El Senado realiza una nueva sesión especial para tratar el proyecto de Presupuesto 2021, que sería convertido en ley en caso de ser aprobado. Se espera que parte de la oposición se abstenga en la votación.
El Frente de Todos buscará un respaldo político fuerte para enviar una señal al FMI en el marco de la negociación con el Gobierno por el refinanciamiento de la deuda.
Durante el rápido debate del proyecto en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, los senadores del Frente de Todos mostraron su interés en que la aprobación de la ley cuente con respaldo opositor para robustecer la postura del Gobierno en las negociaciones con el Fondo Monetario. Así lo sugirió el jefe del bloque Frente de Todos, José Mayans, en aquella reunión de la semana pasada, donde afirmó que "sería importante poder dar esta herramienta para poder ir al Fondo Monetario Internacional".
Por su parte, el presidente de la Comisión de Presupuesto, Carlos Caserio, dijo en el mismo sentido que "si el Senado acompaña con su voto, para el país sería un adelanto significativo de que la política acompaña al que gobierna".
Según informaron fuentes a NA, la mayoría del interbloque de Juntos por el Cambio se abstendrá y solo votará en contra de algunos artículos, como una forma de mostrar un relativo apoyo político, mientras que los más ligados a los gobernadores votarían a favor.
Qué establece el Presupuesto 2021
El Presupuesto 2021 prevé un crecimiento de la economía del 5,5%, una inflación cerca de 29% y un déficit fiscal de 4,5% del PBI, al tiempo que estima un crecimiento de las exportaciones del 10,2% para 2021 y un aumento de las importaciones de 20,4%.
Entre los puntos salientes del dictamen se destaca la previsión de un gasto total de 8,3 billones de pesos, de los cuales 7,5 billones corresponden a gastos corrientes y un déficit estimado para 2021 de del 4,5% del Producto Bruto Interno. El gasto de capital previsto será del 2,2% del PBI, el doble respecto al presupuesto 2019, una inflación promedio de 29%, con un dólar promedio a diciembre de 2021 de 102 pesos, y contempla destinar más de 5 billones de pesos a gastos sociales con un incremento del orden del 60% respecto al período previo.
A lo largo del debate en Diputados, desde el oficialismo destacaron que se trata de un presupuesto que busca apuntalar el crecimiento económico y reducir el pago de la deuda mientras que desde Juntos por el Cambio señalaron que no se cumplirán las proyecciones macroeconómicas.