La guerra entre el bullrichismo y el macrismo está declarada. La ministra de Javier Milei no oculta las críticas al líder del PRO, tensiona pero no rompe. Mauricio Macri, al tiempo que mantiene su queja por el destrato libertario, empuja al partido a presentar una propuesta republicana e institucionalista en las próximas elecciones. Los caminos, cada vez más separados.
En el PRO están convencidos de que el gobierno quería convocar a sesiones extraordinarias pero, al no tener su apoyo en el Congreso, tuvo que dar macha atrás. Para ellos, los libertarios tenían muchas ganas de sacar aprobada la reforma electoral y eliminar las PASO al no estar seguros de llegar, a agosto 2025, con una mejora sensible en la calidad de vida de la gente.
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Eliminar las primarias le daría tiempo, a La Libertad Avanza, para buscar resultados. Tres meses más para intentar lograr que la gente tenga o sienta tener un mejor poder adquisitivo. Por poner un ejemplo: en el PRO creen que si no hubiera habido PASO en 2019, Mauricio hubiera logrado un progreso en la percepción social pudiendo, incluso, ganar.
El bullrichismo provoca y espera que Macri los eche del partido. Renunciar no está en sus planes, más bien todo lo contrario. Quieren disputar, hasta donde puedan, con el líder del PRO. Córdoba es un anticipo de esa pelea intestina. El ex presidente intervino el partido provincial luego de que su titular, Oscar Agost Carreño, convocara a elecciones conspirado con el armado de Patricia Bullrich.
Se acusó que el hombre de la FIFA intervino el espacio para regalarle el sello a Rodrigo de Loredo, el radical candidateado para disputar la gobernación cordobesa en 2027. La actual conducción partidaria fue a la Justicia y espera ganarle la batalla a Mauricio.
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La alianza circunstancial entre el bullrichismo, el peronismo federal (Agost Carreño forma parte del bloque Encuentro Federal en Diputados) y el larretismo (donde se referencia el dirigente local PRO) quiere robarle el partido a Macri e impedir que el sello amarillo quede subordinado al armado del jefe de bloque de la UCR en Diputados.
Lo que suceda en las elecciones legislativas del 2025 es otra discusión. Algunos (bullrichismo) quieren cerrar filas con La Libertad Avanza, pero otros (larretismo y Agost Carreño) no tienen intenciones de estar cerca de los libertarios. Sin embargo, todos odian a Mauricio.
Como las alianzas del año que viene serán provinciales, cada distrito terminará de definir su coalición, quiera o no quiera Macri acordar a nivel nacional con La Libertad Avanza. En la reunión de cierre de año de la conducción del PRO, por ejemplo, no hubo presencia de gobernadores, más allá del local Jorge Macri.
Ni Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, ni Ignacio Torres, de Chubut, estuvieron en la reunión amarilla. Los dos tuvieron compromisos con sus distritos. El primero, lanzó la temporada de turismo desde Concepción del Uruguay mientras que el segundo participó de las celebraciones por el el Día del Petróleo.
Frigerio, más allá de formar parte del partido, no es un PRO puro, está concentrado en gobernar y mantenerse tranquilo, una posición que podría acercarlo a los libertarios en las elecciones. Torres, por su parte, tiene de ministra a Laura Mirantes, que fue la candidata a vicegobernadora de La Libertad Avanza en la provincia, por lo que ya hay un trabajo conjunto en marcha.
El escenario bonaerense
En Buenos Aires, al bullrichismo le entusiasman los resultados de algunas encuestas. Según un estudio de Isasi Burdman, las nuevas figuras irrumpen con fuerza en el mapa electoral. Por el lado del gobierno, el diputado nacional José Luis Espert y el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, son los mejores posicionados. Más relegado, el nombre del PRO para el distrito, Diego Santilli.
Si nos concentramos solamente en la construcción libertario-bullrichista, el alcalde de la primera sección electoral aparece más consolidado. Si Espert tiene un 35% de imagen positiva, 13% regular, 39% negativa y sólo un 13% de desconocimiento, el cacique cosecha 32%, 13%, 26% y 29% respectivamente. O sea, en el diferencial, queda mejor ubicado y con un buen nivel de desconocimiento para impulsar su crecimiento. Una ventaja para disputar el armado 2027.
Llama la atención la lejanía, en este sondeo, de Santilli con sólo 22% de percepción positiva (diez puntos menos que la de los oficialistas), 26% regular (el doble que la de los dos candidatos libertarios), 36% negativa y 16% de desconocimiento. Su figura es la impulsada por el macrismo para, en la poca luz que le queda a una alianza electoral con el mileísmo, intentar encabezar una boleta nacional en Buenos Aires.
Según el estudio de Isasi Burdman, cada candidato puede representar de mejor o peor manera una agenda aceptada por los bonaerenses. Valenzuela, por caso, está bien posicionado para la ciudadanía en ejes como “reforma política” (eliminación de las PASO y boleta única en papel). En el podio le siguen Espert, Sujarchuck y Guillermo Montenegro (PRO).
Para el rubro “motosierra”, el mejor ubicado es Espert, escoltado de Valenzuela, Montenegro y Santilli. En este aspecto ingresan factores como el achique de la planta estatal. En lo que respecta a la “tecnología y seguridad” distrital, Valenzuela retoma el primer puesto, acompañado de Sujarchuck, Espert y Julio Alak (ex ministro de Justicia bonaerense).
En el estudio, además de estos nombres, aparecen otros que ejercieron o ejercen intendencias y que tienen un nivel de desconocimiento alto pero que, como “nuevos dirigentes”, son bien ponderados por la ciudadanía, como Ariel Sujarchuck, Eduardo de Pedro, Gabriel Katopodis, Jorge Ferraresi, Mariano Cascallares o Mayra Mendoza. Una línea que entusiasma a quienes quieren competir.