El ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, echó en las últimas horas al asesor de su cartera, Sebastián Vela, y al director de Alcaidías de la Policía de la Ciudad, comisario mayor Adrián Ochoa, tras las fugas de presos que se registraron en las últimas semanas de diferentes edificios de la Policía de la Ciudad.
La noticia fue confirmada por el propio Wolff en su cuenta de X (ex Twitter), al señalar que "tras las fugas en Barracas y el Centro de Contraventores tomé la decisión de echar al responsable civil del Ministerio junto con el director de Alcaidías de la Policía de la Ciudad más allá de la correspondiente investigación en curso".
El sábado 23 de noviembre, un grupo de 11 presos de la Alcaidía 4 Bis de Barracas logró escapar por una claraboya luego de ser trasladados internamente entre un lugar y otro del edificio a raíz de un corte de luz. Se trató de la decimotercera fuga de este tipo en lo que va del año dentro de la Ciudad de Buenos Aires.
A ello se le sumó, como señaló Wolff, la fuga de dos presos del Centro de Contraventores, ubicado en el barrio de Nueva Pompeya, este mismo domingo. El episodio terminó siendo la gota que colmó el vaso para el gobierno del PRO en la Ciudad, conducido por el jefe de Gobierno, Jorge Macri, que como consecuencia resolvió echar a los funcionarios a cargo del área.
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En este contexto, Wolff añadió que "el incremento de la población carcelaria en un 35% (de 1700 a 2300) y de tener aún 320 condenados que no deberían estar bajo el cuidado de Ciudad en lugares de alojamiento que no cumplen con las medidas de seguridad mínimas, no son una excusa para impedir que los detenidos se escapen".
"Desde el mes de mayo, cuando creamos la Dirección, logramos que no hubiera ninguna evasión desde las alcaidías. No obstante ello, tras el anuncio del traspaso del Servicio Penitenciario ocurrieron los dos hechos que aquí menciono", advirtió Wolff en referencia a las fugas en Barracas y el Centro de Contraventores.
A fines de mayo pasado, el Ministerio de Seguridad de CABA anunció cambios en la cúpula de la Policía de la Ciudad, con la designación de Pablo Kisch como jefe y de Jorge Azzolina como subjefe. En ese momento, también, se creó la Dirección Autónoma de Alcaidías de la fuerza porteña, con la designación del comisario mayor Ochoa, quien ahora fue desplazado.