Si bien siempre tuvo que negociar para aprobar las leyes en la Cámara de Diputados, tras la derrota electoral ahora el Frente de Todos debe redoblar esfuerzos porque se achicó el universo de legisladores aliados con los que negociaba las leyes. Este mediodía la nueva composición de la cámara baja tendrá su primera sesión en la que se tratará solo el Presupuesto 2022, clave para el Gobierno en medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional. Por ahora, el FdT no cuenta con los votos necesarios para aprobarlo, pero trabajan “voto a voto” y no se descartan nuevas modificaciones para conseguir la media sanción sobre el filo de la votación.
“No tenemos los votos, pero todavía se está negociando”, aseguraron anoche en el oficialismo. Por eso, todo puede cambiar. Pese a no contar con quórum propio, el Frente de Todos conseguirá abrir sesión porque tiene el compromiso de Juntos por el Cambio de que bajarán al recinto. Superado ese objetivo, llegará la hora de conseguir los votos para la media sanción. Por ahora, según cálculos de JxC, el oficialismo cuenta con 124 votos a favor (a los propios se le suman cinco del interbloque Provincias Unidas y dos del interbloque SER). El mismo poroteo también adjudica 132 votos en contra si todo JxC se suma al ya anunciado rechazo de los libertarios, la izquierda y el interbloque Federal que encabeza Alejandro “Topo” Rodríguez.
La semana comenzó con el ministro de Economía, Martín Guzmán, yendo a la comisión de Presupuesto a presentar los principales lineamientos del Presupuesto 2022. A raíz de una mejora en la economía que se tradujo en mayor recaudación, el Gobierno mejoró las partidas presupuestarias. El proyecto girado por el Gobierno nacional prevé un crecimiento del 4% del Producto Bruto Interno (PBI), una inflación del 33% y un dólar a $131,1, y contempla un incremento real del gasto social y una reducción de los subsidios energéticos.
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Ejemplo de ello es la respuesta a pedidos de gobernadores del norte del país. En la reunión de ayer de la comisión que preside Carlos Heller, el oficialismo anunció que se aumentará en un 70% el subsidio del transporte de pasajeros del interior (pasó de $27.000 millones a $46.000 millones). Asimismo, tras las cartas de los gobernadores de Chaco, Catamarca y Santiago del Estero; se tomó la decisión de extender el "Régimen Especial de Regularización de obligaciones" hasta el 31 de diciembre de 2022, lo que les permitirá a las distribuidoras de energía eléctrica tener una extensión y una facilidad en el pago de las deudas que mantienen con la administradora del mercado eléctrico mayorista Cammesa.
Pese al mayor desembolso, la suerte del Gobierno está atada a cómo van a votar los 115 diputados del principal espacio opositor. En la reunión de urgencia a la que los convocó el titular de Diputados, Sergio Massa, le plantearon la posibilidad de postergar el tratamiento, pero Massa y Máximo Kirchner lo rechazaron. No dieron precisiones de cómo votarán. Según supo El Destape, el PRO, la UCR y Encuentro Federal se opondrán. No está claro qué hará la Coalición Cívica ya que barajaban la posibilidad de abstenerse y así permitir que avance el proyecto. Aunque en las últimas horas trascendió que se opondrán, por lo que las alarmas en el oficialismo se encendieron.
El Gobierno se mantiene firme y no quiere postergar el tratamiento. No quiere que la oposición domine la agenda legislativa y busca arrancar el 2022 con presupuesto y no con la prórroga del actual, situación poco probable aunque no descartada con este panorama, para no dar una imagen débil que dificulte la negociación con el organismo que dirige Kristalina Georgieva. La estrategia será neutralizar el festejo opositor por frenar la ley de leyes y pasar a la ofensiva.
“Se juntan para dejar Gobierno sin presupuesto”, lanzaron desde el Frente de Todos como adelantando una estrategia en la que toda la oposición, en especial el macrismo, será sindicado como obstaculizadores de la gestión en un momento en que la economía comienza a mostrar signos de reactivación tras la crisis que dejó Macri y agravó la pandemia y en la etapa final de la renegociación de la deuda de 44 mil millones de dólares que Cambiemos tomó del FMI.
Desde las 12 suene la campana y los legisladores comiencen a sesionar y hasta (muy posiblemente) el mediodía siguiente, en paralelo, habrá reuniones en despachos, llamados y mensajes de WhatsApp para torcer voluntades con promesas y modificaciones en el proyecto. Los votos los cuentan de a uno en el Frente de Todos. “Mientras metamos el gol, puede ser sobre la hora”, confiesa un diputado con la metáfora futbolera. Un triunfo necesario para llegar fortalecido a la gran final contra el FMI.