a volver -, la moneda pareció estar siempre cargada; ya que cada vez que se la tira al aire tiende a caer del lado del infortunio. Pero ahora la taba se dio vuelta.
El 25 de mayo pasado, uno de los festejos del gobierno de la provincia de Buenos Aires por el feriado patrio se realizó en la Sala Astor Piazzola del Argentino, en donde se renovaron las más de 300 butacas y la acústica del espacio tuvo su prueba de fuego cuando tocó la Camerata Académica dirigida por Bernardo Teruggi. La misma está compuesta por jóvenes artistas bonaerenses con un promedio de 22 años que, por decisión política de Kicillof, se recuperó y se financia a través de un sistema de becas.
Otra decisión que ejecutó el gobernador fue la de abrir las puertas al Teatro Argentino. Todas las funciones que se llevan adelante son gratuitas. El derecho al arte no se restringe. Hubo quienes limitaron tal medida a una “programación nac & pop”, definición cortoplacista que encierra entre sus letras una idiosincrasia clasista digna de siglos pasados. En ese sentido, Onetto detalló que “para estas vacaciones de invierno acondicionamos la Sala Piazzola y estamos con actividades gratuitas para toda la familia”.
“La obligación del Estado es lograr democratizar el acceso a los bienes culturales; cuando decimos que queremos trabajar para la accesibilidad, en realidad estamos pensando en ampliar derechos”, sumó la actriz y funcionaria y citó al mismísimo Perón: “La cultura es la felicidad de un pueblo, y nosotros y nosotras trabajamos para eso”.
El enorme desafío de recuperar al 100% el Teatro
Desde que Florencia Saintout asumió en el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, el "Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino" es una de las tantas dependencias que están bajo su órbita.
En el plan de obras a los que accedió este medio, hay cuatro proyectos que están en estado de presupuestación. Estos son la puesta en valor de los camarines de la Sala Piazzola y el primer piso; la reparación de los núcleos sanitarios desde el cuarto subsuelo al quinto piso; la puesta en valor del escenario y sistema de varas manuales; y la puesta en valor de la araña de la sala Ginastera.
Dicha sala es la gran apuesta de cara a 2023. Con capacidad para 2000 personas, un escenario de 16 x 9 metros de embocadura y casi 18 metros de profundidad, las obras en los montacargas y la puesta a punto de la calefacción es lo que falta para volver a levantar el telón. “Estimamos que para el año que viene se puede volver a utilizar, pero no tenemos fecha exacta”, reflexionó Onetto. Desde el Instituto Cultural indicaron que “actualmente se pusieron a punto tres de las cuatro calderas, y así se llega a dar calefacción al 90% de talleres, salas de ensayo y oficinas”.
En las próximas semanas, “se firmará el acta de inicio de la obra que se ocupará de modernizar la instalación eléctrica con la actualización de la puesta a tierra, solucionar la operación de los montacargas y todo el sistema oleohidráulico (nivelando las plataformas del escenario y el foso de orquesta) para garantizar el correcto funcionamiento de un sistema eléctrico de emergencia, que permitirá, entre otras cosas, evitar que las napas inunden el Teatro”, agregaron.
¿Qué pasó en la Sala Ginastera?
Mientras hay gobiernos que realizan distintas refacciones, hay otros, como el de la ex mandataria María Eugenia Vidal, que pusieron en jaque el normal funcionamiento al punto tal de cerrar las salas del Teatro Argentino.
Según indicaron desde el propio Teatro, “bajo la excusa de una remodelación y luego de una magra producción artística - 50% más baja que la de años anteriores en promedio -, Vidal cerró la Ginastera en noviembre de 2017”.
Incluso un documento elaborado por la Comisión Inter-cuerpos de Trabajadores del Teatro Argentino de La Plata en noviembre de 2019 señaló que “el edificio sólo había sido intervenido para su ‘embellecimiento’. El mismo hacía hincapié en la Sala Ginastera, en donde “sólo se habían realizado dos etapas de cuatro que no comprendían soluciones de fondo, como embellecimiento, impermeabilización y recambio de butacas. En tanto, el telón fue dejado fuera de funcionamiento y faltaba adquirir un piso de rebote, específico para el ballet, cuya compra fue avalada por la justicia tras un reclamo grupal”.
Por otro lado, “la estructura del foso de orquesta había cedido por falta de mantenimiento de los pistones y la entrada fue dejada sin iluminación. En los alrededores, los camarines con alfombra quedaron inutilizables, los baños en en pésimas condiciones de higiene y los pasillos con filtraciones y hasta desprendimiento de cielorrasos”.
“Para nosotros el rol que cumple el Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino habla de nuestra identidad cultural”, dijo Onetto y agregó que el espacio “recobró una centralidad política muy importante en una ciudad que tiene un gobierno local con conceptos neoliberales, con una idea que la cultura es del desencuentro, del sálvese quien pueda, de la meritocracia; nosotros creemos en otra cultura y en ser parte de un proyecto cultural”.