Se trata de un oficial de la Policía Federal Argentina (PFA), llamado Osvaldo Nicolás Rendichi, de 24 años. Está detenido y declarará este lunes por la mañana en la UFI 3 de Avellaneda, imputado por homicidio simple, agravado por el uso de arma de fuego.
El hecho ocurrió el sábado alrededor de las 16, a pocas cuadras del estadio del Club Atlético San Telmo, ubicado en la Isla Maciel, en el barrio de Dock Sud, al sur del conurbano bonaerense.
Rendichi llegó al lugar vestido de civil, fuera de servicio, en un auto Chevrolet Vectra de color gris, acompañado por su hermano. Las primeras versiones indican que la novia del policía detenido había pactado a través de Facebook la compra de una PlayStation 4 por casi 20.000 pesos en efectivo, según informaron a El Destape fuentes con acceso a la investigación.
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Al llegar al lugar acordado, lo esperaba Lucas David Barrios, de 18 años, quien le pidió que lo acompañara unos metros por un pasillo del barrio. Ahí apareció otro hombre que, según la versión del policía, intentó asaltarlo.
Rendichi se identificó como agente de la PFA y desenfundó su arma reglamentaria, una pistola Bersa calibre 9 milímetros. Ahí, siempre según la versión del policía, el supuesto asaltante disparó primero.
La respuesta del oficial fue disparar hasta vaciar el cargador de su arma no sobre quien dijo que lo amenazaba, sino sobre Lucas Barrios, que recibió 18 balazos y murió a los pocos minutos de ser trasladado al Hospital Fiorito, en Avellaneda. El policía asegura que recogió el arma de la persona que huyó, volvió al auto en el que lo esperaba su hermano, y se dirigió a la comisaría 1ª de Avellaneda, donde relató su versión de lo ocurrido a sus colegas de la Policía Bonaerense.
Allí, el oficial de la Policía Federal entregó su arma reglamentaria y otra pistola que, según contó, se le había caído al hombre que lo atacó.
El fiscal Elbio Laborde, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 descentralizada en Avellaneda, dispuso la detención de Rendichi hasta determinar su situación procesal luego de la indagatoria de este lunes.
El fiscal ordenó la autopsia para el mismo lunes a la tarde a la espera de la presentación de los peritos de parte.
El informe forense
El informe preliminar del médico forense indica que Lucas Barrios “recibió los 18 disparos, la mayoría en el abdomen y tórax. Le vació el cargador porque la pistola quedó vacía”, informaron fuentes judiciales a El Destape, aunque esperan los resultados de la autopsia para determinar cuántos orificios en el cuerpo de Barrios son de entrada y cuántos de salida.
Es decir: incluso en el caso de que se tratara de defensa propia en un supuesto intento de robo, el policía Osvaldo Rendichi vació el cargador de su arma reglamentaria sobre el cuerpo de Lucas Barrios con 18 disparos que fueron mortales.
Fuentes del ministerio de Seguridad de la Nación informaron a El Destape que el agente fue pasado a disponibilidad, como ocurre con todos los integrantes de las fuerzas de seguridad desde el mismo momento en que son detenidos. “Está preso y bajo investigación absoluta”, destacaron en el ministerio, mientras aguardan por la declaración del oficial en la fiscalía y las novedades de la investigación judicial para disponer las medidas institucionales que sean necesarias.
Desde la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) calificaron el hecho como un “fusilamiento”. Emitieron un comunicado en el que criticaron la carátula de la fiscalía, y consideran que se trata de un “homicidio calificado por ser integrante de las fuerzas de seguridad que actúa abusando de su cargo o función”.
“Un policía, que según su propia admisión se identifica como tal y dispara su arma reglamentaria, por añadidura 18 veces, sobre una persona desarmada que no lo estaba agrediendo, no comete un homicidio simple”, dicen desde CORREPI. También desde CORREPI esperan que el fiscal no considere que el policía federal “no representa riesgo de fuga” ni ofrece “peligros procesales” y lo deje en libertad.
Y agregan: “El que dispara es el individuo, pero el arma y la función son estatales, lo que determina que el delito sea un crimen de Estado”.
Como advierte desde hace años el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el uso de armas de fuego por parte de policías fuera de servicio es un aspecto muy problemático de la violencia policial en las distintas fuerzas de seguridad.