Por el ajuste feroz y un deterioro notorio en las condiciones de vida de la ciudadanía, el votante de Patricia Bullrich empieza a mostrar un ojo crítico frente a la gestión de Javier Milei. Sin embargo, todavía se mantiene cierto nivel de esperanza a futuro, un acompañamiento al ordenamiento de las cuentas y un notable sentimiento antikirchnerista. El rol de Mauricio Macri en esta etapa se muestra dividido entre los que quieren caras nuevas y los que creen que debería volver a la primera plana.
El nuevo estudio focal de la consultora Proyección indagó entre quienes votaron a Bullrich en las generales de 2023. Ese universo de electores fue muy heterogéneo, ya que incluyó a los sufragantes que acompañaron, por ejemplo, a Horacio Rodríguez Larreta en las PASO, pero consolida la idea de que quienes optaron por Juntos por el Cambio empiezan a sufrir las políticas del gobierno nacional y a mostrar reparos.
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El votante prestado - que para el bullrichismo ya es un votante adquirido por LLA - es el primero en exhibir las distancias con ciertas políticas de Milei. El ajuste aparece como una de las medidas de mayor impacto, sin distinciones. "Llegué hasta el fondo, sólo estoy viviendo con esperanza. El ajuste es el máximo, más no puedo hacer: pago solo los servicios que me pueden llegar a cortar que son gas y luz, el resto lo estoy pateando", es una de las frases destacadas del nuevo estudio de Proyección. El votante de Bullrich no llega holgado a fin de mes y tiene que elegir qué gastos hacer.
Sin embargo, el elector de JxC valida la política macro de Milei. "El ajuste se tenía que hacer, y estoy esperanzado que va a dar un fruto en algún momento", lanza uno de los encuestados. La idea del no "derroche de dinero" permeó en este sector, para el que "está bien" cuidar las cuentas y ajustar, porque "es como la economía doméstica, uno gasta lo que tiene, lo que entra".
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Frente a esta dramática situación, aparece la crítica a la falta de colaboración de parte del gobierno. Se señala como "lamentable" que no se puedan "hacer obras ni ayudar a la gente que la pasa mal". Este universo creció en los últimos meses con un incremento de personas en "situación de calle. Creció mucho, gente que no tiene trabajo, que duerme en cajeros, que come en la calle. Estoy ayudando a algunas personas, y veo que tienen asistencia del gobierno municipal que les llevan viandas de comida”. No el nacional.
El análisis del votante de JxC en 2023 coincide claramente con la posición de Mauricio Macri frente a la gestión mileísta: un acompañamiento al ordenamiento de las cuentas, la lucha por el déficit cero y el superávit, pero no mucho más. La falta de gestión y de empatía, tal vez de formas, es uno de los caballos de batalla del PRO para criticar al gobierno.
En plena puja por la conducción del nuevo espacio de derecha, en la que el macrismo está dispuesto a competir si no se dan las condiciones para una buena negociación, el rol del ex presidente es una de las incógnitas.
Según el estudio de Proyección, que se publicará en breve, algunos apoyan que vuelva a postularse, en general los de mayor edad. Otros, sin embargo, creen que lo mejor es que no sea candidato y actúe detrás de escena, ayudando a figuras como Milei, pero sin ser protagonista. En este último grupo, prima la idea de la renovación.
Todavía es un misterio el futuro electoral de Mauricio, que maneja el partido en forma verticalista. A él no le interesa el día a día de la política ni está pensando en ser candidato, pero el 2025 puede demandar sorpresas. Por caso, si Bullrich es candidata en la Ciudad, es porque Macri decidió lanzarse y competir.