Después de muchos idas y vueltas, el gobierno, los bloques amigos e intermedios decidieron sesionar el jueves de la semana que viene con un temario caliente. Presupuesto universitario, fondos reservados de la SIDE y boleta única en papel. Será clave la posición que adopten los sectores aliados, puntualmente el macrismo, para perfilar el futuro de la relación con el gobierno mientras Javier Milei afina el lápiz para un nuevo veto.
El gobierno necesitó algo más de tiempo para garantizarse un triunfo en el debate por la boleta única y no anotar solo malos tragos. Por eso, acordaron verse las caras el jueves 12 a las 14. Unión por la Patria decidió, de todos modos, bajar al recinto este 5 de septiembre a las 14 para trabajar el DNU SIDE y presupuesto universitario y pidió acompañamiento de otros espacios pese a la falta de acuerdo. Un mensaje teledirigido a la UCR que, con un comunicado, apuntó a bajar al recinto la semana que viene.
Los temas en agenda son muy ásperos para el gobierno nacional. Por un lado, dos con amplio consenso opositor para darle malas noticias al oficialismo y, por otro, la dificultad para garantizar el éxito en el proyecto deseado de boleta única en papel. Poco antes de la reunión de Labor Parlamentaria de este miércoles, el PRO no tenía una posición de bloque definida, dejaron esa fijación para una charla posterior. Con el delay de la sesión, quedará tiempo para el debate interno.
El bloque del macrismo mostró una postura compleja en la última sesión. Favoreció a los jubilados y buscó no comprometer las cuentas del gobierno pero, aún así, sufrió las críticas del gobierno y del propio Mauricio Macri. En este caso, seguramente se vean nuevas divisiones en el espacio, con muchas incógnitas planteadas.
El PRO impulsó la boleta única en papel, por lo que se sobreentiende que hay un acuerdo generalizado en el bloque sobre este tema, aunque siempre pueden surgir sorpresas. Desde la UCR, por ejemplo, se planteó que el proyecto “tiene algunas particularidades” que hacen que impacte de forma diferente en el territorio, por lo que podría no ser una buena noticia para varias provincias o fuerzas locales. “Está bien así el dictamen”, se dijo desde otra banca centenaria. Una situación para nada sencilla.
De hecho, el futuro de la boleta única se planteó incierto ante la posibilidad de un empate que juegue en contra del gobierno, justamente originado en las diferencias generadas por el impacto de la medida. La rionegrina Mónica Silva (JSRN) tiene su propio proyecto, crítico del favoritismo a partidos nacionales en detrimento de los locales. Se propuso separar boletas según la categoría a elegir y eliminar el casillero para votar la lista completa.
El proyecto tiene que ser aprobado por mayoría absoluta de 37 votos y Victoria Villarruel no puede desempatar. De ahí el conflicto.
Sí, de todos modos, hay consenso generalizado sobre dos proyectos, el que financia las universidades y el rechazo a los fondos reservados de la SIDE. El gobierno no tenía intenciones de incluir ninguna de ellas, pero el presupuesto para las casas de altos estudios debía incluirse sí o sí en la próxima sesión.
En Diputados, el macrismo votó en contra del financiamiento universitario y no firmaron dictamen en el plenario de comisiones del martes. Sin embargo, sí lo hizo, en disidencia, la rebelde senadora larretista Guadalupe Tagliaferri. Además de Unión por la Patria, con el impulso de Eduardo Wado de Pedro como presidente de la comisión de Educación, también acompañó la UCR con los nombres de Stella Olalla, Flavio Fama y Martín Lousteau.
La posición de Tagliaferri no es menor. Ella votó a favor de la movilidad jubilatoria en general pero, a diferencia de sus compañeros, también acompañó todos los artículos de esa ley. Previamente, motorizó muchas críticas y cambios a la ley Bases y el paquete fiscal y es una de las apuntadas por Mauricio Macri. En este caso, se presupone que acompañará el financiamiento para las universidades.
En la UCR el panorama está mucho más claro, dado que fueron ellos los que impulsaron el proyecto en acuerdo con otros bloques. De hecho, en Diputados, la negociación con Unión por la Patria permitió incluir la actualización de los salarios docentes y no docentes universitarios.
La ley busca garantizar el sostenimiento del financiamiento 2024 en todo el país, la actualización de las partidas al 1 de enero de este año por la variación anual 2023 del IPC medido por el INDEC, además de la actualización bimestral, también por inflación, del monto de los gastos de funcionamiento y actualización salarial en base a la inflación acumulada desde el 1 de diciembre del año pasado hasta la sanción de la ley. Luego, en forma mensual y hasta terminar el año, una vez al mes en función del IPC.
Desde el PRO, respecto a la cuestión universitaria, Alejandro Finocchiaro, ex ministro de Educación del macrismo y diputado nacional, plasmó su postura en el último informe de la Fundación Pensar, el think tank PRO presidido por María Eugenia Vidal. Para él, es necesario un “financiamiento equilibrado y sostenido en el tiempo para la educación superior”.
Pero, según sostuvo Finocchiaro, “la propuesta actual, al ser aprobada de manera aislada y sin una planificación coherente dentro del marco del presupuesto general del 2025, podría desajustar las finanzas públicas, limitando la capacidad del gobierno para seguir apoyando a las universidades en el futuro”. La línea del partido es por el rechazo.
El gran interrogante es la SIDE, que tiene consenso entre la UCR y UP para el rechazo. De votar los dos espacios en contra, sin ausencias, los dos tercios están al alcance de la mano. Sin embargo, es un “gran interrogante” para el macrismo que debería rechazarlo, como hizo en Diputados, pero eso podría traer inconvenientes.
En la Cámara Baja, los amarillos aportaron 20 votos para el rechazo de ese decreto presidencial, 11 ausencias y dos abstenciones, mostrando la dificultad de adoptar una posición contraria al gobierno nacional pero respetando, en líneas generales, la decisión de Macri de enfrentar abiertamente a Santiago Caputo bajo la excusa de la transparencia. Sólo hubo cuatro votos en línea con el Ejecutivo.
En el informe de Pensar, la diputada Silvia Lospennato evidenció el gran problema del macrismo con esa medida. “Lamentablemente desde la sanción del DNU hasta que la Cámara de Diputados decidió su rechazo pasó un mes sin que la instancia de control parlamentario fuera convocada a darle tratamiento al tema”, sostuvo. Esto fue algo que los amarillos le plantearon al oficialismo sin éxito. Para ellos, lo mejor hubiera sido un decreto reservado o un decreto con explicaciones. No sucedió ninguna de las dos.
Ahora, sin embargo hay un problema. De rechazarlo en el Senado, como debería suceder, se profundizará la tensión con el gobierno. Hace casi dos semanas, en una reunión con Javier Milei, en PRO y LLA resolvieron articular el trabajo parlamentario en Diputados para no cometer errores que hagan pagar altos costos políticos. Esa ofrenda de paz podría verse enturbiada por lo que suceda en el Senado. Pero la guerra contra Santiago Caputo nunca se cerró.
Así, en líneas generales, la UCR maneja consenso sobre presupuesto universitario y rechazo a los fondos de la SIDE, con un debate abierto sobre la boleta única. El PRO acompañaría está última medida, pudiendo rechazar las otras dos aunque con diferencias y la necesidad de definir si mantiene un buen vínculo con el gobierno o tensionar más.