Un estudio de opinión pública realizado por la consultora Isasi/Burdman sobre 1489 casos en provincia de Buenos Aires marca la preeminencia de algunos intendentes en el marco de la crisis de representación que atraviesa el principal distrito del país. Los mejor posicionados son dos intendentes, un diputado nacional y un ministro provincial.
El trabajo analiza la relación entre imagen positiva/negativa y conocimiento con el objetivo de elaborar un índice de posicionamiento de dirigentes provinciales. Prácticamente no existen dirigentes con mayor imagen positiva que negativa y entre los intendentes los más conocidos son los de mayor negatividad en su imagen. El espacio de Javier Milei pisa fuerte pero no tiene figuras de relevancia, siendo algunos intendentes los dirigentes con mayor proyección de futuro.
El detalle del ranking
Combinados los 60 dirigentes evaluados, entre legisladores, ministros e intendentes, los mejores posicionados son en primer lugar Diego Valenzuela, intendente de Tres De Febrero, y en segundo lugar Ariel Sujarchuk, intendente de Escobar, seguidos por el diputado Facundo Manes y el ministro de salud bonaerense, Nicolás Kreplak. Valenzuela es quien lidera con un 30% de imagen positiva y 23 de negativa, seguido de Sujarchuk con 27 positiva y 20 de negativa (68 y 58 % de conocimiento respectivamente). Manes aparece con 28 de imagen positiva pero también 28 de negativa.
Según el informe titulado "La crisis de representación en la Provincia de Buenos Aires", la llegada de un outsider como Javier Milei a la presidencia fue un terremoto hacia las dos coaliciones, que quedaron sumidas en debate internos de adaptación y renovación. El distrito enfrenta un escenario inédito de vacío dirigencial: el mileismo tiene potencial de crecimiento pero carece de dirigentes propios de peso. El gobernador no tiene reelección y tampoco sucesores claros.
Una primera conclusión es que ante el vacío dirigencial la reserva de liderazgo está principalmente en los intendentes. Isasi y Burdman se preguntan si será posible el salto de escala desde la política municipal a la política provincial. Durante las últimas décadas, la provincia estuvo colonizada por la política nacional que impuso sus candidatos por arriba. Viendo los números, se interrogan si "no habrá llegado la hora de los intendentes".