La Policía Bonaerense quedó nuevamente en el foco, luego de que el gobierno de la provincia de Buenos Aires anunciara la decisión de desafectar a 400 efectivos que participaron de la sublevación de septiembre de 2020 y revisar la conducta de otros 1400, que podrían ser sancionados en los próximos días. La determinación se tomó en vísperas de un nuevo acuartelamiento, anunciado en un primer momento para el jueves, con el fin de desalentar esa medida de fuerza. Todo esto ocurre durante una semana con fuertes protestas en la zona de La Plata por el recrudecimiento del delito y el mismo día en que los vecinos de la localidad Rojas se enfrentaron a oficiales, prendieron fuego un patrullero y atacaron una comisaría reclamando justicia tras el femicidio de Úrsula Bahillo.
Después de que se conociera la sanción, en algunas de las páginas de facebook y grupos de whatsapp que utilizan efectivos, familiares y retirados para comunicarse entre ellos circularon arengas para anticipar el comienzo de la medida de fuerza. Un grupo convocó para la misma noche del martes en Puerta 12, La Matanza; otros están llamando a concentrarse esta mañana desde las 9. En Necochea y Mar del Plata ayer ya habían empezado las protestas. Desde el gobierno bonaerense seguían los acontecimientos con prudencia pero confiaban en que la convocatoria fuera menos numerosa que hace cinco meses y advierten que los reclamos salariales y sobre condiciones de trabajo que presentaron los policías en su momento fueron atendidos, por lo que empalidecen los motivos de una eventual segunda asonada.
En La Plata señalan a la oposición como responsable de fogonear estos conflictos con motivos políticos. Trazan una línea que une la presencia de policías en un acto de la exministra de Seguridad Patricia Bullrich en la costa con los tuits de su asesora Florencia Arietto replicando la convocatoria de la protesta. El petitorio con 21 puntos que circula en las redes, muy similar al de septiembre pasado, no llegó formalmente a las autoridades bonaerenses. Consideran que se trata de una excursión de pesca: una operación entre algunos policías en actividad o retirado, que convocaron al sirenazo en sus redes virtuales; la oposición, que le da volúmen a la noticia, y los medios de comunicación que la replican. Si sale bien, a la hora señalada se juntará una cantidad de gente razonable para meter ruido.
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La asonada de septiembre comenzó de forma similar y terminó durando casi 72 horas, durante las cuales un grupo de manifestantes casi consigue ingresar en la vivienda del gobernador Axel Kicillof y otro mantuvo rodeada la residencia de Olivos, con el Presidente en su interior, por varias horas. En respuesta, el gobierno resolvió subir el salario mínimo hasta 44 mil pesos, replicar un aumento similar para todas las categorías, mejorar el pago de horas extras y también la cuota para la compra de indumentaria. Los 400 oficiales sancionados ayer por esos sucesos fueron los primeros pero en La Plata advierten que habrá más. Por estas horas existen dudas sobre la continuidad del jefe de la Bonaerense, Daniel García, y de su número dos, Jorge Figini, cuya autoridad quedó mellada desde entonces.
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