La protesta de la Policía Bonaerense se intensifica a la espera de un anuncio concreto respecto al reclamo principal: la mejora de salarios. A 36 horas de las primeras manifestaciones, la escena se sigue replicando en más de veinte localidades de la provincia e involucra a casi tres mil efectivos, según relevos del ministerio de Seguridad. El gobernador Axel Kicillof sigue trabajando, por estas horas, en la mejora salarial que anunciará mañana junto al Plan Integral de Seguridad que ya estaba previsto y que implica un desembolso de más de 40 mil millones de pesos. El diálogo, fragmentado por la falta de interlocutores válidos entre las fuerzas de seguridad, avanzaba esta tarde en la mayoría de las departamentales, aunque en La Plata temen que un sector minoritario se radicalice para prolongar el conflicto.
Una nueva concentración de agentes armados frente a la Quinta de Olivos levantó la guardia de los gobiernos de la Nación y de la provincia de Buenos Aires, que -sin descartar las reivindicaciones justas de los manifestantes- empiezan a poner el ojo en otros factores que condicionan la situación. Este mediodía, desde un acto en el partido de Quilmes junto al gobernador Axel Kicillof, el presidente Alberto Fernández plantó bandera ante el desafío: “Esto no se resuelve, francamente, escondidos en patrulleros tocando sirenas. Esto se resuelve hablando frontalmente”. Tanto en el gobierno nacional como en el provincial creen que si la situación no merma de inmediato, aquello que en un primer momento caracterizaron como una protesta válida con reclamos razonables deberá ser evaluado como un acto de sedición.
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Desde Juntos por el Cambio hubo dirigentes que condenaron la protesta frente a la residencia presidencial, aunque en un primer momento la postura mayoritaria fue de respaldo a los policías. El bloque de diputados de la UCR, por su parte, sacó un comunicado oficial pidiendo la “inmediata respuesta del gobierno a los reclamos”, aunque un rato más tarde lo borró cuando varios de los miembros manifestaron públicamente una posición contraria. La conducción de la CGT, por su parte, condenó en un documento lo que llamaron "exceso del legítimo reclamo", donde también apoyaron la gestión del gobernador bonaerense. En las redes sociales, intendentes como Mayra Mendoza, Martín Insaurralde y Mario Secco también manifestaron su respaldo a Kicillof.
Mañana, el gobernador anunciará, en el marco del Plan Integral de Seguridad, una importante mejora salarial para los 90 mil empleados de la Policía Bonaerense. No habrá una negociación, sino que se tratará de una decisión unilateral, advierten en su equipo. Los agentes en la calle demandan una recomposición del sesenta por ciento, muy lejos de las posibilidades reales de las finanzas provinciales. El gabinete económico trabaja sobre tres alternativas, modificando los distintos componentes del salario, con el objetivo de llevar el sueldo de bolsillo de un ingresante por encima del valor de una canasta básica familiar. Habrá también mejoras en otros ítems que forman parte del reclamo, como cobertura de salud, condiciones higiénicas y acceso a la vivienda. En La Plata esperan que eso resulte suficiente para desarticular la protesta o dejar en evidencia que tiene otras intenciones.
Por el momento, lejos de retroceder, los focos de conflicto se multiplican en toda la provincia. El epicentro seguía siendo La Matanza, donde a las cuatro de la tarde seguía habiendo más de un millar de personas, entre efectivos, familiares, retirados y exonerados, con más de 80 patrulleros. En Florencio Varela había más de 600 personas y un centenar de móviles. También había concentraciones importantes en Lanús (160 efectivos con 15 móviles y motos cortando la calle frente al Bingo), La Plata (120 agentes y 25 autos interrumpiendo el tránsito en el Comando). Y Lomas de Zamora (120 policías, 30 civiles, 20 móviles). Con menor caudal, siguen las medidas de fuerza en Almirante Brown, Avellaneda, Berisso, Ensenada, Esteban Echeverría, Ezeiza, General Rodríguez, Ituzaingó, Merlo, Morón, Pilar, San Isidro, San Martín, Tigre y Vicente López.
Además, las protestas se extendieron al interior de la provincia. En Bahía Blanca estacionaron 15 móviles delante de la Municipalidad. En San Nicolás, casi un centenar de personas se instalaron también frente al Palacio Municipal. En Necochea, no solo acercaron los autos sino que instalaron un gazebo junto a la Departamental. En San Vicente, una decena de uniformados se ubicaron con sus móviles al borde de la ruta 210 y amenazan con interrumpir el tránsito. Más temprano hubo protestas en otras localidades, como Azul y Carlos Casares, pero a media tarde ya se habían dispersado. Este escenario es volátil y puede cambiar hora a hora, pero el mensaje más extendido entre los manifestantes es que no cesarán en su reclamo hasta no se anuncie oficialmente un aumento de sueldo.