Cada minuto que pasa en la interna del PRO suma tensión y por estas horas es casi un hecho que Mauricio Macri no respetará el acuerdo que cerró con Patricia Bullrich para que ella sea la titular de la Asamblea Nacional y así conseguir una lista de unidad para la nueva conducción. En la mesa chica de la ministra de Seguridad tienen la certeza de que se dará el incumplimiento y ese lugar será para Martín Yeza, por lo que tanto ella como sus leales dirigentes se preparan para “deslegitimar” la presidencia del fundador del partido.
La disputa por el rumbo y la identidad que debe adoptar el PRO arrancó en el inicio de la gestión de Javier Milei. Si bien hubo un desaceleramiento de la disputa en marzo cuando se acordó que Macri quede al frente del partido y Bullrich a cargo del órgano que define las alianzas electorales, con el correr de los meses y distintos gestos y declaraciones elevaron la temperatura. Este jueves los asambleístas del partido se reunirán para proclamar ese pacto cerrado en marzo. Bullrich no estará aunque su presencia tampoco es necesaria.
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Ese pacto fue cocinado por dos dirigentes de extrema confianza de ambos. Fernando de Andreis por el lado de Macri y Juan Pablo Arenaza de parte de Bullrich. El entendimiento también trabajaron el macrista Humberto Schiavonni y los bullrichistas Pablo Walter y Juan Pablo Allan. Consistió en repartir lugares en la Mesa Ejecutiva, pero especialmente los cargos de sus jefes políticos. Arenaza y De Andreis se dieron la mano y hubo pax armada.
Y ahí está el punto de conflicto que mañana será puesto sobre la mesa por los laderos de la actual funcionaria libertaria. No hay ningún papel firmado, por lo que la ratificación de las autoridades con Macri a la cabeza y eventualmente Yeza en la Asamblea será legal. Eso lo entiende el bullrichismo, pero su enojo pasa porque se podría romper un valioso código: la palabra.
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Según supo El Destape, entre los armadores políticos no hubo contactos hasta el cierre de la nota y cerca de Bullrich esperarán a lo que finalmente ocurra mañana en un hotel de la zona del barrio porteño de Balvanera. “Macri es presidente porque hubo un acuerdo político entre caballeros. Si lo desconocen quedará deslegitimada su presidencia, no desde lo legal sino desde la palabra”, afirmó uno de los bullrichistas al tanto de lo que se charló en aquel entonces. "Se saca él solo la legitimación por romper su palabra", acusó.
Esa decisión no implicará, al menos por ahora, el quiebre del partido y la salida de bullrichistas que todavía no entienden la razón del encono del ex mandatario. “Vamos a seguir, no vamos a romper nada y seguiremos dentro del PRO discutiendo su destino”, confirmó un dirigente de extrema confianza de la ministra a El Destape.
Desde ese sector afirman que “no le debe explicaciones” ni tiene que “pedir permiso” para tomar decisiones como la de sumarse al gabinete nacional como hizo a título personal en diciembre pasado. También, acusan a Macri de querer transformar al PRO “en la nueva SOCMA (Sociedad Macri, holding fundado por Franco Macri) para rodearse de amigos y parientes” y deslizan que detrás de esta actitud está la intención de Macri de disputarle poder a Milei y no a Bullrich.
Desde el campamento macrista se vieron señales en favor de Yeza en la previa. El principal de ellos fue el del mismo Macri al posar con el ex intendente de Pinamar y actual diputado nacional junto a jóvenes dirigentes de La Generación, agrupación cuyo objetivo es la formación dirigencial. La otra vino de la mano del secretario general del partido, el santiagueño Facundo Pérez Carletti, quien lo elogió en su cuenta de X: “No solo ganó todas las elecciones que jugó y tiene una gestión impecable para mostrar, también recorrió Argentina apoyando y visibilizando a cuadros jóvenes del PRO. Esa es la actitud que necesita nuestro partido”.
Las diferencias entre ambos vienen desde la campaña electoral, cuando el bullrichismo acusó a Macri de mostrar respaldo absoluto a la por entonces candidata a Presidenta. Si bien se profundizaron con el ingreso a título personal de Bullrich como ministra de Seguridad, Macri aumentó su enojo con ella por la posición que tomó en el último tiempo, de insistir con la fusión con La Libertad Avanza, y por declaraciones a través de las cuales cree que trató de esmerilar su liderazgo. Por eso definió que encabece la Asamblea Yeza junto a la intendenta del municipio cordobés de Mendiolaza, Adela Arning, como vicepresidenta. “Es una impronta federal y joven”, transmitieron cerca suyo sobre la composición del órgano. “Bullrich no genera consenso para conducir la Asamblea. Hay un hartazgo con sus formas y su extremo individualismo”, apuntaron de manera dura contra la ministra.
Esta semana ya hubo dos puntos de diferenciación entre ambos bandos respecto de Milei. Así como Macri junto a María Eugenia Vidal rubricaron un documento de la Fundación Pensar que marcó los déficit de la gestión libertaria, hoy el propio ex Presidente y diputados encabezados por Cristian Ritondo salieron en respaldo de Jorge Macri a exigir que el gobierno nacional acate la cautelar de la Corte Suprema y cumpla con el porcentaje de coparticipación indicado para la Ciudad de Buenos Aires.
Con un mensaje en el que le recordó su respaldo desde la primera hora, Macri llamó a Milei a “respetar las leyes existentes” como condición previa a crear nuevas. “Sin instituciones, no habrá justicia, ni progreso, ni inversiones”, marcó. “El sacrificio que están haciendo los argentinos requiere de un gobierno ejemplar, que cumpla la ley de la misma manera que la exige”, advirtió. La deuda desde diciembre de 2022 es de 803 mil millones de pesos a valores corrientes, pero que actualizados por inflación a junio lleva el monto a 1.7 billones.
El proyecto de resolución, con la firma de 15 diputados, solicita “al Poder Ejecutivo de la Nación que realice todas las gestiones que fueran pertinentes y necesarias para garantizar el efectivo cumplimiento de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia”. El documento no lo apoyaron Damián Arabia y Fernando Iglesias, ambos diputados férreos defensores del proyecto que propone Miei. Eso sí, elegidos por la Capital Federal.