La movilización le hizo frente al protocolo antipiquete de Bullrich

Organizaciones sociales, populares y de derechos humanos marcharon en conmemoración de las protestas y la sangrienta represión del 19 y 20 de diciembre de 2001.

20 de diciembre, 2023 | 22.05

Unas 20 mil personas -según números del Partido Obrero; y 10 mil, según la Policía de la Ciudad- se movilizaron este miércoles hasta Plaza de Mayo, en el centro porteño, pese a las diversas restricciones y amenazas por parte del Gobierno de Javier Milei para disuadirla. No fueron frenadas por el protocolo antipiquetes, tampoco ante la posibilidad de “no cobrar el plan” -como advirtieron las autoridades nacionales- ni por el enorme operativo policial, que incluyó fuerzas federales y porteñas, efectivos motorizados, camiones hidrantes y hasta cacheos en colectivos para “verificar” si las personas iban a la marcha

“Me sentí feliz porque el pueblo salió a la calle, pese a las amenazas del Gobierno, amenazas terribles para la gente no viniera a esta marcha”, dijo sobre el cierre de la jornada a El Destape, Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, que a sus 93 años, se puso el pañuelo blanco en la cabeza y el verde aborto legal en la muñeca, y se hizo presente donde siente una injusticia. "Saldremos todas las veces que sea necesario", avisó.

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La movilización por esta conmemoración se realiza cada año, hace 22 años, para para reivindicar la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre de 2001 y en conmemoración de las 39 personas asesinadas en el marco del Estado de sitio dictado por el presidente Fernando de la Rúa, en medio de una fuerte crisis política, económica, social e institucional, que acabó con su gobierno. Sin embargo, este año, la situación fue diferente: el anuncio del protocolo antipiquete, por parte de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sembró un manto de tensión a la situación. Una medida que no sólo fue considerada "anticonstitucional" por diversas organizaciones de derechos humanos, sino que encendió las alarmas en organismos internacionales por no cumplir con los compromisos que tiene el país en esa materia.

Aun así, organizaciones de izquierda nucleadas en Unidad Piquetera, el Partido Obrero, el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, Correpi, sindicatos y demás organizaciones populares, decidieron convocar como cada año.

“El que corta, no cobra”, fue el mensaje con el esta mañana se desayunaron trabajadores y trabajadoras en las estaciones de tren del área metropolitana. El mensaje se vio replicado en las pantallas, en donde se transmiten los horarios del transporte, mientras que un enorme dispositivo policial -en el que actuaron Policía Federal, de la Ciudad y Gendarmería- se ubicó en los accesos y en el camino que la movilización iba a realizar.

A la espera de las columnas de militantes que suelen llegar desde el sur del Gran Buenos Aires, llegaron policías y cámaras de televisión, que sólo pudieron transmitir el disgusto de alguna que otra persona que se disponía, en la mayoría de las ocasiones, a criticar al Gobierno: “¡Que respeten la Constitución!”, reclamó un hombre ante las cámaras, mientras que una señora preguntaba: “¿Quién votó a Bullrich?”. Por fuera de esos momentos, que creaban pequeños tumultos por algunos minutos, pasajeras y pasajeros más bien se esforzaban por sortear los obstáculos de la barra policial dispuesta en el medio del hall.

Cerca de allí, Priscila Albornoz, de 21 años, niñera, pasaba "de casualidad" y se quedó viendo lo que pasaba. "La verdad que me pareció medio para meter miedo. Yo no soy alguien que cobra planes, así que yo no tengo nada que perder. Hay mucha gente en mi posición también y eso no va a impedir que la gente salga. Si la gente sale igual y pierde el plan van a seguir saliendo porque total ya lo perdieron. Además, me parece una medida muy antidemocrática porque el gobierno anterior nunca prohibió los piquetes, nunca prohibió ninguna marcha", opinó sobre las políticas tomadas por el Gobierno nacional.

"Me parecen muy mal las medidas que quieren tomar y, sobre la situación económica, va de Guatemala a Guatepeor", dijo.

Es "un operativo digno de una guerra" destinado a "aterrorizar a la población" para que no asistan a la primera marcha contra las políticas de ajuste del Gobierno, señaló el líder del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, ante la prensa desde la estación Constitución, cerca de las 14. No hubo concentraciones ese lugar y, tras verificar que todo estuviera bien, Belliboni, junto con el legislador de la Ciudad de Buenos Aires, Gabriel Solano; y el dirigente de la Garganta Poderosa, Nacho Levy, fueron en subte hasta Avenida Belgrano y Diagonal Sur.

En ese punto de encuentro, la dirigencia fue recibida entre aplausos por la militancia que intentó ubicarse en las angostas veredas del microcentro porteño, que acompañaron con cánticos de “unidad de los trabajadores, al que no le gusta, se jode, se jode”. Paradójicamente, fue la Policía Federal motorizada -aunque no le corresponde según la jurisdicción, algo que fue denunciado por Belliboni- la que ocupó de lado a lado la Diagonal Sur e hizo demostraciones que parecían querer amedrentar a quienes querían marchar: se adelantaron con sus motos unas dos cuadras, para luego para luego volver y dar vueltas en círculos haciendo rugir sus motores, mientras llevaban en sus manos o cachiporras o armas largas.

El momento más alto de tensión, se vivió ahí. En donde hubo una pequeña corrida y la policía aprovechó para arrojar gas pimienta. En el otro punto de concentración, por Diagonal Norte, ingresaron las columnas de los organismos de derechos humanos y Correpi, sindicatos y demás organizaciones populares, sin inconvenientes: caminaron por las veredas, pero también, finalmente se ocupó la totalidad de la calle, contaron a El Destape.

