Basado en ninguna clase de dato científico, el expresidente Mauricio Macri ahora está en contra del Pase Sanitario implementado por distintas provincias para prevenir contagios de coronavirus. "Son cosas muy difíciles de implementar. ¿Quién y cómo se administra?", cuestionó Macri, quien no comprende los alcances de la reciente medida.
"Son cosas muy difíciles de implementar. ¿Quién y cómo se administra? Son cosas que se plantean para mundos ideales, pero que usan los autoritarios para atacar libertades", planteó este domingo Mauricio Macri en diálogo con el medio mendocino El Sol, esgrimiendo sin pudor alguno los argumentos de los antivacunas y los autoproclamados libertarios.
El Pase Sanitario que el Gobierno Nacional implementará desde el 1 de enero es el requisito de acreditación de al menos dos dosis de la vacuna contra el coronavirus que deben presentar las personas mayores de 13 años para poder asistir a algunas actividades que pueden presentar mayor riesgo epidemiológico. Pero como al expresidente todo le parece difícil, aseguró que para él no podría implementarse pese a que cada vez sean más las provincias que se suman a la medida.
En otro orden, Macri aprovechó la atención del medio mendocino para marcar la cancha al asegurar que Juntos por el Cambio no estaría enfrentando crisis alguna. "Soy de los que creen que hay muy pocas posibilidades de que se rompa", afirmó.
"Lo más importante que tenemos como tarea hoy es sostener la esperanza y prepararnos para saber para qué volvemos; cómo vamos a llevar adelante la transformación y consolidar nuestro espacio común", agregó.
"Cualquiera que hoy se equivoque y saque los pies del plato de Juntos por el Cambio desaparece. Hay una conciencia muy grande, por eso ha habido tanto enojo con pequeños tironeos que en otra época no hubieran llamado ni siquiera la atención", analizó al tiempo que aseguró que "hay mucha vocación para que las cosas cambien y para eso se espera de los dirigentes generosidad, épica y compromiso con la transformación".
"Nadie quiere a dirigentes tan preocupados por 'qué lugar me va a tocar'", manifestó. A continuación, volvió a ponerle el manto del misterio a sus intenciones de volver a la Casa Rosada y aseguró: "Para mí la familia es lo fundamental. Hacer algo que no tiene el apoyo de tu familia... no hubiese logrado lo mucho o poco que logré en esos cuatro años sin el apoyo de Juliana (Awada, su esposa) y de toda mi familia".
De todos modos, pasando por alto que fue él quien contrajo la deuda con el Fondo Monetario Internacional que compromete a varias generaciones de argentinos y argentinas, apuntó contra Álvaro González, Gabriela Brouwer de Koning y Camila Crescimbeni, los diputados de Juntos por el Cambio que faltaron al debate en el que se aprobó una modificación al impuesto a Bienes Personales.
"La verdad, (estuvieron) mal. Sos elegido, tenés que estar en el lugar al que te comprometiste; sobre todo cuando hay tanta mala fe del otro lado, donde no se puede dialogar, donde no se quiere componer, donde no entendieron que perdieron una elección. Más que nunca necesitás estar al pie del cañón", reclamó.
Lo que el expresidente también omitió fue que él mismo lideró en 2006 el ranking de ausencias en la Cámara de Diputados: según un informe del Cuerpo, Macri había faltado a 277 votaciones de las 321 que existieron entre el 1 de marzo y el 20 de diciembre de ese año.