En medio de la violencia narco que enfrenta la provincia de Santa Fe, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, llegó a Rosario este martes para confirmar la continuidad del Plan Bandera. Si bien garantizó la permanencia de las tropas federales en la ciudad, cada vez menos efectivos policiales quieren desembarcar en ese territorio, ya que denuncian sufrir maltratos y padecer "varios episodios indignantes”.
Mientras el presidente Javier Milei sostiene que "no hay plata", la ministra Bullrich encabezó junto al intendente rosarino, Pablo Javkin, la firma de un convenio destinado a la urbanización del barrio La Tablada y Cordón Ayacucho, en lo que se convirtió en la primera obra pública de estas características implementadas por la administración de La Libertad Avanza (LLA).
En medio del ajuste que sufre el pueblo, el Ejecutivo Nacional se comprometió a financiar el 90% de las obras, que demandará una inversión que ronda los 7 mil millones de pesos, siendo mayoritariamente aportados por los recursos de urbanización del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU).
Sin la presencia del gobernador Maximiliano Pullaro, Bullrich sostuvo que, "esta decisión que lleva adelante Javkin es la forma de darle sostenibilidad y sustentabilidad a lo que se está haciendo" desde su cartera y desde el Gobierno de Santa Fe en materia de policiamiento.
A su vez, destacó que, a partir del programa puesto en funcionamiento en conjunto con el Ejecutivo provincial, los homicidios descendieron un 62% junto con las balaceras y otro tipo de delitos. La funcionaria consideró que toda la estrategia implementada en conjunto a la provincia lleva a la pérdida de poder de las organizaciones criminales. "Estamos en ese camino", aseguró. Sin embargo, los hechos de inseguridad en la Provincia no se detienen.
Policías que llegan a Rosario denuncian malas condiciones de vida: "No hacen nada"
A pesar de que Bullrich pondera el trabajo de los efectivos de la Policía Federal que se trasladan en comisión hacia Rosario, los agentes revelaron las "condiciones espantosas" en las que viven cuando van a la ciudad. Miembros de la fuerza revelaron a la agencia Noticias Argentinas que, en total, hay unos 250 uniformados solo de la PFA, los cuales afirman ser mal remunerados y, en muchos casos, estar hacinados.
Las comisiones de la Federal se renuevan cada semana y, por esos siete días de arduas tareas, reciben una irrisoria suma: “Ningún policía quiere venir por lo mal que pagan. Un policía que hace 12 horas de adicional gana 80 mil pesos por día. Esto es una miseria y las condiciones son espantosas”, indicaron. En ese sentido, la situación es aún más indignante, ya que el monto recién es pagado 48 horas después de su regreso a Buenos Aires, por lo que deben manejarse con dinero propio y, en varias oportunidades, "no alcanza".
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Asimismo, denuncian que la limpieza de las habitaciones y el cambio de sábanas y toallas en los hoteles en los que se hospedan se realiza "solo una vez por semana". En ese sentido, también remarcaron que "en otro hotel al que van los policías federales que llegan del interior del país están peor porque hay seis o siete compañeros por habitación”.
“Nos dicen que somos los rebeldes, pero nadie sabe lo que padecemos cuando venimos, como nos basurean y como vivimos en Rosario. Nuestros jefes, como no viven como nosotros, ni se preocupan y el Ministerio de Seguridad de la Nación tampoco hace nada”, fue la dura acusación contra Bullrich.