El camarista federal Pablo Bertuzzi, designado en ese cargo a dedo por Mauricio Macri, se inhibió de intervenir en la causa donde se investiga como el macrismo le pagó más de 4,5 millones de pesos -incluido un hotel boutique- a Alejandro Vandenbroele, el testigo clave para condenar a Amado Boudou por el caso Ciccone. Bertuzzi alegó que antes de llegar a la Cámara Federal de Comodoro Py fue uno de los que condenó a Boudou y, por ende, alguien puede dudar de su imparcialidad. Como si el dedazo de Macri y el pago a Vandanbroele no fueran duda suficiente.
El expediente donde Bertuzzi no intervendrá se inició con la revelación de El Destape, que el febrero del 2020 publicó que el macrismo le puso un hotel boutique a Vandenbroele. El caso lo investiga la fiscala Paloma Ochoa, que ya pidió las declaraciones indagatorias para el ex ministro de Justicia Germán Garavano, el ex titular del Programa de Protección de Testigos Francisco Lagos y para el propio Vandanbroele. El juez Julián Ercolini demora estos pedidos y mientras una apelación llegó a la Cámara Federal, a la sala que integran Bertuzzi y Mariano Llorens.
“Considero conveniente apartarme del trámite del presente, con el objeto de no afectar las garantías constitucionales de los justiciables”, escribió Bertuzzi, que se acordó del garantismo recién ahora. “Estimo que mi intervención en este proceso objetivamente afecta la garantía de imparcialidad”, agregó. Pero no porque Macri lo designara a dedo sino porque ya opinó del caso Boudour: lo condenó con el testimono de Vandenbroele, que ahora se sabe fue pago.
En el caso del otro camarista, Llorens, hay también un pedido de recusación por parte de Rafael Resnick Brenner, otro de los condenados en el caso Ciccone. Otra revelación de El Destape mostró que Llorens visitó a Macri en la Quinta de Olivos.
Bertuzzi presidió el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N 4 en el juicio que terminó con la condena a Boudou a 5 años y 10 meses de prisión. Durante ese juicio la defensa de Boudou, ejercida por Alejandro Rúa y Graciana Peñafort, pidió acceder al legajo de Vandenbroele como testigo protegido. Se lo negaron. Recién cuando El Destape reveló que el macrismo le puso un hotel boutique quedó a la vista el nivel de promiscuidad que tuvo ese juicio.
Macri tenía especial interés en la condena a Boudou. Tanto que no sólo destinó más de 4,5 millones de pesos a Vandenbroele sino que premió al juez Bertuzzi con un cargo en la Cámara Federal de Comodoro Py, puesto clave para revisar los expedientes sensibles. Lo hizo a dedo, sin cumplir con el proceso constitucional ni con el reglamento de traslados de jueces. Tan irregular fue que hasta la Corte Suprema dijo que los traslados no cumplieron la ley, aunque el máximo tribunal dejó a Bertuzzi y a su compinche Leopoldo Bruglia en los cargos donde los acomodó Macri hasta que concluya el concurso para los ocuparlos legalmente, algo que está bloqueado en el Consejo de la Magistratura.