Los aplausos estallaron cada vez que las columnas pisaron el césped de la Plaza de Mayo. Estaba la militancia, las pecheras y las banderas, pero también, ciudadanos y ciudadanas de a pie.

Son variadas las edades de las personas que se acercaron a la Plaza sin organización. Fueron en grupitos o solos. "En esta oportunidad vengo en defensa propia, de mi poder adquisitivo, hace rato que no salgo a una marcha. Hoy sentí una obligación moral de estar acá", dijo a El Destape, Juan Manuel, de 43 años, y docente. "No me trajo nadie acá, no me dieron ningún choripán", agregó deshaciéndose del estigma que el Gobierno quiso imponer.

Jimmy, es de Ramos, casi Ciudadela. Fue solo, con un cartel que escribió en colores con sus manos: "Un pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla". Es jubilado de la mínima y siempre asiste a las marchas: "Desde cuando las Madres y las Abuelas eran un hilito", dijo para dar cuenta del tiempo, por eso, afirmó, este día "no podía estar ausente".

"Es una locura lo que estamos viviendo con este misógino, fascista, que está en el poder. Y vendré a todas las marchas que hagan falta", manifestó y siguió camino mostrando su cartel.

Desde el escenario móvil, que llegó cerca de las 17, las organizaciones de izquierda se manifestaron contra “el plan motosierra” del presidente, Javier Milei; en una concentración a la que, también, asistieron personas sin distinción partidaria. Sobre el borde de la Plaza, de espaldas al Cabildo, una señora de unos ochenta años, que lejos pareciera estar de recibir un plan social, mira a su alrededor y abraza su cartera con fuerza, como queriendo contenerse a sí misma. No quiere hablar con la prensa, pero dijo que estuvo en el 2001 y que a ella "no se la cuentan". "Estuve acá cuando mataron a la gente y me fui por Mitre y vi cómo los directivos de los bancos se llevaban nuestra plata", relató, sin querer dar su nombre.

"Estamos ejerciendo el derecho a la protesta, un derecho legítimo. Esto cobra un valor especial un 20 de diciembre. Aquel de 2001 que estamos conmemorando fue el punto final de un gobierno represivo y hambreador del pueblo que Bullrich también integró", recordó la dirigenta del PTS, Myriam Bregman, en diálogo con El Destape. Desde su lectura, "el clima en la calle no es el que vemos entre las direcciones sindicales, es exactamente el contrario", sostuvo a modo de crítica de las centrales obreras. "Todo el mundo dice: ¿Cuándo convocan? ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos colaborar? Más allá de las campañas del miedo que intentaron hacer, instalar, que son muy duras, atemorizar a la población, subiendo a colectivos con perros", denunció. 

Y cerró: "Todos sabemos que el plan de la motosierra de Milei recién empieza, lo que está por venir es mucho peor. Ya quedó claro que no vino a atacar a la casta, la casta económica una vez más se llena de dinero y el ajuste una vez más lo pagan los trabajadores".

En consonancia, opinó la diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, del Frente de Izquierda, Romina del Plá, que aprovechó para señalar que el Gobierno se ocupó de "convertir a las víctimas del ajuste en victimarias". Además, advirtió sobre lo que puede llegar a suceder de ahora en adelante en el Congreso Nacional. "Si Milei puede hacer, es porque lo dejan hacer, porque no tiene mayoría. Tenemos que tener claro que cuáles son las fuerzas que integran el Gabinete, quiénes están en dispuestos a votarle las medidas, hay que verlo claro porque es la forma en que también no puedan aplicar sus medidas", indicó ante este medio. 

“El derecho a manifestarse no debe ser reprimido”, dice, de un lado, la pancarta que sostiene una mujer. Del otro, se lee: “Argentina y América Latina libre de derechas neonazis. No a la dolarización”. Otro señor, se hizo una suerte de pechera que tiene una foto de Milei y Bullrich manifestándose en pandemia con una pregunta: “¿Por qué ustedes sí y nosotros no?”, en alusión al derecho a ocupar la calle que tuvieron quienes en la actualidad ocupan cargos de poder en el Gobierno nacional. 

Alejandro, tiene 46 años y es médico porteño. Se acercó con sus amigues porque, consideró, “es grave lo que está pasando, se están llevando a la población a una situación económica y están haciendo como una pinza de que no se pueda expresar"

Jo, no binarie con pronombres femeninos; y Xue, una chica trans, tampoco militan en ninguna organización: "Hoy hay una desarticulación total de la unidad de la gente, que hizo que una persona como la que está llegue al poder", reflexionaron y contaron que decidieron decir presente para manifestarse en contra del protocolo antipiquetes. "Me parece arcaico, aberrante", dijo Jo, que es artista plástica y estilista. Para Xue, "la gente de derecha -que además de ser muy inculta y es miedosa-, el día de mañana cuando le toquen los pocos pesos que tienen, van a estar acá", sostuvo.

En el documento final, las consignas fueron más allá de la conmemoración de la fecha: ¡No al protocolo Bullrich! Defendamos el derecho a la protesta, ¡Ni represión ni criminalización! Por un paro nacional y plan de lucha para derrotar al el ajuste, entre ellas, la suba de los subisidios, las reformas laborales y jubilatorias. Así como contra el genocidio y la reivindicación de la última dictadura militar. 

Allí, catalogaron el plan de Gobierno de Milei como "una declaración de guerra contra los derechos laborales, sociales y democráticos de los trabajadores y el pueblo", exigieron que no se pagara la deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) e hicieron énfasis en las políticas antiambientales y antifeministas: "Si contamina, saquea y mata, no es progreso", denunciaron y avisaron que seguirán en las calles, al cabo de una jornada en la que se amenazó el derecho a la protesta por primera vez desde la vuelta a la democracia.